Noticias antiguas de Canarias (15). El descubrimiento, la conquista y la situación actual de las Islas Canarias (1).

Por Alastair F. Robertson  (Traducido del inglés por Emilio Abad Ripoll y publicado en el Diario de Avisos el 12 de diciembre de 2021)

 

NOTICIAS ANTIGUAS DE CANARIAS

(En el British Newspaper Archive)

 

 

XV- El descubrimiento, la conquista y la situación actual de las Islas Canarias (1)

 

A lo largo del siglo XVIII, de vez en cuando aparecían en la prensa británica noticias relacionadas con las Islas Canarias y otras zonas cercanas. Disponemos de una maravillosa fuente “on line”, el British Newspaper Archive (Archivo de prensa británica) (www.britishnewspaperarchive.co.uk) que proporciona una información fascinante sobre hechos que ocurrieron hace cientos de años y de la que estamos extrayendo las noticias que recogemos en esta serie, que finalizará cuando el próximo verano vayamos a celebrar el 225 aniversario de la Gesta del 25 de Julio.

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          El 31 de diciembre de 1764, el Aberdeen Press and Journal publicaba un artículo sobre las Islas Canarias, posiblemente basado en un libro escrito por el capitán George Glas, un comerciante escocés con negocios en Canarias. A su vez, el libro era una traducción al inglés de La historia del descubrimiento y la conquista de las Islas Canarias escrito en 1632 por Fray Juan de Abreu Galindo.*

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Portada del libro de Fray Juan de Abreu en una reedición de 1940

 

Relato del descubrimiento, conquista y situación actual de las Islas Canarias

                   Las Canarias son siete; Lanzarote, Fuerteventura, Canaria, Tenerife, Gomera, Hierro y La Palma. Los antiguos las conocían con el nombre de Islas Afortunadas, y se suponía que eran los campos del Elíseo, la residencia de los bienaventurados. Pero después de la caída del Imperio Romano, parece que su recuerdo se borró por completo en Europa, hasta algún momento, entre los años 1326 y 1334, en que una tormenta empujó hacia ellas a un barco francés.

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Las Islas Canarias bajo el signo de Cáncer (Lorenzo Torriani, c. 1595) 

(Fuente: Las Islas Canarias a través de la Cartografía, de Juan Tous Meliá)

                  

                  Algún tiempo después de este descubrimiento, el conde de Claramonte, un noble español, obtuvo del papa Clemente VI la concesión de estas tierras, con el título de rey, bajo la condición de que se predicara el Evangelio a los indígenas.

                   El conde murió sin haber hecho uso de la concesión, y, durante un tiempo, nada nuevo sucedió con respecto a estas islas, hasta que algunos vizcaínos y unos habitantes de Sevilla, fletaron cinco barcos gaditanos con la intención de saquearlas.

                   Las naves, mandadas por Fernando Peraza, arribaron a Lanzarote. Al desembarcar los españoles, los nativos acudieron en masa a la orilla para contemplarlos. Los pobres paganos estaban indefensos y desarmados; mostraban curiosidad en sus miradas y en sus corazones anidaba la bondad; pero los piadosos cristianos, tal vez pensando, como el venerable padre San Agustín, que las virtudes de los infieles no superaban sus grandes pecados y que el peor tratamiento era demasiado bueno para ellos, descargaron inmediatamente una lluvia de flechas contra la multitud desprevenida, matando a unos e hiriendo a otros; el resto, preso de terror y asombro, huyó y se escondió.

                   Aquella execrable banda de ladrones y asesinos se dirigió inmediatamente al pueblo, que saquearon, apoderándose de un gran botín de pieles de cabra, sebo y ovejas, y no menos de 170 personas, entre ellos el rey Guanarame y la reina Tinguasaya.

                 En el año 1403, Juan de Bethencourt, un francés, obtuvo de Enrique III, rey de Castilla, la soberanía de todas las Canarias, aunque Enrique no tenía más derecho para ello que el que podían tener los habitantes de esas islas con respecto a España.

                   Los franceses desembarcaron en Lanzarote y se comportaron de manera muy diferente a como habían hecho los españoles; los habitantes los recibieron con la mayor amabilidad y hospitalidad, acomodándolos con todo lo que podían ofrecer y aportando gustosamente piedras, cal y otros elementos, cuando comenzaron a construir un fuerte defensivo.

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Verdadero retrato de Juan de Bethencourt, Rey de las Canarias, realizado por Baltasar Moncornet (fallecido en 1668)

                  

                      La isla pronto aceptó a Betancourt como su rey y, no mucho después, todos los nativos se convirtieron al cristianismo.

                   Poco después, una vez establecido en Lanzarote, Bethencourt obtuvo también excelentes resultados en sus expediciones a Fuerteventura, Gomera e Hierro, cuyos habitantes se convirtieron a su religión. Llevó a cabo varios ataques contra Canaria, pero sin éxito. En consecuencia, regresó a España para solicitar ayuda; pero la muerte le impidió completar su plan. Las islas conquistadas fueron vendidas sucesivamente a españoles y portugueses. Tras algunas disputas derivadas de esta doble compra, se confirió a la Corte de España el derecho de soberanía sobre las Canarias.

                   Como consecuencia del acuerdo, Fernando e Isabel, los reyes de España, enviaron en 1477 una expedición contra Canaria, que pese a un feliz desembarco y la construcción de un fuerte, no pudo completar la conquista de la isla. Sin embargo, se llevaría a cabo en 1485, tras muchas dificultades y gracias los refuerzos enviados desde España.

                  

         La próxima semana continuaremos con la historia de las demás islas.

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* Con respecto a este punto, el historiador don Alejandro Cioranescu escribió que la traducción está hecha “con una libertad que a veces nos impide reconocer el texto del autor español… (y) …con adiciones y observaciones propias del autor, que se permite a menudo digresiones de orden personal” (N. del T.)

 

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