Bienes de Interés Cultural en Santa Cruz de Tenerife (2). Museo Municipal de Bellas Artes

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 16 de enero de 2022).
 
 
BIENES  DE  INTERÉS  CULTURAL  EN  SANTA  CRUZ  DE  TENERIFE  (2)
 
MUSEO MUNICIPAL DE BELLAS ARTES
 
 
 
Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento por Decreto de 1 de marzo de 1962
 
 
Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife Personalizado
 
 Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife
 
 
          El Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, fundado por los pintores Pedro Tarquis Soria y Teodomiro Robayna Marrero, apoyados por Patricio Estévanez Murphy desde su periódico el Diario de Tenerife, abriría sus instalaciones el 25 de julio de 1900 en una sala del ala derecha del edificio de la Sociedad Musical Santa Cecilia (actual Parlamento de Canarias). Un año más tarde, al haber comprado la Diputación Provincial el citado edificio, el Museo se trasladaría al antiguo convento de San Pedro de Alcántara, en la plaza San Francisco, cedido por el Estado al Ayuntamiento para que estableciera allí las Casas Consistoriales, el Museo, la Biblioteca, el Establecimiento de Segunda Enseñanza, la Escuela de Instrucción Primaria, la Escuela municipal de dibujo, la cárcel, el depósito de cadáveres, el acuartelamiento del batallón de Canarias, la Diputación Provincial, la Audiencia y el Juzgado de 1ª Instancia.
 
          El Museo ocuparía todo el piso alto del exconvento, cuya fachada daba a la plaza San Francisco. Contaba con cuatro salas, dos grandes y dos pequeñas, situadas a ambos lados de la torre. A partir de 1906 también ocuparía las dependencias que utilizaba el Ayuntamiento, al haberse trasladado al nuevo edificio de la calle Viera y Clavijo. 
 
          En 1925, el alcalde Santiago García Sanabria, contando con un crédito de 145.000 pesetas concedido por el Cabildo Insular y con el recargo que le aplicó a la Contribución Urbana durante los años que duraron las obras, sobre el solar del exconvento franciscano mandó levantar un edificio multiusos, proyectado y dirigido por el arquitecto Eladio Laredo Carranza, para instalar el Palacio de Justicia y la Audiencia Provincial, en el frontis orientado a la plaza San Francisco; el Juzgado de Primera Instancia y el Juzgado Municipal en el costado de la calle Ruiz de Padrón; la Biblioteca Municipal y el Museo de Pintura, Escultura y Antigüedades, en la parte posterior que daba a la calle José Murphy; también tendrían cabida la Casa de Socorro, el Parque de bomberos, el laboratorio municipal, y las viviendas del Presidente de la Audiencia, del Fiscal, y del portero del edificio. Del antiguo convento sólo se respetaron las iglesias de San Francisco y de la Orden Tercera, quedando la torre incorporada al nuevo edificio. Las obras finalizadas en 1933 no respondieron a las expectativas, ya que no pudo satisfacer totalmente a ninguno de los usos a los que se le pretendió dedicar.
 
          El Museo consta de tres plantas en torno a un gran patio central y dos patios más pequeños. La planta alta, retranqueada por un entablamento quebrado y estrecho soportando una gran cornisa en la parte superior del edificio a modo de coronamiento, presenta columnas de orden toscano y base rectangular, proyectadas como prolongación de las pilastras del piso inferior. 
 
          En la fachada que da a la calle José Murphy el basamento ofrece seis ventanales rectangulares en vertical separadas por pilastras adosadas, dobles en la puerta principal, más dos ventanales adintelados, y decoración de óculos y guirnaldas con placas rectangulares en piedra. La escalera de acceso, de dos rampas y gran amplitud, está situada a la derecha del edificio. Para la fachada que da a la calle Ruiz de Padrón utilizó la misma solución que la anterior, excepto en el arco de medio punto en piedra que se prolonga en bóveda hacia el interior del patio. Los ventanales de este lado aparecen rematados por entablamentos de casetones. 
 
          El frontis del Museo resultó una gran novedad para la ciudad, pues era la primera fachada cortina en la que en los intercolumnios que daban a la calle se colocaron bustos de intelectuales y pensadores, como homenaje a las figuras relevantes de la historia y la cultura de Tenerife. Realizados en 1932 por el escultor Guzmán Compañ, corresponden a Teobaldo Power, músico y compositor; Ángel Guimerá, poeta y dramaturgo; Juan de Iriarte, gramático y literato; Antonio de Viana, poeta; Villalba Hervás, periodista, historiador y político; Viera y Clavijo, historiador y polígrafo; Bethencourt y Molina, ingeniero e inventor. Asimismo, en la fachada de la calle Ruiz de Padrón se colocaron los bustos de: Nicolás Estévanez, militar, político y escritor; Tomás de Iriarte, literato; y Valentín Sanz, pintor.
 
          Como el concepto museístico había quedado muy desfasado en esta primera fase de las obras, al haber compartimentado las diferentes plantas en pequeños cubículos y disponer de pocas salas de mayores dimensiones, en 1964 el arquitecto Enrique Rumeu de Armas llevó a cabo una remodelación total del edificio con el fin de personalizar las obras de arte más importantes, logrando obtener catorce salas en las que se exponen las distintas obras de arte que existen, todas conservadas con controles de humedad. 
 
          El Museo dispondría de mayor espacio expositivo a partir de 1959, cuando se llevó a cabo la separación del material no artístico, el cual sería el germen del Museo Arqueológico y el de Ciencias Naturales del Cabildo Insular; y cuando la Biblioteca Municipal se trasladó a su actual ubicación en el TEA, el 31 de octubre de 2008. 
 
Jesús expulsa a los mercaderes del templo. Obra de Juan de Miranda Personalizado
 
Jesús expulsa a los mercaderes del templo, obra de Juan de Miranda
 
 
Patrimonio
 
          En las cinco salas que tenía el primer Museo Municipal, inaugurado el día de Navidad de 1908 en el antiguo convento franciscano, se expondrían las obras cedidas por los artistas Pedro Tarquis, Teodomiro Robayna, Nicolás Alfaro, Cirilo Truilhe, Fernando Ferrant y Gumersindo Robayna Lazo, padre de Teodomiro; cuadros de temática religiosa recuperados de los conventos suprimidos; ocho obras procedentes del fondo del Museo del Prado que Luís Maffiote había traído para montar una exposición en el Teatro Guimerá con motivo de las Fiestas de Mayo de 1900; y las  banderas inglesas tomadas en la Gesta del 25 de Julio. También, el Ayuntamiento donó algunos cuadros que decoraban las Casas Consistoriales, a la vez que adquirió obras de Ángel Romero Mateos y de Manuel López Ruiz, y cinco pinturas traídas de Europa por Juana Deghony, viuda de Buch. 
 
          Con los años, a estas colecciones se le irían añadiendo cuadros y esculturas del Museo de Arte Moderno de Madrid, 80 láminas de Los Caprichos de Goya, y 98 aguafuertes donados por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, gracias a las gestiones realizadas en la capital de España por Antonio Dominguez Alfonso, Diputado a Cortes por Santa Cruz de Tenerife, y por Juan Bautista de la Torre y Vega, Conde de Torrepando, Senador por las provincias de Puerto Rico, Zamora y Canarias. 
 
          Al inaugurarse el actual edificio de la calle José Murphy, en 1933, los fondos del Museo de Bellas Artes comenzarían a aumentar con seis cuadros de Valentín Sanz, comprados a la familia; la colección de veinte óleos, acuarelas y dibujos de Nicolás Alfaro, donadas por su hijastra Adelaida Leonart, traídos desde Barcelona; los lienzos dejados en depósito por la Capitanía General de Canarias de los pintores Manuel Dominguez Sánchez,  Eduardo de la Roche y Marcos Baeza;  pinturas de los s.XVI y XVII, también dejadas en depósito en 1940 dentro del programa El Prado Disperso, enviadas por el Director General de Bellas Artes, Juan Contreras y López de Ayala, Marqués de Lozoya; los tres óleos sobre lienzos que decoraban la antesala y el descansillo de la escalera de honor del Palacio de Carta cuando en 1946 fue adquirido por el Banco Español de Crédito; en 1964, las obras de Gumersindo Robayna Lazo, la colección de Pedro de Guezala, comprada a su viuda, y el legado de Arturo López de Vergara y Alberto; en 1993 pasaría a engrandecer la pinacoteca el Tríptico de Nava y Grimón, óleo sobre tabla de 1546 que reproduce distintos temas alusivos al nacimiento e infancia de Cristo, legado por la Fundación CEPSA y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, propietarios del mismo.  
 
          Haciendo un recorrido por sus instalaciones, en la planta baja encontramos las sala de exposiciones temporales y la de Pedro González. En la planta primera, el almacén visitable y la sala Negra. Las 10 salas de la planta segunda están dedicadas a exposiciones permanentes de: Arte Flamenco, Pintura Religiosa I, Pintura Religiosa II, a Juan de Miranda, Paisajes, Pintura de Historia, a Valentín Sanz, Retratos del s.XIX, a la renovación pictórica en la transición del s.XIX al XX, y al Regionalismo s.XX (Guezala).
 
         En ellas podemos admirar la mayor y más completa representación de pintores, escultores y acuarelistas contemporáneos, como: José Aguiar, Francisco Borges Salas, Pepe Dámaso, Óscar Dominguez, José Luis Fajardo, Pedro González, Manuel Martín Bethencourt, Néstor de la Torre, Martín González, Lola Massieu, Manolo Millares, Maribel Nazco, Ernesto Valcárcel, Cristino de Vera, Pepe Abad, Martín Chirino, Plácido Fleitas, Gaspar de Quevedo, Cristóbal Hernández de Quintana, Juan de Miranda, González Méndez, Francisco Bonnin, Antonio Glez. Suárez, Guillermo Sureda, Juan Galarza, Manolo Sánchez, etcétera.
 
          El Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife protege y difunde el patrimonio cultural y pictórico llevando a cabo una intensa actividad creativa y pedagógica encaminada a todos los sectores de la población y a las personas que nos visitan. 
 
 
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