Alocución en la VI Semana de las Milicias Universitarias

A cargo de Jesús Botana Cobián  (Base de Hoya Fría, Tenerife, el 19 de junio de 2004).

               Mi General, señoras y señores, queridos compañeros, queridos amigos.

          Ante todo quiero expresar mi agradecimiento al Presidente de la Agrupación Canaria de las Milicias Universitarias, José Méndez Santamaría, por la deferencia que ha tenido invitándome a participar en este acto.

          Quiero, a modo de preámbulo hacer una breve reflexión sobre mi historia personal relacionada con la Milicia Universitaria. Fueron mis primeros contactos, esporádicas visitas al Campamento de Los Rodeos en la segunda mitad de la década de los 50.  Era entonces Alférez alumno de la Academia de Artillería y durante mi permiso de verano me acercaba al Campamento, durante las horas de descanso, a ver a los amigos que en el estaban. Por supuesto siempre bien acompañado.

          Pero fueron mis primeros contactos serios, cuando, en mi primer destino de Teniente, conviví durante seis meses con los Alféreces  que hacían las prácticas en mi unidad. De estos seis meses de convivencia surgió entre nosotros una amistad de la que puedo decir, con satisfacción, que entre mis mejores amigos se encuentran algunos de aquellos Alféreces.

          Esta circunstancia se la hacia ver, el día de su presentación, a cuantos venían a hacer las practicas en las unidades en que estuve destinado, como ejemplo de lo provechosa que podía ser su estancia entre nosotros.

          Mas tarde, siendo Teniente y Capitán tuve la gran fortuna de formar parte del cuadro de profesorado del Campamento de Los Rodeos, porque fortuna es tener como alumnos a Universitarios que en un futuro no muy lejano pasarían a formar parte de lo mas granado de la sociedad española. Allí tuve dos grandes Jefes. En dos ocasiones el entonces Teniente Coronel Pedro Pérez Andréu, ese gran caballero que fue el alma mater de aquel singular campamento. Y en una tercera ocasión otro gran caballero y magnifica persona que fue el Teniente Coronel Fernando Valdés Sancho.

          A ellos, y a cuantos formaron parte de aquellos campamentos como alumnos, como  profesores, o como auxiliares, vaya este recuerdo de mi personal homenaje.

          Durante estos campamentos, tanto mis compañeros de profesorado como yo pretendíamos iniciar a nuestros alumnos en los conocimientos necesarios para desarrollar sus cometidos como oficiales o suboficiales de complemento. No solo desde el punto de vista técnico, sino también, y sobre todo, desde el punto de vista moral. Valores como Disciplina, Compañerismo, Lealtad, Patria, su unidad, sus símbolos, adquirían una importancia relevante en nuestro quehacer diario.

          ¿Quien y donde, se enseñan hoy estos valores?

          Hace ya algunos años, al dejar la dirección del Museo Militar de Canarias, escribí en su Libro de Honor:

               “..... una gran mayoría de sus visitantes ha oído hablar con orgullo y con amor, y en algunos casos por primera vez, de la Patria, de su historia, de sus símbolos, de sus héroes”.

          Probablemente sea, el Museo Militar, casi la única institución que permanece hoy difundiendo estos valores entre la juventud actual.

          La Milicia Universitaria ha pasado por diversas modalidades a través de su historia, pero para la Milicia Universitaria en Canarias estas modalidades, estos cambios, han tenido una especial influencia no precisamente positiva.

          La Instrucción Premilitar Superior (IPS), fue su primera modalidad. Los universitarios canarios hacían los dos campamentos en Los Rodeos y las practicas, con bastante probabilidad, en las islas. Se integraban y conocían sus unidades con sus tropas y sus peculiaridades. Se producía una especial y muy beneficiosa incardinación Ejercito-Universidad. Fue, sin duda, en mi opinión, la que mejores resultados proporcionó a la sociedad española en general, y canaria, en particular.

          En una segunda modalidad, la Instrucción Militar de la Escala de Complemento (IMEC), se hacia un Campamento en los Centros de Instrucción de Reclutas (CIR), pero con un régimen distinto al personal de reemplazo normal. Y un segundo campamento o curso en las academias de las armas, lejos de Canarias. Este sistema disminuyó notablemente el numero de aspirantes canarios a formar parte de esta escala de mandos.

          Y por fin una tercera modalidad: El Servicio de Formación de Cuadros de Mando (SEFOCUMA) en la que el primer campamento se hacia en la Península y el segundo curso en las academias, también en la Península. Si a esto unimos que los jóvenes canarios hacían, por ley, su servicio militar en las islas, concluimos en  que los cuadros de mando de complemento canarios se redujeran casi hasta su desaparición.

          He hecho esta reseña de la evolución de la formación de los oficiales de Milicias para  constatar el merito de esta asociación que manteniendo vivo el recuerdo de su paso por la milicia, en una etapa trascendente de su vida, colabora eficazmente a esa simbiosis de los estamentos civil y militar de la sociedad española, de la que hablábamos.

          "Se útil deja poso", se puede leer en un pequeño libro de reflexiones. Ciertamente aquel Campamento de los Rodeos ha dejado poso en todos nosotros. En los que fueron alumnos y en los que fuimos profesores.

          Ese poso esa huella la podriamos identificar como un profundo amor a España y a su símbolos.

          Quiero terminar leyendo unos versos de la composición “Símbolo” del poeta canario Antonio Zerolo. en la que relata un imaginaria y bella historia sucedida cuando el pueblo de Santa Cruz de Tenerife al mando de su Capitán General don Antonio Gutiérrez de Otero derrotaba a las tropas invasoras inglesas mandadas por el Contra Almirante  Nelson. Dice así:

                    "Refiere la tradición // que cuando el ronco cañón // zumbaba, y el firmamento /  la tierra estremecía,

                     (…)

                     un canario sin cesar // daba sus trinos al viento.

                    Estaba a la luz del sol // orgulloso el pajarillo / de ostentar el amarillo / del estandarte español // y cuanto mas acudía // la muchedumbre en tropel // mas se desataba él // en torrentes de armonía

                    (…)

                    Tenia que suceder // una bala de fusil // hizo al pájaro gentil // para siempre enmudecer.

                    ¡Tinto en sangre, cara al sol // aquel rey de los cantores // mostraba los dos colores // del estandarte español!"

          Mi general aquí tienes la Agrupación Canaria de las Milicias Universitarias. Apóyala. Se lo merece.

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