El Museo Militar de Almeyda (Fortificaciones de Tenerife - 1)

 
Por Alastair F. Robertson  (Publicado en inglés en Tenerife News en su número 479, 12-25 de julio de 2013. Traducción de Emilio Abad).
 
 
          Empecemos por el Museo Militar de Almeyda, en la calle San Isidro de Santa Cruz, que será el punto de salida de nuestro recorrido. Es una instalación que los visitantes a la isla deben conocer forzosamente, y naturalmente también debe hacerlo cualquier residente en Tenerife que esté interesado en la historia del lugar donde vive.
 
          El año 1859 trajo consigo una revisión total de las defensas de Santa Cruz, comenzando entonces la construcción de la batería de cañones de Almeyda, diseñada de acuerdo con un plan que preveía el emplazamiento de doce piezas, además de otros en una batería aneja; así, en 1891 contaba con 21 bocas de fuego.
En algún momento se pensó instalar un Museo Militar en el Castillo de San Juan, pero hubiese resultado demasiado pequeño, por lo que el museo se estableció en Almeyda (que aún es un establecimiento militar activo) en 1988.
 
          La interesante, y a veces impactante, exposición está bien planeada, con letreros en inglés y en español. Hay una buena cantidad de aparatos originales, réplicas y bonitas y aclaratorias miniaturas y dioramas, destacando especialmente la maqueta de cómo era Santa Cruz cuando se produjo el ataque de Nelson. Y naturalmente hay un gran espacio dedicado a la derrota de Nelson, con trofeos tomados a la Armada inglesa. Pero, desde mi personal punto de vista, la presentación que me hizo detenerme en mi recorrido fue una de las más sencillas.  Se trata de una vitrina que expone restos de dos batallas que tuvieron lugar entre los invasores españoles y los nativos guanches. En la primera de ellas los isleños, aún inmersos en una cultura de la Edad de Piedra, derrotaron a los españoles que manejaban las armas más modernas. He leído mucho sobre la vieja conquista, pero contemplar aquellas evidencias tangibles hacía que en un instante se levantara un puente sobre el vacío de los 500 años transcurridos.
 
          Para los visitantes no hay aparcamiento en el interior (1), pero los coches pueden estacionarse en las calles adyacentes, aunque también un paseo desde el centro de la ciudad permite contemplar algunos atractivos y tradicionales edificios de estilo español.
 
Almeyda Cafe 3 Custom
 
Vista desde la terraza de la cafetería
 
Por cierto, que en un rincón en el interior del fuerte existe una cafetería con una terraza desde la que se domina el puerto. En mi última visita, los otros clientes eran militares españoles, lo que me permite recordarles que Almeyda es aún una base militar en actividad, a la vez que el lugar que alberga la historia de Tenerife desde el tiempo de la conquista hasta el papel jugado por los canarios en las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
 
- - - - - 
 
(1) Nota del traductor: Cuando el señor Robertson visitó Almeyda por vez primera (posiblemente cuando escribió el presente artículo) no cayó en la cuenta de que pueden aparcar en el interior de recinto los visitantes del Museo, la Biblioteca y el Archivo, sin más problemas que el de identificarse en la entrada y recibir una tarjeta de autorización de los responsables de la seguridad.
 
- - - - - - - - - - - - - - - - -