Cromos británicos (10) Urinario del año

 
Por Antonio Salgado Pérez  (Publicado en El Día el 19 de octubre de 1997)
 
 
 
“URINARIO DEL AÑO”
 
 
          De esta interminable caravana de turismos, furgonetas, roulottes y otros extraños aparatos sobre ruedas, ha salido la más variopinta exposición que puede verse, los domingos, sólo los domingos por la mañana, a todo lo largo de uno de los laterales del amplísimo Hyde Park, concretamente el que da a la calle Bayswater Road, donde sus verjas azabaches sirven para colgar las obras.
 
          De entrada, un cartelito de uno de los expositores nos previene: “El trabajo de un copista es preferible a la mejor reproducción del original”.
 
          Entramos en el mundo del óleo, de la acuarela, del acrílico, de los relieves del terciopelo, de los retratos y las caricaturas; del naif y el pastel; del cómic y de las más atrevidas esculturas. Se impone, evidentemente, la cantidad a la calidad, pero ésta se puede adquirir a precios muy asequibles en este calidoscopio de estilos y tendencias, algunas veces el marco es mucho más valioso que propio cuadro.
 
          Pero también nos hemos introducido en el planeta de los bolsos nuevos y de segunda mano, de cuero, cartón y plástico; de los puzzles, collares y caretas demoniacas; de baratijas y cachivaches; de relojes de porcelana y vasijas de cerámica. A principios de agosto y con los 19 grados Celsius que nos ofrece Londres, el paseo por esta concurridísima calle resultó placentero, pero que muy placentero, que se acentuó con el túnel esmeralda del plátano del Líbano, que parecía dosificar, aún más, aquel frescor matinal.
 
          Los artistas, casi siempre, con una sonrisa en sus labios, o bien permanecen de pie o sentados/recostados en sus sillones o hamacas; o dentro de sus roulottes saboreando ese cup of tea que tonifica a todas horas, mientras la romería de los posibles clientes sigue parándose ante aquel cuadro donde la pintura cubre hasta el propio marco o para oír la alegre musiquilla que nos viene de la terraza del aledaño Park Court Hotel…
 
          Más tarde, y por imperativos fisiológicos, descubrimos que los servicios públicos de la zona eran tan limpios y resplandecientes como los toilettes de los mejores hoteles londinenses. Era lógico: estábamos pisando “El urinario del año”, premio que allí se otorga a los que presenten más higiene y cuidado. A ver si aquí, en Santa Cruz, ponen esta clase de servicios y, después, a premiar a estas facetas escatológicas. 
 
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