En el Atlántico (Puerto y puerta - 98)

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 24 de febrero de 2013).

 

          Escudriñando entre pasados recortes de periódicos hallé un artículo dedicado a Santa Cruz de Tenerife, que lleva la firma del prestigioso periodista y escritor Francisco de Cossio (1887-1975). En la página, papel prensa formato 24 x 32, no figura ni el medio de comunicación ni la fecha; si bien, cabe considerar que el autor fue durante un tiempo subdirector del ABC, y, atendiendo a  la fotografía del puerto que lo ilustra, puede situarse en los años sesenta. Hoy es nuestro tema.

          Por lo leído, se advierten significados tramos narrativos que posibilitan relacionar la grandiosidad del océano con un ocasional paisaje urbano, que se conforma, se describe, cuando el Atlántico, revestido de palabra homónima, compone el cuadro.

          Así comienza: “Los que hemos dado saltos en el Atlántico para salvar este mar de un continente a otro, siendo españoles, haremos un nuevo e interesante descubrimiento, deteniéndonos en el archipiélago canario... Cualquier persona que ponga el pie en la tierra de estos puertos, advertirá, no bien converse con la primera persona a quien pida una referencia o información, el sentido más abierto y efusivo de la hospitalidad”.

          Por la mitad, su particular percepción de esta ciudad trasciende a la isla: “Hay ciudades de paso rápido; Tenerife es una ciudad de paso lento, una ciudad sin prisa. Y esto no es un signo de estancamiento, ni de pereza, sino el ritmo de los hombres —y de mujeres, se diría ahora— que se disponen a realizar la obra bien hecha; y solamente así podemos comprender este progreso  constructivo y creador... Una impresión que no es precisamente de aislamiento, como debe de corresponder a una isla, sino de universalidad... Los ojos y los oídos abiertos en el ir y venir de los barcos, que traen y se llevan, no sólo productos y manufacturas, sino ideas, idiomas, modos diversos de sentir la vida”.

          Y termina: “Así caigo en el puerto, en la terraza del café Atlántico, frente al mar... A lo lejos, un grupo de balandros, con sus velas triangulares que juegan con el sol a todos los matices de la blancura. He aquí un punto de apoyo milagroso entre Europa, África y América. Como un milagro de la geografía universal”.

          Son otros tiempos. Pero el septuagenario, celebérrimo café bar Atlántico, integrado en el paisaje urbano, mantiene su presencia en la antesala marítima de la isla; en su interior muestra el de las Cañadas del Teide, figurado en un gran lienzo del pintor tinerfeño, natural de Guía de Isora, Martín González. Se entrelazan el mar, la ciudad y las cumbres. Puerto de Santa Cruz de Tenerife, puerta abierta en medio del Océano Atlántico.

- - - - - - - - - - - - - - - - - -