Bienes de Interés Cultural en Santa Cruz de Tenerife (32) Molino de Barranco Grande

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 27 de noviembre de 2022).
 
 
 BIENES  DE  INTERÉS  CULTURAL  EN  SANTA  CUZ  DE  TENERIFE  (32)
 
Molino de Barranco Grande
 
 
Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Histórico, por Decreto de 8 de diciembre de 2007. 
 
 
Molino de Barranco Grande Personalizado
 
Molino  de  Barranco  Grande
 
 
          Situado en una plaza del barrio de Barranco Grande, en el cruce de la carretera General del Sur con la carretera del Sobradillo, había sido  construido en 1898 por la familia Salas, molineros famosos del Llano de los Molinos, en Santa Cruz de Tenerife. 
 
          El considerado “mejor molino de Tenerife” mantendría su actividad hasta mediados del siglo XX, siendo derruido parcialmente en 1973.
 
          Forma parte de los típicos molinos de viento introducidos por los castellanos en la Isla, instalados en aquellos lugares de Santa Cruz donde la fuerza del viento, al actuar sobre sus aspas, transformaba la energía eólica en energía mecánica y sus piedras -de molino- trituraban el cereal previamente tostado (trigo, millo, cebada o garbanzos) obteniendo el gofio que era el alimento indispensable de la dieta de los habitantes tinerfeños.
 
          Con forma troncocónica, de 10 m de altura y 4 m de diámetro, estaba construido con gruesos muros de mampostería, formados por bloques basálticos irregulares, pequeñas piedras y mortero de tierra, cal y arena. El molino estaba rematado por una cubierta irregular cónica, separada del resto por un mecanismo de giro a base de collares de madera.
 
          Por un lado del molino sobresalía el eje principal, que sostenía las cuatro aspas rectangulares, forradas de tela para que el viento las impulsara, y en el extremo opuesto había un palo, denominando timón, que servía para orientar las aspas en diferentes direcciones, según el lugar de donde soplara el viento.
 
          El interior del molino se dividía en tres plantas, con puertas de acceso por la planta baja y la primera. 
 
          La planta baja, denominada “cabuco”, situada al nivel del terreno, servía de almacén del grano y en algunas ocasiones de dormitorio del molinero. La estructura de la habitación era circular, con gruesas vigas en el techo.
Para subir a la primera planta se utilizaba una escalera de piedra de un metro de ancho, adaptada a la forma troncocónica del molino. En ella se limpiaba el grano y había un banco donde los clientes esperaban la salida del gofio, que ellos mismos recogían en la boca de la “tolva”.
 
          En la planta alta se encontraba la maquinaria de trituración o molturación, donde un rotor movido por las aspas engranaba con una rueda horizontal que era la encargada de transmitir el movimiento del eje de las aspas a un eje vertical que hacía girar la volandera o muelas. La unión entre el eje y la rueda dentada principal estaba formada por engarces y acoples, sin tornillos ni clavos. La carcasa que cubría la piedra de moler era de madera. 
 
El gofio
 
          La historia de los Molinos de Viento en Tenerife está intrínsicamente ligada al gofio.
 
          El gofio aparece reflejado en las primeras crónicas de la Historia de Canarias, y siempre ha sido un tema recurrente para los viajeros, etnógrafos y arqueólogos a la hora de describir los usos y costumbres de los aborígenes canarios. 
 
          En 1924, Miguel de Unamuno escribe durante su destierro: “El gofio es la principal base de la alimentación del pueblo canario, pues la gente pobre de estas islas vive del gofio, las papas y el pescado seco. En estas Islas Canarias se llama gofio a la harina de trigo, de millo o de cebada, cuyos granos fueron tostados previamente y fueron molidos en uno de estos molinos de viento que nos recuerdan a los gigantes contra los que peleó Don Quijote”.
 
Sitio Histórico
 
          El Molino de Barranco Grande, una de las pocas señas de identidad que se conservan de nuestros antepasados. Al estar vinculado con acontecimientos con valor histórico sería adquirido por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 2007. 
 
          Debido al lamentable estado en que se hallaba, al reconstruirlo las partes derruidas se dejaron se dejaron en el mismo estado en que se encontraban, mientras que el mecanismo de madera de su interior se restituyó por completo, dejándolo a la vista de los visitantes. Para sustentar las aspas y la maquinaria se incluyó un armazón de hierro. 
 
          En la plaza que se construyó en su entorno, se colocaron las piezas antiguas que se encontraron durante las obras (piedras, timón, etc.), adjuntándole a cada una su panel informativo. Desgraciadamente, la mayoría de esto vestigios han desaparecido.
 
          Su restauración levantó mucha polémica, ya que no se respetó la  antigua estructura del Molino. Además, el muro que rodea la plaza se hizo de hormigón, cuando tenía que haberse revestido de piedras.
 
 
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