In Memoriam. Pedro Ontoria Oquillas

 
Por Daniel García Pulido  (Publicado en El Día el 9 de julio de 2021).
 
 
          Desconozco en cuántas ocasiones a lo largo de la Historia se ha podido establecer una simbiosis entre un determinado autor y su personaje biografiado. Cuando uno identifica, leyendo los trabajos sobre la figura historiada, que coinciden uno por uno los rasgos y pautas de su comportamiento, su nobleza, su valentía y compromiso, con los del investigador que lo ha estudiado durante años, solo podemos apelar a los insondables cauces del destino que han unido a ambos individuos, separados por siglos de existencia. Este es el caso de nuestro querido amigo Pedro Ontoria Oquillas, a cuya memoria van destinadas estas líneas. Su legado ha quedado vinculado de forma inextinguible al del general Antonio Gutiérrez, arandinos ambos, en una conjunción entretejida por lazos invisibles e indivisibles. 
 
          Pedro Ontoria dedicó gran parte de su vida a la investigación histórica, para la cual robaba horas tanto a su propio descanso como al de sus dos auténticas pasiones, su entrañable familia y su labor de docente. De su trabajo en el ámbito de la historia hay incontables ecos desde su tierra natal, en Gumiel de Izán (Burgos), localidad de la que fue, podríamos afirmar, su cronista de hecho, hasta Tenerife, la isla que cautivó sus desvelos y donde se estableció tras haber vivido en tierras europeas durante su temprana madurez. El ámbito de sus estudios, multidisciplinar, es un reflejo de aquella envidiable formación académica de antaño. Ontoria poseía hondos conocimientos en lenguas latina y griega, en historia de la educación, en historia del Arte, en Literatura, entre muchas otras vertientes, y fruto de ese bagaje cultural fraguaron a lo largo de su vida artículos y libros sobre esas temáticas, siempre sumando, siempre aportando facetas o referencias de interés. Nunca olvidaré que Pedro publicó en este periódico El Día un sorprendente estudio sobre la posible autoría del archiconocido poema del Mío Cid, un texto que acabaría teniendo notoria repercusión entre las autoridades especializadas en esa magna obra de nuestra literatura universal.  
 
          Personalmente podría afirmar que tuve el privilegio de conocer a Pedro Ontoria antes incluso de conocerle, valga el contrasentido, y es que devoré las páginas de su primera biografía General Antonio Gutiérrez : 1729-1799: vencedor de Nelson en Santa Cruz de Tenerife, editada por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 1994. Cuando ya tuve la suerte de entablar amistad con él, por mediación de nuestro siempre añorado Luis Cola Benítez, nos embarcamos en la recopilación de las Fuentes Documentales del 25 de Julio de 1797, un proyecto que nació por idea del propio Pedro Ontoria y que sigue hoy dando sus frutos. No dudes, preciado amigo, que seguiremos en esa senda. 
 
          Ontoria, con la reedición y notable ampliación de su biografía sobre el general Gutiérrez (Ediciones Idea en 2006), se ha convertido en una pieza clave en la fundamentación histórica del asalto británico a Santa Cruz de Tenerife en julio de 1797. Con su rigor, su estilo sistemático, infatigable, se fue ordenando el conocimiento existente sobre la Gesta en mil y un apartados, y hoy su esfuerzo, plasmado en varias ediciones, pone al alcance de cualquier investigador todas las fuentes sobre la histórica batalla, una de las páginas más fascinantes dentro de los anales insulares.
 
         La mirada de Pedro, esos pequeños ojos azules, vivirán en las pupilas del bronce eterno de la escultura del general Gutiérrez, fundidas ambas, contemplando el horizonte de ese Santa Cruz al que dedicó sus desvelos intelectuales y humanos. ¡Descansa en paz, queridísimo y admirado amigo!
 
- - - - - - - - - - - - - -- - - -