Expedición Magallanes-Elcano y Misión Apolo XI: dos grandes saltos para la humanidad

A cargo de Miguel Ángel Noriega Agüero (Pronunciada el 6 de septiembre de 2022 en el Real Club Náutico de Tenerife).

 

MAN - 1 Personalizado

 

          Gracias por su asistencia a este evento esta tarde de primeros de septiembre. Gracias por su interés hacia dos gestas viajeras tan importantes para la humanidad

          Una de ellas, más reciente, quizás alguno de ustedes la vivió en directo frente al televisor, está protagonizada por los EEUU, pero esos tres hombres allá en la Luna fuimos todos. 

          La otra aventura, de la cual celebramos actualmente su V centenario, tendrá especial relevancia en esta conferencia. La expedición Magallanes-Elcano, además de ser una hazaña española, cobra especial relevancia en esta isla y esta ciudad, ya que en septiembre de 1519 fondearon en esta rada santacrucera las cinco naos. Tres hombres subieron a la tripulación de esta flota en Tenerife. Desde aquí partieron al nuevo mundo y al nuevo océano. 

          Santa Cruz de Tenerife recuerda el paso de Magallanes, Elcano y el resto de hombres con varios hitos conmemorativos, todos ellos bajo iniciativa y colaboración de la Tertulia Amigos del 25 de julio. 

                     - El Paseo de los Visitantes, que recuerda a figuras ilustres que hayan recalado en la isla a través de nuestro puerto. Lo comienzan al unísono Magallanes y Elcano

                     - Una placa colocada en el puerto santacrucero que recuerda la escala de la flota de Magallanes, su primera en todo el periplo, en la rada de Santa Cruz, a finales de septiembre de 1519

                     - Y, por último, el monumento a la expedición de Magallanes-Elcano y su vuelta al mundo, habiendo recalado en Santa Cruz y tomando como referencia para sus mediciones el meridano de Tenerife

          Sirva esta ponencia para hacer llegar a más gente ambas proezas, si bien especialmente, la vuelta al mundo de Magallanes-Elcano. Aún poco conocida e infectada de leyenda negra, como otras tantas hazañas de nuestra historia, sigue siendo infravalorada y desconocida. 

          Expedición Magallanes-Elcano y Misión Apolo11. Ambas expediciones partieron con un difícil objetivo a consumar. Eso sí, unos, los miembros de la NASA, sabían lo que querían conseguir y así fue, el ser humano llegó y pisó la Luna. 

          Los otros, que no podían recurrir a la frase de “Houston tenemos un problema”, tenían como fin ir a las islas Molucas o de la Especiería navegando hacia el oeste y así hicieron. Pero, además, una vez allí, y aquí está el grandioso mérito de esta expedición, siguieron sin cesar rumbo a occidente, cruzando el Índico y regresando a España, circunvalando el globo.

          La conferencia que tengo el placer de presentarles hoy tiene como finalidad traer a la palestra de nuevo el mérito y la grandiosidad de una travesía por tres océanos, durante 1.084 días de navegación y 46.270 millas marinas recorridas (unos 85.700 kilómetros, más del doble de la circunferencia terrestre). 5 naos, auténticas cáscaras de nuez para el contexto actual, Trinidad, San Antonio, Victoria, Concepción y Santiago, con una tripulación de 245 marineros, compuesta mayoritariamente por españoles, pero también por portugueses, griegos, franceses, italianos, belgas, ingleses, irlandeses y alemanes.

          Y qué mejor que haciendo una comparativa con la mayor hazaña reciente del ser humano en lo que a viajes se refiere. La llegada a la luna en 1969. 

          Similitudes y diferencias, entre dos viajes, dos aventuras, que han ocasionado dos grandes saltos para la humanidad. 

          De una hace apenas 53 años, de la otra cinco siglos. He querido que esta charla que hoy les ofrezco tenga lugar en esta entidad, tan ligada al mar, y precisamente hoy, 6 de septiembre, fecha en que exactamente se cumplen 500 años de la llegada de Elcano y sus compañeros a las costas españolas de donde partieron en el verano de 1519, cerrando así la vuelta a la tierra y con ello, consumando la primera circunnavegación terrestre. 

          Permítanme un apunte. Cabe decir que hoy es festivo en el País Vasco conmemorando esta efeméride (Elcano era guipuzcoano) y bien podría haberlo sido en toda España. 

          Así pues, felicidades a todos por poder vivir esta fecha y honor y gloria para aquellos astronautas de hace cinco décadas y para aquellos marinos de hace cinco siglos. 

          Y ahora sí, comenzamos. 

         10 de agosto de 1519, cinco naves bajo el mando de Fernando de Magallanes zarpan del puerto de Sevilla, España, con 239 tripulantes. El objetivo: navegar hacia el oeste y encontrar una ruta alternativa hacia las islas Molucas, las islas de las Especias, en la actual Indonesia.

          6 de septiembre de 1522, una sola nave de las cinco que partieron, la Nao Victoria al mando de Juan Sebastián de Elcano y otros 17 hombres, atraca en el puerto de Sanlúcar de Barrameda.

          Tiempo total de la misión: 3 años y 25 días, dando la vuelta al globo, navegando siempre hacia el oeste.

          Regresan a España 18 hombres. Habían realizado la hazaña de darle la vuelta al mundo por primera vez. El 8 de septiembre famélicos desembarcan en Sevilla, poniendo pie en tierra. 

         16 de julio de 1969, a las 13:32 UTC, el lanzador Saturno V de la NASA, despega de Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos. Lleva a bordo una tripulación de tres hombres al mando del Coronel Neil Armstrong. El objetivo: llegar a la Luna, alunizando en el Mar de la Tranquilidad. 

          20 de julio de 1969 a las 20:17 UTC, el módulo lunar Eagle, aluniza en el sitio elegido y dos miembros de la tripulación exploran la Luna durante dos horas y media. 

          24 de julio de 1969, a las 16:50 UTC estos tres hombres regresan a la Tierra sanos y salvos. 

          Tiempo total de la misión: 195 h 18 min 35 s

          Los tres astronautas son recibidos como héroes en su país y en el resto del mundo. 

          Estos dos hechos históricos son auténticas conquistas del ser humano por llegar a donde nadie había llegado antes y que, aunque se realizaron bajo condiciones distintas, en el fondo tienen muchas similitudes: son producto del espíritu humano en su afán por descubrir, en su voluntad de aventura, en su esfuerzo por competir. Son también producto de la ambición y del deseo de obtener ganancias. Pero, sobre todo, son producto de la cooperación y el esfuerzo coordinado, el uso de la inteligencia y la aplicación de la ciencia. 

          Primus circundedisti me: Fuiste el primero que la vuelta me diste, quedó para siempre ligado a la figura de Elcano.

          Venimos en son de paz por toda la humanidad, permanece para siempre en la Luna gracias a una placa que los estadounidenses dejaron en nuestro satélite. 

 

TIERRA/LUNA

          Para los europeos de comienzos del siglo XVI el Océano Pacífico constituía la cara oculta de la Tierra. Casi la mitad del globo era aún desconocida. Magallanes y Elcano nos la trajeron al viejo continente y desde ese momento un nuevo mar se abría a la navegación y la exploración, al comercio y a la cultura. 

          Igual de escondida para el ser humano estaba la cara oculta de la Luna. Este hemisferio estuvo oculto a la vista humana hasta que la sonda soviética Luna 3 la fotografió por primera vez el 7 de octubre de 1959.​ 

          Cabe decir, que la cara oculta de la Luna es el hemisferio de este satélite no observable desde la Tierra porque la Luna le presenta siempre la misma cara. Esto es debido a que la Luna tarda en rotar sobre sí misma, lo mismo que su movimiento de traslación alrededor de la Tierra.

  

LOS PROTAGONISTAS

          Ambos viajes los protagonizan cinco personas, pero tras ellos hay cientos de navegantes, científicos, exploradores, administradores, … Dos imperios del momento encabezan estas gestas, poniendo todo en el asador para lograrlas. 

          Fernando de Magallanes, portugués, lideró la expedición hasta su muerte en Filipinas en abril de 1521. Le sucederá en el mando Elcano, un marino español de Guetaria, que acabaría por culminar el regreso a España. 

          Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin pasaron a la historia por formar parte de la Misión Apolo 11. Dos de ellos, Armstrong y Aldrin pisaron la Luna, Collins quedó en la nave mientras sus compañeros alunizaban. Regresaron los tres, sanos y salvos, a la Tierra. 

 

LOS ANTECEDENTES

          Ambos viajes no fueron el germen de algo nuevo. Varios años antes, décadas incluso, otras expediciones las precedieron. Por citar algunas:

                     - por supuesto, las de Colón y su descubrimiento del nuevo mundo

                     - Rodrigo de Bastidas, quien recorrió parcialmente la costa de las actuales Panamá, Colombia y Venezuela.

                     - Alonso de Ojeda, que recorrió las costas que luego serían Colombia, Guyana, Trinidad, Tobago, Curazao, Aruba, el lago de Maracaibo y Venezuela (nombre con el que bautizó a esta zona sudamericana)

                     - Núñez de Balboa, primer europeo en divisar el océano Pacífico

                     - y otros muchos fueron la antesala de lo que más tarde harían Fernando de Magallanes y Juan Sebastián de Elcano. España comenzaba en ese final del XV y comienzos del XVI una época dorada surcando los mares del planeta, quizás poco conocida y admirada, pero que sin duda sentó las bases durante los siglos siguientes de nuestra Armada y las del resto de naciones, tanto tecnológica como militarmente. 

          Al Apolo 11 le precedieron otros diez hermanos, multitud de pruebas e investigaciones que arrancaron en los años 40, ya finalizada la Segunda Guerra Mundial, con el lanzamiento de aviones cohete y satélites.

                     - Score: 18 de diciembre de 1958, fue un satélite artificial estadounidense al que se considera el primer satélite de comunicaciones de la Historia.

                    - Explorer 6: 7 de agosto de 1959, realizó la primera fotografía de la Tierra desde el espacio

                     - Apolo 1: febrero de 1967, pionero de las misiones Apolo, se incendió durante unas pruebas del cohete en tierra, y la escotilla de la nave no se pudo abrir a tiempo. Murieron los 3 astronautas.

 

LA RIVALIDAD

          España y Estados Unidos de América protagonizan los dos hechos que marcan esta conferencia. Ambas naciones, permítanme utilice este término acuñado en el XIX referido a un territorio bajo la figura del Rey Carlos I, tenían enfrente sendos estados rivales de similar poder y recursos tecnológicos y humanos. 

          Portugal, tierra de extraordinarios navegantes y científicos en la Edad Moderna La URSS, gigante unión de repúblicas comunistas que coprotagonizó la Guerra Fría. 

          El viaje iniciado por Magallanes fue impulsado por la rivalidad entre España y Portugal, dos potencias de la época, debido a que el Tratado de Tordesillas de 1494, un decreto del Papa Alejandro VI, había dividido al mundo en dos partes entre españoles y portugueses. Esto favoreció que los portugueses controlaran las rutas marítimas hacia el continente asiático navegando hacia el este, alrededor de África, y motivó a los españoles a buscar una ruta alternativa, hacia occidente. Así, Magallanes, recibió fondos del rey Carlos I de España para encontrar una ruta hacia las Islas Molucas navegando hacia el oeste. 

          De manera paralela, la primera misión tripulada a la Luna se originó por la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética en un esfuerzo por establecer su supremacía ideológica y generó una competencia, científica, económica y, por supuesto, militar inédita hasta entonces. 

          Paralelamente a las españolas, grandes gestas sacan a la luz la extraordinaria valía de los marinos portugueses, por ejemplo:

                     - con los viajes de Pedro Álvares Cabral, descubridor del Brasil,

                     - Bartolomé Díaz, primer explorador europeo en doblar el extremo sur de África

                     - y por supuesto, Vasco de Gama, navegante al mando de la primera expedición que llegó a la India surcando el Atlántico primero y más tarde el Índico. 

          El Programa Espacial de la URSS arranca con:

                     - las enseñanzas de Konstantín Tsiolkovski a principios de siglo XX y ya en los años 30 con los lanzamientos de los primeros cohetes

                     - le seguirán en el tiempo, el primer satélite Sputnik 1, en 1957,

                     - al que sucedería el número 2 con la perrita Laika

                     - las misiones Luna 1 y Luna 2, con las primeras sondas que impactan con nuestro satélite y muestran su cara oculta

                     - y, ya en los años 60, las misiones orbitales de Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova

          Vemos que a España y a los EEUU les pisaban los talones, no estaban solos en sus carreras oceánicas/espaciales. Dos duros competidores tenían enfrente, lo cual hace más valiosas, si cabe, sus hazañas. 

 

FUGA DE CEREBROS

          Al igual que ocurrió durante la Guerra Fría, también se produjeron entre las potencias ibéricas episodios de fugas de cerebros. Sin ir más lejos, Magallanes era de origen portugués, aunque al servicio de la corona hispánica.

         El programa espacial norteamericano no habría sido posible sin las aportaciones de Wernher von Braun, un científico alemán, reclutado por EEUU junto a más de mil científicos alemanes, que había formado parte del partido nazi y que había trabajado para el ejército alemán en el desarrollo del misil-cohete V2, lanzado sobre Amberes y Londres. Fue él quien diseño el cohete Saturno V que sería el impulsor del Apolo XI. 

 

BASE DE OPERACIONES

          Los puertos españoles en el Golfo de Cádiz: Palos de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María, Cádiz ... fueron las lanzaderas de las naos y carabelas españolas durante esta época

          Sin olvidar a Sevilla. La NASA de comienzos del XV era sin duda la Casa de Contratación de Sevilla para las Indias, las Islas Canarias y el África atlántica. En ella se concentra todo el desarrollo de las ciencias astronómicas para la navegación de altura, la elaboración de cartografía y derroteros, la fabricación de instrumentos y la formación de pilotos, además de la organización de las expediciones a ultramar.

          En la península de Florida, por cierto, descubierta en 1513 por el vallisoletano Juan Ponce de León, se encuentra Cabo Cañaveral, donde se haya la base operaciones de la NASA.

          Allí se encuentra el Centro espacial John F. Kennedy y la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, donde se realizan los lanzamientos dese 1950. 

          Está situado estratégicamente en la costa oriental de la península de Florida lo que permite a los cohetes lanzarse hacia el este, en la misma dirección que la rotación de la Tierra. 

 

MARCO TECNOLÓGICO

          La llegada de la imprenta a mediados del XV y el desarrollo de la informática durante el XX marcan el contexto histórico de cada época. 

          Ambas herramientas han servido de base para el desarrollo económico y social de las décadas y siglos posteriores. 

          Las carabelas y las naos fueron los cohetes de los siglos XV y XVI.Naves, todas ellas, que se fueron perfeccionando en décadas posteriores y sin las cuales ambas gestas no habrían tenido lugar.

          La cartografía marina y terrestre, la construcción naval y los conocimientos astronómicos y marinos de la Edad Moderna sirvieron de base a la navegación

                     - Mapamundi Kunstmann IV, atribuido a Jorge y Pedro Reinel, del año 1519. Probablemente encargado por Magallanes antes de que zarpara la expedición.

                     - Corredera y reloj de arena o ampolleta, para medir la velocidad en el mar.

                     - Tabla de declinaciones solares

                     - Cuadrante marino clásico, para medir la altura del Sol sobre el horizonte.

          Durante el pasado siglo, la ingeniería aeroespacial y la comunicación electrónica, se convirtió en el marco tecnológico de la carrera espacial. 

          Todo esto unido a la utilización de lanzaderas y cohetes. Su desarrollo ya llevaba iniciado varias décadas. Primero como uso militar y ya acabada la II Guerra Mundial, destinados también a la astronáutica. 

 

EL RELATO

          La expedición de Magallanes/Elcano es conocida en grandísima medida gracias al relato de uno de sus tripulantes, Antonio Pigafetta. Este italiano escribió la “Relación del primer viaje alrededor del mundo”, que García Márquez describió en su discurso de aceptación del Premio Nobel como un libro “breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy”. 

          Pero, como dejó claro el pasado domingo en un estupendo artículo en prensa Luis García Rebollo, presidente de nuestra Tertulia y autor del libro La primera escala de la expedición Magallanes-Elcano, varios fueron los cronistas de la primera circunnavegación. Estos ofrecen mayor fiabilidad en sus relatos. 

          La Casa de Contratación encargó esta tarea a León de Espeleta en la Trinidad, Sancho de Heredia en la Concepción, Antonio da Costa en la Santiago, Martín Méndez en la Victoria y Gerónimo Guerra en la San Antonio

          Pero importante, por quien la escribe, es esta carta de Juan Sebastián de Elcano al Emperador Carlos V dando noticia de su llegada, fechada tal día como hoy 6 de septiembre, de hace apenas 500 años, en 1522:

          Muy alta e yllustre magestad Saberá tu alta magestad como somos llegado diez e ocho onbres solamente con una de las çinco naos que tu alta magestad enbió en descubrimiento de la Espeçiaría con el capitán Fernando de Magalas que santa gloria aya. 

          Más sabera tu Alta Magestad lo que en más avemos de estimar y tener es que hemos descubierto e redondeado toda la redondeza del m[u]ndo, yendo por el oçidente e veniendo por el oriente. 

          Suplico e pido por merçed a tu Alta Magestad por los much[os] trabajos e sudores e hanbre e sed e frío e calor que ésta tu gente ha pasado en tu serviçio, les hagas merçed de la quarta parte e vintena de sus caxas e quintalada. Así, me quedo besando pies e manos de tu Alta Magestad. Fecha en la nao Vitoria, en Santlúcar, a VI de setienbre de mil e quinientos e veynte e dos años. Servidor de tu Alta Magestad.  

          El capitán Juan Sebastián de Elcano 

          El transporte de cámaras fotográficas y de vídeo, emitiendo la señal en directo desde la luna por las televisiones de todo el mundo, sirvió de informe en vivo de lo que acontecía aquel verano de 1969 en nuestro satélite. 

          600 millones de espectadores de múltiples naciones siguieron por televisión las andanzas lunares de Armstrong y Aldrin.  Incluso pudimos oír sus voces con aquella célebre frase de “un pequeño paso para un hombre …”

           Incluso Richard Nixon, entonces presidente de los EEUU, tenía un discurso preparado para leer en televisión en caso de que la misión fracasara:

          Estos hombres han dado sus vidas por el objetivo más noble del ser humano: la búsqueda de la verdad y el conocimiento. Sus familias y sus amigos llorarán por ellos. Su nación llorará por ellos; la gente del mundo llorará por ellos; la madre Tierra, que se atrevió a enviar a dos de sus hijos a lo desconocido, llorará por ellos. Otros seguirán sus pasos y encontrarán su camino de vuelta a casa.

 

CONDICIONES DEL VIAJE

          Ni el más osado de los marinos de hoy en día atravesaría océanos a bordo de aquellas naves del XVI, auténticas cáscaras de nuez en mitad de la mar, repletas de cerdos, vacas y gallinas y ocupadas por decenas de tripulantes con los que compartir sueños, riñas, ratas, vino … y letrinas. 

          Con unos 20 metros de eslora y poco más de 7 de manga, convivían los 45 a 60 hombres que las tripulaban. Tan solo el capitán disponía de cámara propia, y el resto buscaba, entre los pocos espacios libres de sus cubiertas barridas por el agua, el viento y el mar, algún pequeño hueco al raso donde echar sus mantas y descansar. Su alimentación consistía en escasas raciones de un pan cocido dos veces, llamado bizcocho, vino, legumbres, frutos secos y otros víveres en salazón, ya que los alimentos frescos almacenados en las bodegas donde apenas corría el oxígeno, se corrompían a los pocos días de navegación y el agua potable se hacía putrefacta en poco menos de un mes. El hambre y la enfermedad, se llevaron por delante a 51 de los 245 tripulantes de la expedición, que en los momentos más trágicos llegaron a comer el cuero de los palos, gusanos, ratas y el serrín de la madera, para no morir.

          Ahí tienen una réplica a escala de la Nao Victoria para que vean la comparativa con un pequeño buque pesquero actual. 

          Ni el más loco astronauta montaría en la actualidad en el Apolo 11, con un ordenador de vuelo de menor potencia que un teléfono móvil actual (con 36 KB de memoria ROM y una RAM de 4KB), y donde sus tripulantes iban encajados literalmente sin apenas opción a movimientos. 

          Los trajes pesaban 48 kilos y les permitía hacer unos movimientos muy limitados. Por ejemplo, para hacer de vientre debían de quitarse los trajes una hora antes. 

          No llevaban nada de agua en la nave. El que consumían a bordo era un subproducto proveniente de las pilas de combustible en las que se generaba electricidad mediante la reacción del hidrógeno y oxígeno que sí transportaban.

          La comida iba deshidratada y envasada al vacío. Una vez posados en la Luna, los astronautas pudieron comer sopa de pollo, estofado, fruta seca y varias clases de jugos. Para preparar los alimentos, los astronautas debían agregar agua en la comida deshidratada y esperar 3 minutos. Todos los platos iban envasados en bolsas de plástico que tenían una boquilla donde ajustar el caño de una pistola dispensadora de agua fría o caliente, según el gusto del astronauta.

          Al finalizar, cada bolsa tenía pegadas por fuera pastillas germinicidas, que debían introducirse cuando se terminara de comer. Se enrollaba la bolsa y luego se depositaba dentro de un compartimento especial de residuos.

          Para orinar, los astronautas empleaban un objeto similar a un condón, conectado a una bolsa mediante una pequeña manguera. 

          Para defecar, utilizaban una bolsa de plástico que se pegaba con cinta adhesiva a las nalgas para capturar las heces. Tras ello, el astronauta debía "sellar la bolsa y amasarla para mezclar un bactericida líquido con el contenido" a fin de estabilizar las heces. Debido a que esta tarea era desagradable y requería una cantidad de tiempo excesiva, los astronautas consumían alimentos con poca fibra y además de varios laxantes antes del lanzamiento.

 

RITOS, COSTUMBRES Y SUPERSTICIONES

          Por todos es sabida de la existencia de ritos y costumbres de las gentes de la mar, antes, durante y después de navegar. Imaginémonos lo que sería en aquel lejano comienzo del siglo XVI, con océanos plagados de corsarios, tormentas difícilmente predichas con antelación y monstruos y seres marinos que supuestamente habitaban los mares. 

          Durante la carrera espacial las supersticiones y ritos abundaban y existen aún: a los directores de lanzamiento, pruebas e ingenieros primerizos se les cortan las corbatas; los astronautas de la NASA desayunan el día de un lanzamiento (filete con huevos revueltos) lo mismo que tomó Alan Shepard, primer americano en el espacio, antes de salir al espacio exterior; las aeronaves rusas portan un colgante a modo de amuleto y elegido por la tripulación, que se cuelga en el interior hasta que deja de haber gravedad. 

          Cuenta la leyenda que Gagarin orinó en la rueda de la guagua que lo llevaba a la nave antes del despegue. Desde entonces, es tradición que los cosmonautas rusos hagan lo mismo antes de volar, si bien, con los trajes actuales lo tiene  mucho más complicado. 

          En fin, protocolos y costumbres curiosas, antes y ahora. 

 

OCÉANO PACÍFICO

          Tras pasar el invierno austral en la Bahía de San Julián, ojo a tan solo 1.800km de la Antártida, la expedición de Magallanes ya con solo tres naves debido a la pérdida de la Santiago y la sublevación y regreso de la San Antonio, se decide a buscar de nuevo el ansiado paso.

          Cinco semanas les lleva atravesar el estrecho y el 28 de noviembre de 1520 dejan a babor el Cabo Deseado y salen a mar abierto. 

          Magallanes al verlo lloró de alegría y bautizó aquel saliente con ese nombre, Deseado. 

          Durante casi tres meses y medio las tres naos surcan de sureste a noroeste el Océano Pacífico, precisamente bautizado así por el propio Magallanes. 137 interminables días, en donde el hambre y el escorbuto se iba adueñando de la tripulación. 

          Pigafetta detalla en su diario de a bordo cuando aún faltaba mes y medio para tomar tierra:

          Navegamos sin detenernos recorriendo alrededor de 4.000 leguas de este Mar Pacífico, que en verdad, es bien Pacífico durante este tiempo porque no hubo tempestades, sin divisar otra tierra más que dos islotes deshabitados en los que sólo encontramos pájaros y árboles. Las llamamos islas Desafortunadas. 

          Cada día hacíamos 50, 60 o 70 leguas según la singladura. Si Dios y su bendita Madre no nos hubieran proporcionado tan buen tiempo hubiéramos muerto todos de hambre en este mar sin límites.

          No pudimos conseguir alimentos frescos. Comíamos bizcocho a puñados, aunque no se puede decir que lo fuera porque solo era polvo mezclado con gusanos que se habían comido lo mejor y lo que lo quedaba apestaba a orines de ratas. Bebíamos agua amarilla, pútrida desde hacía tiempo y comíamos las pieles de buey que están sobre el palo mayor. 

          El sol, la lluvia y el viento las había puesto durísimas, pero las sumergíamos durante cuatro o cinco días en el mar y luego las poníamos un rato sobre las brasas y nos las comíamos. 

          Muchas veces tuvimos que comer serrín de las maderas. 

          Las ratas se vendían a medio ducado cada una y había poquísimas. 

          Pero la mayor desgracia de todas fue que a algunos hombres se les inflamaron las encías de tal modo que no podían comer y se morían. Murieron 21 hombres y 25 o 30 tuvieron dolores en los brazos, en las piernas o en otros lugares. 

          Finalmente, toman tierra en Isla de los Ladrones (hoy de Guam o de Las Marianas) el 6 de marzo de 1521. Dejó dicho Pigafetta: 

          “(...) El Capitán General quiso detenerse en la mayor para abastecernos de alimentos frescos. Pero no pudo ser porque la gente de aquella isla se precipitó sobre nuestras naves robándonos tan pronto una cosa como otra, con tanta rapidez que no pudimos evitarlo (...)”. 

          Ese mar al otro lado del Nuevo Mundo que avistó Núñez de Balboa el 25 de septiembre de 1513 desde lo alto las montañas panameñas y que fue nombrado como Mar del Sur, pasaba a ser un océano a ojos y sabiduría española. 

          Los tres estadounidenses entraron en nuestra atmósfera a 43.000 kilómetros a la hora, cayendo al Pacífico, al suroeste de Hawai, a tan solo 1.000km por donde navegaron los hombres de Magallanes allá por febrero de 1521.

 

LAS PRUEBAS

          Elcano y diecisiete de sus compañeros arribaron a Sevilla en estado famélico, cargados con entre 20 y 30 toneladas de clavo y varias aves del paraíso, quizás las primeras en llegar a Europa. 

          Amstrong, Collins y Aldrin venían acompañados de unas 50 rocas lunares que sumaban algo más de 20 kilogramos. 

          Sumando el resto de las misiones Apolo, los terrícolas hemos robado a la Luna unos 380 kilos de material. Pero hemos compensado con creces esa pérdida, al haber dejado allí 230 toneladas de chatarra. 

 

RELIGIÓN

          La expedición de Magallanes-Elcano llevaba a bordo dos capellanes, ninguno de ellos completaría la circunnavegación. 

          Estando ellos o no eran festejadas las celebraciones religiosas más importantes (navidad, semana santa, …). Se hacían misas allí en donde desembarcaban y se procedía a evangelizar nuevas tierras conocidas. 

          Queda para la posteridad un lugar cercano a la Bahía de San Julián (Argentina) en donde, según Pigafetta: «Plantamos una cruz en la cima de una montaña cercana, a la que llamamos Monte Cristo, y tomamos posesión de esta tierra en nombre del rey de España ».

          Bautizaron lugares con nombres de Santos e incluso otras referencias religiosas, como por ejemplo el Cabo de las oncemil vírgenes, en honor a las doncellas mártires del siglo III que habrían acompañado a Santa Úrsula, según la tradición, en su peregrinación hacia Roma. Incluso el hoy conocido como Estrecho de Magallanes, fue denominado por la expedición como Estrecho de Todos los Santos, al discurrir por él en noviembre de 1520. 

          En uno de sus desembarcos por esas aguas australes americanas, en Las Sardinas, se celebró la primera misa en tierras chilenas. Allí, bajo el Cerro La Cruz, el capellán bautizó a un patagón. Hoy en día una cruz conmemora este hecho. 

          El astronauta Buzz Aldrin era presbiteriano y pidió permiso a su iglesia para consagrarse a sí mismo una comunión al alunizar. Aldrin llevó un pequeño kit religioso compuesto por una hostia y un poco de vino. Comulgó con ellos poco después de aterrizar y decir unas palabras.

          Estos fueron los primeros alimentos tomados en la Luna.

          Años más tarde en el libro de sus memorias Magnífica Desolación, Aldrin confesó que: "Tal vez, si tuviera que hacerlo otra vez, no celebraría la comunión. A pesar de que el sacramento cristiano, era una experiencia profundamente significativa para mí, yo había llegado a la Luna en nombre de toda la Humanidad - ya sean cristianos, judíos, musulmanes, animistas, agnósticos, o ateos".

          Este astronauta, por cierto, fue quien inspiró al célebre personaje de Toy Story: Buzz Lightyear

LAS CONSECUENCIAS

          Y, como siempre, todo hecho trae consigo unas consecuencias. Con la vuelta de la Nao Victoria, Carlos I agrandaba su imperio, España estableció nuevas rutas comerciales con las Indias y, sobre todo, con Filipinas y el resto del Pacífico. La navegación global por los océanos del planeta no había nada más que comenzado.

          En 1565 Miguel López de Legazpi conquista las Filipinas, bautizadas en honor del entonces Rey Felipe II. 

          Andrés de Urdaneta descubre y documenta la ruta a través del océano Pacífico desde Filipinas hasta Acapulco, conocida como Ruta de Urdaneta o tornaviaje. El tráfico de galeones entre América y Filipinas y regreso y su correspondiente unión con Canarias y la España peninsular desde Veracruz con la flota de Indias conectó Europa, América y Asia hasta comienzos del XIX. 

          Y vendrían también rutas de exploración españolas por todo el Pacífico y costas occidentales americanas, desde Nueva Guinea hasta Alaska, pasando por Hawai. El Mar del Sur, el Pacífico pasaría a llamarse popularmente como el "Lago Español".

          La carrera espacial continuó y continua tras el éxito de 1969. Primero aún con la guerra fría y después con los comienzos de la cooperación entre naciones.

          Llegaron los satélites de posicionamiento para GPS, la mejora de las telecomunicaciones, el telescopio espacial Hubble, las misiones en marte, la misión Artemis, …

          El regreso de los tripulantes del Apolo 11 supuso la consolidación de una segunda mitad del siglo XX marcada por el despegue tecnológico, la mejora de las comunicaciones y el desarrollo científico. La carrera espacial no se detuvo aquí, ni mucho menos.

          Y gracias a ella llegaron: 

                     - las luces led

                     - las placas solares

                    - los alimentos deshidratados 

                     - los detectores de humo

                     - la Monitorización ultrasónica y un largo etc.

 

ESFERICIDAD TERRESTRE

          Los tres integrantes del Apolo 11 junto a sus anteriores compañeros de viajes espaciales ya habían podido comprobar la esfericidad terrestre. Desde allá arriba la tierra se ve en su plenitud, redonda, azul, brillante, …

         Ya en la película Apolo 13, Tom Hanks en el papel de Jim Lovell, nos muestra como desde el espacio la Tierra puede taparse por completo simplemente estirando el brazo y poniendo el pulgar frente a los ojos. Somos un puntito en el universo, un punto esférico. 

          Pigafetta escribe en su diario a dos meses de llegar a España y en su paso junto a Cabo Verde:

                    Isla de Sao Tiago, Cabo Verde, julio de 1522:

          Habíamos encargado a los hombres que bajaron a tierra que preguntaran a los portugueses qué día era y les habían contestado que era jueves. 

         Nos quedamos muy sorprendidos porque para nosotros era miércoles. No sabíamos cuándo nos podíamos haber equivocado, porque yo, que había estado siempre sano, había seguido la cuenta día a día. 

        Luego se nos explicó que no habíamos cometido ningún error porque habiendo navegado hacia occidente hasta llegar al punto de partida, siguiendo el curso del sol, habíamos tenido una ventaja de 24 horas. 

 

TOPONIMIA

          Y, como consecuencias toponímicas, Armstrong, Collins y Aldrin dieron nombre a tres cráteres lunares de impacto, satélite en donde precisamente Magallanes cuenta igualmente con otro cráter, además de uno en el planeta Marte.  

          Además, Pigaffetta y Elcano dan nombre desde hace unos años a sendas cadenas montañosas en Plutón.

          Si bien, lo más conocido es sin duda el Estrecho de Magallanes, en honor a su descubridor. Hoy en día es utilizado por decenas de barcos al día, que cambian de océano gracias a sus 600 km de canal a modo de enorme fiordo. 

          Sin olvidarnos, por supuesto, del Buque Escuela de la Armada Española Juan Sebastián de Elcano, que lleva casi un siglo surcando los océanos del planeta, siendo uno de los símbolos representativos de nuestro país fuera de España.

 

DESCUBRIMIENTOS

          La navegación de Magallanes, Elcano y el resto de tripulantes dio lugar a nuevos territorios para los europeos, a estos nuevos lugares les dieron nombres como: Montevideo, Bahía de San Julián, Cabo de las Once Mil Vírgenes, Cabo Deseado, Estrecho de Magallanes, Mar Pacífico, …

          Pero hay dos lugares singulares que aún perviven en la toponimia actual: Patagonia y Tierra del Fuego

          Dice Pigafetta del primero, la Patagonia, bautizada así por los pies y piernas tan grandes de sus pobladores:

          “Este hombre era tan grande que nuestra cabeza llegaba apenas a su cintura. De hermosa talla, su cara era ancha y teñida de rojo, excepto los ojos, rodeados con un círculo amarillo, y dos trazos en forma de corazón en las mejillas. Sus cabellos, escasos, parecían blanqueados con algún polvo. Su vestido, o mejor dicho, su manto estaba hecho de pieles muy bien cosidas, de un animal que abunda en este país…”.

          De Tierra del Fuego hablan así al ver la gran cantidad de hogueras desde las naos a su paso por el estrecho hacia el Pacífico.

          Magallanes y Elcano junto a sus hombres fueron los primeros europeos en ver varias especies de fauna, dando fe de ella en sus relatos y trayendo a España alguno de estos ejemplares:

                    - El lobo marino de dos pelos u oso marino.

                    - Insecto hoja

                    - Titi león dorado

                    - Pecari

                    - Espátula rosada

                    - Pingüino de Magallanes

                                   "Continuamos costeando por la misma ruta hacia el polo antártico hasta encontrar dos islas llenas de patos y lobos marinos en tan gran número que no se puede explicar; en una hora llenamos las cinco naves. Son de color negro u las plumas son iguales en el cuerpo y en las alas; no vuelan y se alimentan de peces. Estaban tan gordos que no pudimos desplumarlos sino que tuvimos que desollarlos. Su pico es como el de los cuervos".

                    - Guanaco

                                        "... se vestía con la piel de un animal hábilmente cosida. Este animal tiene cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello y cola de caballo; relincha como este último. Hay muchísimos en esta tierra"

                   - Ave del paraíso

                                      "Nos dio también para el rey de España dos aves muertas muy hermosas. Estas aves son del tamaño de un zorzal, tienen la cabeza pequeña y el pico largo, las patas del grueso de una pluma de escribir y de un palmo de largo; la cola se asemeja a la del zorzal; carecen de alas pero en su lugar tienen plumas largas de diferentes colores, como un penacho, y todas las demás, con la excepción de las que le sirven de alas, son de un color oscuro. Estas aves no vuelan sino cuando hace viento. Se dice que provienen del paraíso terrenal y las llaman bolon dinata, es decir, pájaros de Dios"          

         

          Los océanos del planeta fueron surcados con naves (naos, carabelas, …). El espacio se conquistó con naves, espaciales, y los que las manejan son llamados astronautas, que significa «navegantes de los astros».

        Las tripulaciones de ambos viajes demostraron y comprobaron, cada una a su manera, la esfericidad de la Tierra y volvieron a demostrar que el ser humano ama la aventura, la necesita para su desarrollo y, generación tras generación, se empecina en romper barreras geográficas. 

         Walter Cronkite, presentador de la cobertura de la misión Apolo 11 de la cadena estadounidense CBS, llegó a decir pocos días antes de fallecer, en vísperas del 40º aniversario de aquel acontecimiento, que “de todos los logros de la humanidad en el siglo XX y también de todos nuestros gigantescos fallos, es el acontecimiento que dominará los libros de Historia dentro de 500 años”. 

          Eso mismo se podría haber dicho en 1522 tras la Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano. Cuatro siglos y medio hubo que esperar para que el ser humano protagonizara una gesta igual o más colosal que aquella. 

          Ambas fueron y son dos grandes saltos para la humanidad

          ¿Qué nos traerán las décadas y siglos siguientes? Seguro que nuevas hazañas. Nuevas gestas que sigan rompiendo fronteras, dentro de nuestro planeta como fuera de él.

          Recordemos, como se merece, que un día como hoy de 1522 una nao, la Victoria, llegaba a Sanlúcar completando así su viaje alrededor de la Tierra. 

          Navegando siempre hacia el oeste y tripulada por unos hombres valientes y osados que pasaron a la historia por protagonizar la mayor hazaña alcanzada hasta la fecha. 5 siglos tuvieron que pasar para que otra gesta viajera llegara a ser de tal proeza. 

          Muchas gracias.

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