Templos religiosos (Patrimonio Histórico-Monumental... - 6)

PATRIMONIO  HISTÓRICO-MONUMENTAL  DEL  PUERTO-CIUDAD  DE  SANTA  CRUZ  DE  TENERIFE  (6)

 

Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día / La Prensa el 8 de octubre de 2011)

 

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Iglesia de Matriz de Nuestra Señora de la Concepción

Iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción

          A finales del siglo XV la población del puerto de Santa Cruz iba en aumento y el diminuto santuario de Ntra. Sra. de la Consolación resultaba insuficiente para dar cabida a los vecinos; por ello, el sacerdote Juan Guerra determinó construir (1499) una iglesia junto al barranco de Santos, en el lado opuesto de la actual, titulada de la Santa Cruz, en honor al madero cruciforme con el que se había celebrado la primera misa en la playa de Añazo el 3 de mayo de 1494. En 1638 ya estaba dedicada a la Inmaculada Concepción.

          La pequeña iglesia de dos naves y torre se quemó en el verano de 1652, debido a que el sacristán colocó una lámpara de aceite junto al altar mayor y el aire acercó la cortina del retablo a la llama, ardiendo de tal forma que el fuego alcanzó rápidamente el artesonado. No hubo más remedio que derribarla y proceder a su reedificación.

          La nueva iglesia, diseñada por el ingeniero militar Antonio Samper, se llevó a cabo entre 1776 y 1782, y fue costeada por los feligreses. Era de planta de cruz latina, con cinco naves, separadas por arcos de medio punto que soportaban columnas de orden toscano. En 1826, debido a un temporal necesitó importantes arreglos en todo el recinto eclesiástico.

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Plaza de la Iglesia hacia 1913

          La torre fue trazada a base de cubos prismáticos, con vanos en sus cuatro lados; en ella, el cubo inferior da paso al templo, atravesando un espacio semejante a un atrio, en tanto que encima del superior luce una linterna.

          La parroquia fue declarada Monumento Histórico Artístico, en 1983, por ser: “el único templo de arquitectura tradicional canaria con cinco naves, cuyo atrio y balconada constituyen un conjunto único en todo el Archipiélago”

          De su rico patrimonio artístico destacamos: La Cruz de la Conquista, con la que se celebró la primera misa en la playa de Añazo en 1494; la capilla de San Matías o de Carta; el retablo barroco de la capilla del Carmen; las imágenes de Ntra. Sra. de la Consolación, la Inmaculada, Santa Teresa de Jesús, San Joaquín y Santa Ana, el Cristo del Buen Viaje, etc.

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Capilla de Santiago y sepulcro del general Gutiérrez

          Según extraemos de su valioso archivo, con el fondo documental más importante y extenso sobre la historia de Santa Cruz, los enterramientos existentes en el subsuelo contabilizan 10.322 almas. De los personajes ilustres que en ella recibieron cristiana sepultura destacaremos al  General Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana (Aranda de Duero, Burgos 1729 – Santa Cruz de Tenerife 1799) y al teniente general de los Reales Ejércitos Antonio Benavides González de Molina (La Matanza 1678 – Santa Cruz 1762)

          El viajero y naturalista francés André Pierre Ledrú que nos visitó en 1796, describe el pavimento de la Iglesia como “una serie continuada de tumbas, unas cubiertas con simples ladrillos y otras con mármoles orgullosos".

          En 1994, debido al estado ruinoso en que se encontraba la Iglesia, fue remodelada completamente por el arquitecto José Miguel Márquez Zárate, abriendo de nuevo sus puertas en 1996.
Desde sus orígenes, la iglesia ha sufrido serias inundaciones producidas por el desbordamiento del barranco de Santos pero, después de la modificación sufrida por el Plan Urban (1977), en el que se estrechó el cauce del barranco con el fin de trazar una calle, ha recibido cuatro avenidas, la última el 1 de febrero de 2010.

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Ermita de San Telmo

Ermita de San Telmo

          La ermita de San Telmo fue construida a principios del siglo XVI, a expensas de la cofradía de pescadores pues era costumbre entregar la limosna al Santo cada 15 de abril, día de su festividad litúrgica.

          La veneración que el gremio de mareantes y pescadores, y todos los vecinos del barrio del Cabo, sentían por este popular Santo, lograban que su fiesta fuera una de las más sonadas y concurridas de Santa Cruz.

          En 1649, los frailes franciscanos del convento de San Miguel de las Victorias de La Laguna (El Cristo), alegando autorización del obispo Francisco Sánchez de Villanueva, construyeron un convento junto a la ermita de San Telmo, al que trasladaron la Imagen. Ante el clamor popular del barrio, en contra de dicho traslado, el mayordomo de la ermita y el beneficiado de la Concepción, elevaron recurso a la Corte pidiendo la devolución de la Imagen, alegando que el convento se había fabricado sin las debidas licencias. Por Real cédula de 2 de mayo de 1652, el Consejo de Castilla ordenaba: la demolición del convento, la expulsión de los frailes y  el regreso de la Imagen a su ermita.

          Durante el siglo XIX, la Ermita sirvió de campo santo en la epidemia de fiebre amarilla de 1856; en ella se instaló una cocina económica para los afectados por la epidemia de cólera, introducida por los pasajeros del vapor italiano Remo, en 1893; se utilizó como centro de vacunación durante la epidemia de viruela de 1897...

          En sus orígenes, la Ermita era de simple estructura, con su frontis mirando a la población y una pequeña torre situada a su derecha; en 1838, el comandante militar de Marina, Joaquín Villalba, la restauró, empedró sus calles adyacentes y enlosó la plaza y las aceras.

          En 1893 se le añadió una torre de 19 m. de altura, la cual fue derribada por un temporal en 1918. En su plaza, situada delante de la Ermita, era el lugar de reunión de las fuerzas vivas del barrio y el lugar donde se celebraban las fiestas del Santo y la de la Santa Cruz.

          La estructura que actualmente presenta la Ermita data de los albores del siglo XX. Su fachada está formada por una puerta con arco de cantería, piedra que también cubre las esquinas de la construcción. En lo alto, la espadaña  consta de dos campanas.

          En la última rehabilitación, realizada dentro del Plan Urban (1997), al eliminar el enfoscado de la fachada del poniente, se descubrió la que había sido la puerta principal de la ermita hasta el siglo XIX, y que fue eliminada al construir la plaza en la parte delantera; la citada puerta estaba configurada por un arco de sillares de toba roja.

          En el interior del templo destaca el retablo central del siglo XVIII, restaurado por el Cabildo de Tenerife en 1994. El citado retablo tiene pintada La Tempestad, en los extremos del Evangelio, y Navegación Feliz, en el lado de la Epístola.

          La imagen de San Telmo es de candelero, ataviado con el hábito de la orden dominica. En la mano izquierda porta una vela y en la diestra un navío; aparte del santo titular, se encuentra la imagen de Ntra. Sra. del Buen Viaje.

          Asimismo, en cumplimiento de alguna promesa, dentro de la Ermita se conservan exvotos de marineros y familiares; de ellos, el más destacado, es el barco tallado en madera, atribuido al famoso pirata Cabeza de Perro.

           El 4 de mayo de 2001, después de estar 27 años cerrada, la ermita abrió de nuevo sus puertas al público gracias a la constancia de sus vecinos. A lo largo de esos años, los festejos se celebraron en la vecina ermita de Regla.

          Según declaraciones de Gilberto Alemán, siendo concejal del Ayuntamiento, la Ermita es de propiedad Municipal desde 1940 pues el Obispado se la entregó al Ayuntamiento a cambio de los solares en los que se edificó la iglesia de Santo Domingo, en la barriada de La Victoria, con el compromiso de que en caso de que fuera derribada se erigiera un monumento en su lugar. Gracias al esfuerzo de los antiguos vecinos del barrio la Iglesia se conserva en buen estado.

           En este recinto se custodió durante largo tiempo la Cruz de la Conquista, tras haber permanecido largos años a la intemperie. Fue el sacerdote dominico, Lorenzo Siverio quién, valorando su interés histórico, la depositó (1850) en éste lugar, no sin antes proclamar: “Hoy nadie la quiere, pero llegará el día en que vendrán por ella”.

          En 1892, el Ayuntamiento se adueñó de la Enseña, la trasladó a la iglesia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción, donde actualmente se custodia y venera, y comenzaron a darle el protagonismo que se merece. A partir de esta fecha, cada 3 de Mayo tiene lugar una procesión cívico-religiosa.

          El último testimonio del que fue el primer barrio de pescadores y hombres de la mar de Santa Cruz de Tenerife, la ermita de San Telmo, mantiene dignamente su interior; sin embargo, la situación que presenta su entorno exterior es vergonzosa, rodeado de una verja para protegerla de los actos vandálicos y con la vía del tranvía por delante de la puerta principal.

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San Telmo

San Telmo, patrono de los Navegantes

          Pedro González Telmo, nació en 1190, en Fromista, Palencia. Desde su infancia, su tío y preceptor Tello Téllez de Meneses lo dirigió hacia el sacerdocio, ingresando en el Studium Generale de Palencia, la primera Universidad de España.

          El día de Navidad, siendo Deán de la catedral de Palencia y formando parte de un gran cortejo a caballo por toda la ciudad, se dio de bruces en un barrizal, entre las rizas y burlas de todo el pueblo. Agradeciendo a Dios la humillación sufrida, en 1220 renunció a su cargo e ingresó como novicio en la Orden de Predicadores de convento Dominico.

          Su apostolado lo inició visitando todas las poblaciones españolas y portuguesas; al irse extendiendo su fama, su nombre empezó a ser conocido y reverenciado, hasta tal punto que Dª Berenguela lo elige confesor de su hijo, el Rey Fernando III el Santo, con quien participa en la toma de Sevilla a los árabes.

          Para llevar a cabo su labor de Apostolado se trasladó a Portugal, llamado por su prima Dª Mayor Alonso de Meneses, esposa de Ruiz Gómez, Conde de Trastamara; desde aquí, pasó a Santiago de Compostela, Lugo y Tuy.

          Conocedor de las penalidades de la gente de la mar, la dureza de su trabajo, los peligros de su labor diaria, y la angustia en que quedaban sus familias, les conseguía  ayudas del Rey y de los Señores de la comarca; es decir,  sentó las bases de lo que serían las cofradías de pescadores.

          La protección directa del Santo con los hombres de la mar lo evidencian los ciento ochenta milagros realizados en vida y después de muerto; su relación, avalada por el testimonio de noventa y seis testigos, hizo que el Papa Inocencio IV, lo beatificara en el año 1254.

          El domingo de Ramos de 1246, mientras predicaba en el convento de monjas de Pexegueiro (Tuy), anunció al auditorio su próxima muerte. Desde allí partió hacía Santiago pero, cuando se hallaba en Santa Coloma, la fuerte fiebre le impidió continuar y tuvo que regresar a Tuy, donde falleció el 14 de abril, en una humilde casa en la rúa do Corpo Santo.

          Celebradas sus exequias, con asistencia de nobles y plebeyos, fue enterrado en la Catedral de Tuy, entre el coro y la capilla mayor. Cuenta la tradición que, a poco de su muerte, su sepulcro empezó a manar un aceite de maravillosa fragancia que fue utilizado como medicina para curar muchas enfermedades.

          Debido a los numerosos milagros realizados, San Telmo fue declarado Patrón de los navegantes y pescadores por Bula Pontificia de 1741.

          Los marineros gallegos divulgaron sus virtudes y su devoción se extendió por todo el mundo cristiano. Es famosa la luz que aparecía en los mástiles de los barcos: el fenómeno meteorológico llamado “Fuego de San Telmo”.

          En las principales ciudades portuarias existen iglesias dedicadas a su culto: Santa Cruz de Tenerife, Puerto de la Cruz, Garachico, Santa Cruz de la Palma, Puerto de la Estaca (Hierro). Es Santo patrono de Tuy y Zumaya. Llevan su  nombre: el Museo Marítimo de San Sebastián, la Escuela Superior de la Marina Mercante de la Universidad de Cantabria, la primera Escuela de Mareantes de Sevilla y el Palacio de San Telmo, etc. A los diversos puentes que construyó, también se les conoce por su patronímico: el que está junto a la Torre del Oro (Sevilla);  en Rivadavia (Orense); en Bayona (Pontevedra); etc.

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Ermita de Nuestra Señora de Regla a finales del siglo XIX

Ermita de Ntra. Sra. de Regla

          Este recinto religioso, instituido por el Cabildo en 1618, como capilla u oratorio de la guarnición del castillo de San Juan (castillo Negro), está  dedicado a la Virgen de Guadalupe, iconografía que aquí recibe el nombre de Ntra. Sra. de Regla, por ser esta Orden Religiosa la que trajo la imagen de Méjico. La pequeña ermita se edificó en Los Llanos, en el camino de las Cruces o del Calvario, cercano al mar, en el lateral opuesto a la mencionada fortaleza.

          En 1724, Matías Rodríguez Carta sufragó todos los gastos de su  remodelación que consistieron en rehacer de nuevo la capilla y la sacristía, con sillares de piedra viva y cantos de tosca, cubrir el techo con tejas, ponerle losetas al suelo y dotarla de altar, gradas y retablo.

          La ermita guarda en su interior un interesante cuadro de San Cristóbal, pintado al óleo, en 1744, por Juan de Miranda (Las Palmas 1723 – Santa Cruz 1805).

          En 1943, el obispo Fray Albino González Menéndez-Reigada, le otorgó la categoría de parroquia, segregándose de la iglesia Matriz de la Concepción; para celebrar tal conmemoración, se repusieron la puerta de entrada y el techo y se encalaron  y pintaron las paredes. También se le añadió un despacho parroquial, anexo a la sacristía, y se erigió otra espadaña, de acuerdo con el dibujo del arquitecto Enrique Rumeu de Armas. Para complementar la obra, las alumnas del Colegio Pureza de María de Santa Cruz de Tenerife, que en el citado año celebraban el tercer centenario de la fundación de su Colegio, encargaron a Manuel Rojano la fundición de las campanas.

          Debido a que la iglesia ha quedado más baja que la rasante de las vías colindantes, cada vez que llueve con intensidad las aguas inundan el recinto. La última reparación, llevada a cabo después de la última riada (1 de febrero de 2010), la realizó la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, de la que es su Patrona.

          A lo largo de los años, la ermita ha sido utilizada para diversas funciones ajenas al culto, tales como servir de hospitalillo de aislamiento, durante los años 1810 y 1811, para los enfermos de la epidemia de Fiebre Amarilla que los navíos San Luís Gonzaga y Fénix, procedentes de Cádiz, introdujeron por el puerto de Santa Cruz de Tenerife, así como lugar de enterramiento de los fallecidos. También se utilizó en 1899  como depósito militar, cuando la repatriación de las tropas de Cuba; y como escuela para los alumnos del barrio de Los Llanos.

           Cada 8 de septiembre, día de su festividad, se da la feliz circunstancia que los antiguos vecinos del barrio se vuelven a reencontrar después de que tuvieron que dejar sus casas para ir a vivir al barrio de Ofra.

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Ermita de Nuestra Señora de Regla (imagen actual)

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