Santa Cruz, "Fiel" a Fernando VII.

Por Luis F. Robles  (Publicado en El Día el 17 de octubre de 2010).

 

          “Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife”. Así reza el título que ostenta la cuidad desde que Carlos IV otorgara en 1803 esta distinción. El ex general Emilio Abad Ripoll y la Tertulia Amigos del 25 de Julio reclaman el derecho a blasonar el título de Fiel en el escudo de la ciudad, que fue concedido por la Junta Suprema de Canarias para reconocer la fidelidad de Santa Cruz a la corona española en la Guerra de la Independencia. Esta Tertulia ha reiterado al Ayuntamiento la propuesta de erigir un monumento (una columna con la palabra fidelidad) para recuperar un retazo de su historia.

          Unos años antes de la celebración del bicentenario del inicio de la Guerra de la Independencia (1808-1814), la Tertulia Amigos del 25 de Julio inició algunos trabajos de investigación sobre la participación canaria en la resistencia contra la invasión napoleónica. Los estudios se centraron en la documentación existente relativa a la creación de la Junta Suprema de Canarias, órgano de gobierno constituido durante la ocupación francesa y que fue establecida en la Laguna. Tras la instauración de la dinastía bonapartista en España, la Villa, Lugar y Puerto de Santa Cruz de Santiago decidió mantener la fidelidad a la monarquía borbónica.

          El 3 de julio de 1808 arribaron a Santa Cruz dos navíos en los que viajaban unos comisionados de la Junta Suprema que se había constituido en Sevilla y que notificaron el levantamiento generalizado en la Península y la declaración de guerra a Francia. En diferentes lugares y ante una multitud, el alférez Mayor del Ayuntamiento, José de Guezala, hizo una proclama reconociendo a Fernando VII como rey legítimo, convirtiéndose en la primera población del Archipiélago en proclamar su fidelidad a la Corona, Por esto, la Junta Suprema de Canarias acordó el 4 de octubre de 1808 conceder al Ayuntamiento que “en el centro de sus Armas pueda poner un sobreescudo con la figura alegórica de la Fidelidad, o más bien y para mayor notoriedad, levantar una columna, en cuya base se lea la inscripción adjunta u otra que contenga igual sentido.”

          La documentación estudiada también incluía la posible redacción de la inscripción para la columna, que según el texto original indicaba lo siguiente:

               “Para perpetuar memoria de la fidelidad de esta Villa, que intentó amancillar con engaño José Bonaparte, fingido Rey de las Españas, mandó a erigir este monumento la Suprema Junta Gubernativa de estas islas, siendo Comandante General el Excmo. Sr. Don Carlos O’Donnell. Año MDCCCVIII”.

          El 18 de octubre de ese mismo año, el alcalde Real, Miguel Bosq Assier, publicó un edicto que se pregonó en toda la capital y se fijó en los lugares de costumbre, para que los ciudadanos supiesen el honor que les hacía la Junta Suprema.

          El ex general Emilio Abad, indica que “nunca figuró en el escudo la figura alegórica de la fidelidad, ni la palabra fiel y mucho menos el monumento que proponía la Junta”.

          El historiador Luis Cola Benítez localizó un acta del Pleno municipal celebrado el 30 de mayo de 1938 en la que se recoge haberse dado lectura a un escrito firmado por Buenaventura Bonnet reivindicando el título de Fiel. Ripoll solicita a las autoridades municipales que retomen el asunto y que pidan al Gobierno de España que se cumplimente lo que hace casi 202 años aprobó la Junta Suprema de Canarias. Además plantea que se construya la columna que recomendaba la Junta Suprema de Canarias donde quede reflejado el título que otorgó la Junta y la inclusión de algún símbolo o figura clásica de la Fidelidad.

          Para este miembro de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, “esta iniciativa supondría embellecer alguna plaza o calle, recuperando así una parte muy importante de la historia de la ciudad”. Según indica Abad, uno de los lugares idóneos para establecer el monumento “podría situarse en el cruce de las calles Robayna y Castillo, enfrente del edificio Elder, donde actualmente hay una estatua provisional de Icaro”.

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