Enseñanza... que no sea un peligro

 
Por Juan Manuel Valladares Expósito  (Comunicación en Radio Muelle en enero de 2023)
 
 
          Iniciamos una nueva andadura, nueva en el calendario pero vieja ya en los zapatos que siguen siendo los mismos que en el año pasado. Viejos zapatos y viejo usuario pero nunca viejas las ilusiones por contribuir dentro de nuestras posibilidades al conocimiento y difusión de nuestra historia canaria.
 
          Intentemos pues hablar de la enseñanza de Tenerife en particular y Canarias en general desde siglo XVI. Y empezaremos, como siempre, por la lectura de nuestros primeros acuerdos de gobernanza por parte del primer Adelantado y otros interesados en la cultura. Encontramos ya el primero .
 
                    3 de junio de 1510.Gonzalo Rodríguez de Salamanca da a Francisco de Campos por un año que corre desde el día de la fecha un mozo para que le enseñe a leer y escribir una carta y a quien tendrá también que mantener, vestir y calzar...En caso de que no lo enseñe a leer y a escribir tendrá Campos que pagar “lo que dos personas dijeren que merece el dicho mozo”  Nota de la obra de Don Tomas Cruz García Genealogías de Güimar.
 
          Y en los primeros acuerdos del Cabildo : “ para este fin desde 1516 el Cabildo abonaba salario de 8 doblas  castellanas a Fernando de Fraga que tiene oficio de mostrar gramática”
 
          Y para no variar en lo que a la economía del maestro de ayer y hoy se refiere deja bien claro el Cabildo que:
 
                    “ el bachiller Fernando Fraga que tiene oficio de mostrar gramática el cual no gana tanto quanto le es necesario que para ayuda de lo susodicho porque este  resida en la tierra”
 
        Y como Fraga es su apellido, que en román paladino no es otra cosa que un conjunto de árboles, cobrará nuestro primer maestro con “las maderas que corte en el Mal País de Ycode de la manera que ya se había concertado con el medico Funes”. Y algún día hablaremos de las Tablas de San Andrés en Icod.
 
       A este Fernando de Fraga ya se le menciona entre personas de algún relieve junto a Pedro de Vergara o Jerónimo de Valdés en junio de 1521. Y larga fue su trayectoria como maestro cuando, aún en 23 de julio de 1525 y como maestro, discutía sus emolumentos en esa fecha solicitando al Rey que le dé amparo ante un juez de residencia que duda de la idoneidad de su salario. Y cuando se le ponía inconveniente para la explotación de una viña en La Laguna, son los propios vecinos quienes le apoyan agradecidos por haber enseñado las letras a sus hijos. Y era en 12 de septiembre de 1530. Y tan larga vida y prosperidad alcanzaba nuestro maestro que, aún en 1540, figuraba como poseedor en disputa de ciento cincuenta fanegadas en tierras de Geneto. Tierras que compró y pagó ante el escribano Juan de Anchieta, padre de nuestro santo José de Anchieta.
 
          Y hacemos un alto en el camino para agradecer el continuado patrocinio del Sr. Fraga, recordemos aquello que “de casta le viene al galgo”, alcalde del Municipio de Adeje, a cuantos autores con documentación real y seriedad reciben su apoyo para publicar libros de historia canaria con auténtico rigor histórico. Pongo como ejemplo, por su relevancia, al Sr. Juez Don Nelson Díaz Frías un maestro para cuantos amamos la verdad. Más de treinta libros de verdadera historia canaria en un lugar tan señalado como Adeje dan cuenta de sus conocimientos ajenos a leyendas, bellas pero leyendas.
 
          Y no era cosa de desobedecer las ordenes del Rey Carlos I  (y para un servidor Doña Juana de Castilla, Aragón y Navarra con su totales territorios).que ya ordenaba, a través de su receptor Francisco de Vargas, que se pagaran 10.000 maravedíes al año al lector de gramática. Dado en Medina de Río Seco a 5 de diciembre de 1520.
 
          La preocupación por la enseñanza no decae y vemos el mismo interés por asentar, en la medidas de las posibilidades de la época, las bases para un desarrollo intelectual.  Eso se refleja en los acuerdos de 12 de octubre de 1530, cuando se informa que un maestro, Melchor de Contreras, vive en La Laguna y ha estado en los últimos 4 años dando clases a muchos mozos. El maestro ofrece seguir con la enseñanza si puede tener algún salario y casa para establecer un centro. No lo dudan los vecinos, y acuerdan alquilarle, a costa del Cabildo, una casa-escuela y darle salario en 1531. Lo mismo haríamos en el mismo año para dar sueldo a un clérigo, Juan Gutiérrez, que enseñara latín y dice poder enseñar griego.
 
          Haremos un apartado para la enseñanza en Gran Canaria cuando, ya en 1497,  se establecen por la institución eclesiástica, con la anuencia del obispo Diego de Muros, las primeras escuelas parroquiales con estos sabios consejos para los niños: “ tener buenas costumbres y apartarse de los vicios”
 
       No todas las islas gozaron del mismo trato para la enseñanza de la juventud. Sólo la tuvieron reglada y con seriedad desde los primeros siglos las islas que pertenecían directamente a la Corona, que no era el caso de Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y Hierro que hubieron de esperar a que se abolieran los señoríos jurisdiccionales. Y ya estábamos en la mitad del siglo XIX.
 
          Un curioso dato leído en la obra de Don Olegario Negrín Fajardo de su obra La Educación en Canarias, editada en 1998 por el Cabildo Insular de Gran Canaria: ”En la Palma hubo escuela desde el siglo XVIII gracias a un regalo de una ermita por parte del obispo Tavira y la presencia de un vasco, maestro de hacer naves, de nombre Jorge de Umaran que daba clases a los muchachos con todo un arsenal de asignaturas del mundo marino, desde matemáticas a navegación” ¿Fue nuestra primera Escuela de Náutica?
 
          Y como siempre que de intentos de progreso y desarrollo se habla en nuestra España habrá que esperar a que en cuestiones relativas a la enseñanza aparezca la grandiosa figura de Don Carlos III, Rey de las Españas. El monarca que se preocupó, desde su llegada al trono de nuestra nación, por el desarrollo de la enseñanza y la difusión de una cultura menos manejada por las manos de una Iglesia que aun vivía soñando con Trento. Es la primera vez que se habla de los fondos que la Hacienda Real ha de destinar a la creación de una Dirección General de Estudios  destinados a la Instrucción Publica. Un dato interesante a resaltar. Se habla de cobrar alguna cantidad a los padres por la enseñanza de sus hijos, pero se crea la gratuidad para los menos pudientes. Algún día, con medios televisivos que todo se andará, les podremos dar a conocer una Real Cedula de S.M Carlos III en relación a los vagos y maleantes, de fecha 1784, cuya copia fidedigna obra en nuestro poder con la particularidad de llevar la firma de dos altos dignatarios de S.M, de apellido Verdugo, tan querido  en Tenerife. Una sana disposición que nos ayudaría a resolver algunos problemas sociales de la actualidad.
 
          Bajo el reinado de este monarca nacen las Reales Sociedad Económicas de Amigos del País. La de Tenerife se funda en 14 de febrero de 1777 y pasan por su dirección, más política que  intelectual, buena parte de los grandes personajes de la Historia de Tenerife de los siglos XVIII y siguientes. Desde Viera al Marques de Branciforte, el Obispo Luis Folgueras y Sión, primer Obispo de la recién creada Diócesis Nivariense, con la inicial dirección del Marqués de Villanueva del Prado, Don Tomas de Nava Grimón y Porlier, el gran impulsor de esta sociedad, y un largo listado de hombres de la mas variada condición dentro del mundo social y académico.
 
          Y también debe la mujer las primeras instrucciones para su enseñanza a este monarca, puesto que antes de su reinado esa educación era solo como enseñanzas para el desarrollo de la vida en el propio hogar. 
 
          No podemos estar en acuerdo con la enseñanza dada a las niñas y jóvenes esas épocas, por cuanto sólo se les ilustraba en una disimulada sumisión al sexo masculino y algunas practicas en trabajos de artesanía en torno a los tejidos y labores domésticas. Y así estábamos en el siglo XIX  entrando en el XX.
 
          A Canarias, como en todo territorio de geografía rural discontinua, no fue fácil dar una enseñanza publica como no fuera en los centros de mayor población, como San Cristóbal de La Laguna o Garachico. La enseñanza en otros lugares de alguna importancia, como Santa Cruz o el Puerto de la Cruz,  seguía en manos de la Iglesia. En las islas de Señorío, con la enseñanza en las arbitrarias manos de sus propietarios jurisdiccionales, era casi imposible acceder a la cultura. Y para que también podamos creer en la bondad del ser humano y su deseo de que vivamos en un mundo con la cultura suficiente para no andar de borregos a las ordenes del pastor y su perro, hoy, con la ayuda de Don Jose Santos Puerto y su obra La Casa de La Plaza de La Iglesia-Historia de los primeros maestros de Santa Cruz publicada en 2008 por Ediciones Idea, hablemos de Don Francisco  Antonio González Navarro, que para la gente de Santa Cruz en su tiempo  era Don Francisco Vizcaíno.
 
          Este santo varón  y canónigo, en su testamento de 1769 dejó una buena parte de la casa de su propiedad en la Plaza de La Iglesia para establecer en ella una escuela para los niños pobres de Tenerife. Por aquella ilusión de escuela pasaron desde Don Juan de La Puerta Canseco,,un valenciano enamorado de Tenerife, a Juan Desiree Dugour,,o sea el callejero de Santa Cruz. El autor del libro mencionado nos aclara la componenda municipal para quedarse con la casa en que se encontraba la escuela y dedicar  el importe de su venta a la creación de Teatro . La lectura del libro mencionado nos daría una verdadera situación de la enseñanza en Santa Cruz de Tenerife. 
 
         Siempre fue para los hombres públicos más rentable el circo que la cultura.
 
 
- - - - - - - - - - - - - - - -