Presentación de su libro "Cronología de los prolegómenos en la Gesta del 25 de Julio de 1797"

A cargo de Juan Carlos Cardell Cristellys en la presentación de su libro Cronología de los prolegómenos en la Gesta del 25 de Julio de 1797. (Casino de Tenerife, 20 de enero de 2005).

 

          Los hechos relacionados en este libro son de una época en que las islas Canarias estaban en continuo sobresalto de alarma ante  los posibles ataques navales de corsarios europeos o berberiscos y concretamente el ataque naval más importante en la historia  de la isla de Tenerife que fue el realizado por la escuadra inglesa mandada por el Contralmirante Horacio Nelson en julio de 1797.

          Para ello establezcamos los antecedentes. Sabemos que al llegar al trono de España el primer rey Borbón Felipe V,  firmó con Francia el llamado Pacto de Familia, pues su abuelo era el rey francés Luis XIV.

          La guerra de España contra  la República Francesa fue declarada, por ligereza de Manuel Godoy, en 1793  debido al llamado Pacto de Familia para vengar la muerte del rey francés Luis XVI, el cual era pariente de nuestro monarca Carlos IV. Dos años después en 1795 Godoy pensó  que en Francia se iba a restaurar la monarquía Borbónica, pues en  ese año la Constitución Republicana había dado un giro en sentido conservador estableciendo un Directorio y dos Asambleas: el Consejo de los Quinientos y el de los Ancianos a algunos de los cuales Godoy intentó sobornar para tal fin.

          El 22 de julio de 1795 empezaron las negociaciones de la llamada Paz de Basilea con la República Francesa, ratificándose el 3 de septiembre en que terminó la guerra. Ese Tratado le valió al Duque de Alcudia, Manuel Godoy, el título de Príncipe de la Paz.

          Gracias a D. Domingo Iriarte, natural del Puerto de la Orotava, que siendo Ministro Plenipotenciario en Varsovia intervino en la redacción del acuerdo de la Paz de Basilea, logró eliminar una cláusula por la que se cedía la isla de La Palma a Francia, a cambio de entregar a los franceses la parte de la isla de Santo Domingo, que estaba en poder de España desde el año de 1697 por la Paz de Riswick. Apenas un año después éramos aliados  de la República Francesa, por el Tratado de San Ildefonso, que el 18 de agosto de 1796 suscribieron Godoy y Perignon, ratificándose en París un mes después, el 12 de septiembre.

          Este  Tratado con Francia supuso un contrato leonino, porque estando España en paz con todas las potencias y Francia enfrentada a la mayor parte de ellas, todos los beneficios cayeron del lado francés al entrar nuestro país automáticamente en guerra contra Inglaterra.

          Como consecuencia de este monstruoso acuerdo, el gobierno inglés decretó el embargo de todos los buques españoles surtos en sus puertos. La Declaración de Guerra de España con la Gran Bretaña se produjo en septiembre y se publicó el 5 de octubre de 1796. Así comenzaba para las Islas Canarias nuestro particular calvario, dado que la Marina de Inglaterra y sus barcos corsarios trataban por todos los medios de expoliar a los navíos españoles procedentes con cargamento de las Indias hacia nuestros puertos. El triste resultado fue la inseguridad que se creó en las aguas canarias para el comercio español.

          Y es a partir de esta fecha donde comienza el estudio de  esta obra, cuya investigación me ha llevado más de 7 años y que consta de dos volúmenes.

          El primero es casi un Diario del Lugar de Santa Cruz desde que se declaró la guerra contra la Gran Bretaña el 7 de octubre de 1796 hasta las 02,15 horas de la madrugada del 25 de julio de 1797. El segundo volumen es un pequeño Índice Biográfico de las personas que intervinieron antes y durante la Gesta.

          El primer volumen se ha realizado clasificando cronológicamente los numerosos oficios de ese periodo, realizados por el General Gutiérrez y que han sido encontrados en diversas bibliotecas tanto públicas como privadas, así como en el Archivo Militar y el Histórico de Tenerife. También hemos usado  diversas Relaciones de Época, los Diarios de a bordo del navío corsario inglés La Cazó conocido también por El Corso, y de las fragatas de la escuadra de Nelson que realizaron el ataque, así como las Cartas de Nelson a Lord Jervis, la del marinero inglés Oliver David y el Diario de Betsy Fremantle. Son numerosos y novedosos los datos que se aportan en este Diario.

          La primera noticia de guerra contra el Rey de Inglaterra la conocemos por que se recibió una Real Orden Reservada escrita el 20 de agosto, es decir 2 días después de la firma del Tratado de San Ildefonso, en la que se preveía el rompimiento con Inglaterra y preguntaba al General Gutiérrez cuales son las necesidades para la defensa de las Islas Canarias, así como daba la orden de apresamiento a todo barco inglés que llegara a puerto. Por ello más de 4 navíos ingleses que llegaron en esas fechas, ignorando las circunstancias de guerra fueron apresados en la rada del puerto de Santa Cruz.

          El 19 de septiembre el General Gutiérrez ordena  que se monte la artillería en esta Plaza así como en los demás puntos de ésta y de las demás islas.

          El 28 de enero el General manda reforzar la Plaza con las Compañías de Granaderos de los Regimientos y sacar el antiguo Plan General que en realidad es un Manual de Defensa que se realizó cuando la última guerra con Francia para ser empleado en caso de ataque y que lo apliquen los 5 coroneles y los alcaldes de las poblaciones. El 1 de febrero  dirige a sus coroneles una circular por la que se establece una red de vigilancia desde  atalayas con señales de banderas para poder detectar los navíos enemigos.

          Como cosa curiosa existe la queja de un coronel por la existencia de bajas en la tropa por carecer de dentadura y no poder romper con los dientes los cartuchos, pues de seguir así mas de la cuarta parte de la tropa tendría dicha inutilidad.

          En fecha del 12 de abril de 1797, ya Nelson había redactado su plan de ataque al Lugar de Santa Cruz, conociendo así una vez más su famoso Toque de Nelson, que no era más que un profundo estudio y una información minuciosa en la que se basaba para realizar su plan de ataque, pues en la Carta de Nelson a Lord Jervis dirigida en esa fecha  habla de la planificación del asalto al Lugar de Santa Cruz y le pide 3.700  hombres del Regimiento del Elba y entre otras cosas dice:

               “el agua es transportada a la población a través de canales de  madera y que el corte de este suministro induciría a la población…”

          y más adelante sigue diciendo:

               “Los navíos españoles fondean generalmente con dos cables hacia el mar, y cuatro cables desde sus popas en dirección a la costa, por ello, aunque podamos hacernos dueños de ellos, si el viento no soplase desde la orilla, no parece seguro que tengamos todo el éxito que pudiésemos desear.

                Yo no me considero igual que Blake; pero, si recuerdo bien, él estaba más en deuda con el viento que venía desde tierra adentro que a cualquier esfuerzo propio; la suerte favoreció el valiente intento y puede volverse a hacerlo de nuevo a una rendición muy rápida…”

          Y sigue luego dando una descripción muy exacta de la costa desde Paso Alto hasta San Andrés.

          Nelson ya intuyó que para que el ataque fuera efectivo se necesitaba que el viento fuera proveniente de tierra pues las corrientes marinas iban en su contra pues el fracaso  del desembarco del día 22 de julio  por el Diario de a bordo de la fragata inglesa Emerald cuyo capitán era Waller nos dice:

               “...hallamos para nuestra mayor mortificación al amanecer que los botes no habían avanzado más de dos millas debida a la fuerza de la corriente.”

          Se relacionan también las Cartas del 13 de julio en las que Nelson pide a su Almirante John Jervis las medidas que debe exigir a la población del Lugar en caso de invasión.

          Por la documentación y los oficios que exponemos podemos hacer un seguimiento muy exacto desde cómo se encontraron los navíos de la Real Compañía de Filipinas en alta mar y cuando llegaron éstos al Puerto de Santa Cruz y en que circunstancias fue raptada en la madrugada del 22 de abril la fragata Príncipe Fernando por los navíos corsarios ingleses Dido, su capitán  Mr. Hallowell,  y Terpsíchore, su capitán Mr. Richard Bowen, y saber por qué no se habían descargado a tierra sus mercancías. Se aporta la carta de Bowen a Lord Jervis donde describe el rapto de la fragata Príncipe Fernando.

          También podemos seguir la llegada, el motivo de su viaje y cómo se realizó el rapto del bergantín francés La Mutine en la madrugada del 29 de mayo  a pesar del aviso que dio horas antes un patrón de pesca que se presentó al Teniente de Rey en que le dijo que por la tarde había visto 2 embarcaciones en la Punta de Anaga, y cómo se realizó el intercambio de prisioneros con los navíos ingleses atacantes La Minerve, su capitán Mr. George Cockburn, y La Lively, su capitán Mr. Benjamín Hallowell, y las cartas de estos capitanes a Lord John Jervis.

          Por el Diario de a bordo del navío corso inglés La Cazó sabemos que son varios los navíos corsarios ingleses que estaban continuamente asediando las costas y capturando los pequeños barcos que hacían el tráfico entre las islas. Muchas de las noticias que traen los marinos al llegar a tierra sobre los ataques corsarios ingleses a navíos costeros y que están narradas en la Relaciones de Época vemos que coinciden con las del Diario de a bordo de La Cazó.

          A raíz del primer ataque inglés realizado con el rapto de la fragata Príncipe Fernando el 22 de abril el General manda subir los caudales de la Tesorería a la Laguna. El Alcalde del Lugar, Domingo Vicente Marrero, el 1 de mayo  establece el 1er. Plan de Rondas entre los vecinos del Lugar para en caso de ser atacados, nombrando unos grupos que darían las novedades, evitarían incendios, saqueos y ayudas a los heridos. El 14 de mayo el Capitán del Puerto de Santa Cruz, D. Carlos Adan, organiza la Ronda Marina formada por 81 asignados, de los cuales 14 son pilotos, 4 contramaestres y 63 marineros para actuar en la bahía vigilando las 24 horas. Se aporta la Lista del 2º Plan de Rondas del Lugar de fecha 23 de julio pues al querer aplicar el 1º Plan se encontraron que muchos de los individuos nominados en el se habían ido del Lugar.

          En la documentación podemos detectar cómo el General Gutiérrez  vela por la disciplina pues existen varios oficios que así lo atestiguan, uno dirigido al Conde de Sietefuentes en que redoble su celo y actividad para que se cumpla sus órdenes. Otro con fecha 10 de abril en el que reprende al gobernador del Castillo de San Cristóbal D. José Monteverde por la fuga de unos prisioneros. Y otro el 28 de junio en que al Conde del Palmar lo amonesta por la escandalosa deserción que hay en la Compañía de Granaderos del Regimiento a su cargo en la que le dice entre otras cosas:

               “ ... y estando resuelto a hacer obedecer puntualmente las que le diere, sin hacer mas que una sola prevención sobre cada asunto que se ofrezca; espero dispondrá V. S. que se arresten y remitan inmediatamente a esta Plaza los Desertores que comprende dicha noticia, y que en el inesperado caso de que otros individuos sigan en lo sucesivo tan pernicioso ejemplo se soliciten y remitan igualmente a ella, sin aguardar a que se le reclame…”

          Y cómo a través de una circular enviada el 12 de mayo a los cinco Coroneles  de los Regimientos en la que se les queja de que marineros que al desembarcar  en el Lugar le dan aviso de las embarcaciones avistadas pero que de las respectivas atalayas no se recibe ningún aviso y les ordena:

               “Reencargo a V. S. tome  las eficaces provisiones a fin de que se hagan efectivas y con la mayor vigilancia las atalayas establecidas dentro de la demarcación del regimiento de su cargo dando puntuales avisos de las novedades que ocurran y avisándome V. S. con la mayor prontitud de las que correspondan lleguen a mí noticias.”

          Son varias las rencillas que el General tiene que resolver, una de las cuales es la existente el 5 de mayo  entre el Coronel Jefe de la Artillería D. Marcelo  Estranio y el de Ingenieros D. Luis Marqueli Bontempo a través de sus quejas en que se acusan mutuamente por intromisión en los respectivos informes  para el reemplazo de los cañones de la desmantelada Batería de Santa Isabel en la cabeza del Muelle y como el viejo General las resuelve sin dilación en un oficio dirigido a ambos en esa fecha les dice:

               “Después de leídas con reflexión; expresiones y contestaciones que deseo eviten todos, dirigiéndose unánimes al objeto principal, y fijando la consideración en el bien del Servicio, que nada adelanto con ellas.”

          También la del alcalde del Lugar de Santa Cruz  que envía un oficio al General Gutiérrez en el que pone en duda si el Capitán del Puerto D. Carlos Adan puede incluir en su lista al personal del vecindario que incluyó el alcalde para el reemplazo de artilleros y entre otras cosas dice:

               “…  me es indispensable resistir el proyecto de D. Carlos Adan, al menos ínterin que no me haga ver hasta donde se extiende las facultades que S. M. le ha concedido en el título o títulos con que se halle, pues siendo yo un Magistrado, ninguno otro sin esta circunstancia, puede con mezclarse en asuntos peculiares de mi jurisdicción…”

          El viejo general lo resuelve diciéndole en un oficio al alcalde:

               “... y así espero que dejándose Vm. llevar de los mismos principios, dará desde luego a esta providencia mía, y a las demás de igual naturaleza el puntual cumplimiento que es debido, sin entrar en discusión a que ellas no prestan fundamento, y que sólo conducen al atraso de un Servicio que debe ser pronto y efectivo.”

          Vemos que el 17 de junio el alcalde redacta la Lista de Reemplazos de 70 hombres para las 3 compañías de Artilleros Milicianos que el General le había pedido, pero el 22 de junio el alcalde tiene otra salida de tono, pues envía un oficio al general diciéndole entre otras cosas:

               “… llegó a mi mano un despacho del Caballero Corregidor de esta Isla, y su contenido me obliga a suspender la entrega de los insinuados reemplazos, hasta que enterado del estado de estos, me diga lo que debo hacer con ellos; a cuyo efecto le he dirigido oficio de que es copia la que acompaño a V. E. con el testimonio del referido Despacho que la motiva.”

           Y de nuevo Gutiérrez lo resuelve tajantemente diciéndole entre otras alegaciones:

               “No permitiendo las actuales circunstancias de la Guerra el menor retardo para completar los Cuerpos de Milicias de esta Plaza destinados para su defensa; dispondrá Vm. que inmediatamente se le de el debido cumplimiento a mi disposición el 20 del corriente…”

          Por la documentación encontrada hemos podido saber que el 30 de junio el Gobernador del Castillo  de San Cristóbal D. José Monteverde posiblemente por la indicación del Teniente de la Artillería del castillo D. Francisco Grandy, en el que indica que existen 5 troneras que pueden habilitarse y dirige al General un oficio en que dice:

               “Con motivo de estarse reparando las azoteas que cubren el cuarto de repuesto de pólvora de este Castillo, he observado que el ángulo saliente que mira hacia la Alameda es todo de un espesor consolidado capaz de resistir cualquier calibre de artillería en el espacio de 15 1/3 varas de largo, y 9 de ancho. Y teniendo entendido que en los repuestos de artillería o almacenes reales existen unos cañoncitos de a 3” y de a 2” con sus correspondientes cureñas y juegos de armas: que hay también porción de balas del calibre de a 2”, las cuales pueden servir para ambos, y también en otras irregulares de plomo para hacer baquetas de metralla: creyendo muy oportuno el que se coloquen 3 o 4 piezas en dicha explanada alta que tiene 5 troneras en disposición de defender tres puntos, a que ningún otro cañón de la línea tiene dirección ...”

          El General Gutiérrez comprende la gran importancia del comunicado pues el 2 de julio, aún siendo domingo, envía un oficio a Luis Marqueli, Coronel del Cuerpo de Ingenieros, y otro al de Artillería Marcelo Estranio para que reconozcan el sitio y realicen su informes. Una vez recibidos estos, los analiza, saca sus conclusiones y el 6 de julio envía un oficio al Gobernador del Castillo de San Cristóbal en el que  indica que se abran 2 troneras y coloquen allí los cañones.

          Una de estas troneras fue  la que se terminó de abrir en la noche del 24 al 25 de julio y fue desde allí donde aquella madrugada dispararon un cañón con dirección al muelle causando una gran mortandad a los ingleses entre ellos la del oficial Bowen y de varios oficiales más. Lo sabemos no sólo por la Relación Circunstanciada cuyo autor fue el propio D. José Monteverde y en ella así lo manifiesta, sino por un oficio de Monteverde dirigido al General que hemos encontrado con fecha 26 de agosto, es decir apenas un mes de terminada La Gesta  en el que dice:

               “Habiendo colocado un cañón en la tronera que hice abrir la noche del 24 de julio en el Baluarte de la Izquierda cuya posición le reputó de mucha importancia por flanquear la Playa desde el Muelle a San Pedro, resulta el vacío de la tronera que ocupaba este cañón; lo que hago presente a V. E. por si tuviese a  bien mandarlo llenar con otro de grueso calibre, respecto a ser de 10 o 12 la mayor parte de los montados…”.

          Las diferentes Relaciones españolas coinciden casi exactamente con los Diarios de a bordo de los navíos ingleses que realizan el  primer desembarco en la madrugada del 22 de julio por el Bufadero y que contrastándola con la documentación de los oficios hallados y las diferentes Relaciones de Época podemos relatar casi hora por hora el ataque desde dicho día hasta las 02,15 horas de la madrugada del 25 de Julio.

          Con toda la documentación aportada en esta obra podemos afirmar que el General Gutiérrez desde la declaración de guerra ya estuba obsesionado por la defensa de las islas Canarias, estableciendo una red de vigías en las atalayas, distribuyendo los Regimientos, obligando a cumplir la disciplina a sus oficiales y resolviendo enérgicamente las rencillas que existían entre los oficiales.

          Sabemos que el General Gutiérrez supo del abandono de sus puestos de muchos de los oficiales de la nobleza isleña, en aquella madrugada del 25 de julio, pues en el 2º parte de la Victoria llevado por  José Guezala a La Laguna entre otras cosas dice:

               “que se restituyan a la plaza los individuos que se han ausentado de ella.”

          Como prueba de ello existe  un oficio con fecha de días después de la Gesta, en el mes de agosto,  en que un coronel presenta al General Gutiérrez una terna de oficiales para ocupar el puesto de capitán; indicándole el oficial preferente pero el General lo rechaza y nombra al siguiente diciendo:

               “que dicho puesto se lo daba porque ese oficial sí había estado en la defensa del 25 de Julio contra los ingleses.”

          Pero la máxima contribución del General Gutiérrez fue la de conseguir que el Contralmirante Nelson firmara el documento de la Capitulación con la promesa de no atacar más a las islas Canarias y ser el verdadero promotor de la petición al rey  Carlos IV de Villazgo para el Lugar.

          Para terminar, quiero expresar mi agradecimiento, en primer lugar, a mi familia por el tiempo no dedicado, a mis amigos de la Tertulia, y en especial a Daniel García Pulido por la gran parte del  apéndice-biográfico  que me ha facilitado, que son una síntesis biográficas de los personajes que intervinieron en la Gesta, así como a Emilio Abad Ripoll por tener la paciencia de leer todos mis libros, a Francisco Pomares en representación de Ediciones Idea por la publicación de estos libros y al presidente del Casino en su representación por las facilidades que me ha dado para su presentación.

          Y finalmente quisiera reiterar tres viejas peticiones a las autoridades o personas aquí presentes que tengan en su mano la posible solución a las  demandas de nuestra Tertulia de Amigos del 25 de Julio:

          - La primera que se hagan cargo del Archivo de la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz en el que existen legajos muy importantes y que todavía no han sido estudiados. Sus condiciones  de conservación y horario de investigación dejan que desear.

          - La segunda, la realización de un trayecto histórico – turístico, como existen en numerosas ciudades peninsulares, europeas y americanas, colocando placas que indiquen los hechos históricos que se desarrollaron en las calles, plazas y sitios donde tuvo lugar la Gesta.  Y establecer un mantenimiento adecuado de los pocos castillos que aún quedan y que formaron la cortina ante el asalto inglés en la Gesta.

          - Y por último, señalar que es el momento para que el  Excmo. Ayuntamiento cumpla una deuda contraída hace más de 200 años por la población de Santa Cruz  con los Héroes de la Gesta, dedicando una calle a cada uno de ellos, que gracias a su sangre les debemos que Santa Cruz fuera nombrada Villa con los títulos de  Muy Noble, Leal e Invicta. Gracias a lo cual somos hoy ciudad. 

          Muchas gracias. por su atención.

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