La locomotora F-6 (Patrimonio Histórico-Monumental... - 1)

       

 

                                            

 

 

 

Por José Manuel Ledesma Alonso  (Publicado en El Día / La Prensa el 2 de julio de 2011) 

 

 

 

         

 De las cinco locomotoras de 160 caballos de potencia, fabricadas en Kassel (Alemania) por Henschel & Sohn, que llegaron al puerto de Santa Cruz de Tenerife, entre junio de 1924 y marzo de 1928, la única que no fue al desguace, cuando dejaron de prestar sus servicios en 1965, fue la F6, modelo 0-2-2-T., ya que era la que se encontraba en mejores condiciones técnicas.

          Estas cinco locomotoras fueron las que transportaron, desde la montaña de La Jurada, la piedra con la que se hicieron las escolleras de los muelles Sur, Ribera y Norte; rellenaron las avenidas Marítima y Anaga; entullaron el hueco dejado por el castillo de San Cristóbal y la caleta de Blas Díaz, dando lugar a la plaza de España, el Cabildo Insular y el palacio de Correos y Telégrafos.

          La Locomotora F6 quedó abandonada en la cantera de La Jurada, su estación de partida, hasta que en 1984 se le acondicionó para instalarla en la entrada peatonal que el muelle tenía por la plaza de España, junto con otros elementos históricos (Grúa de vapor, Pescante, Hélice del crucero Canarias).

          Debido a las remodelaciones viarias que se hicieron en el Puerto, en 1991 se guardó en el solar que la Autoridad Portuaria tiene en la confluencia de la avenida de Anaga con la avenida José Martí (frente al Club Náutico) hasta que, en 2008, fue restaurada y pintada con sus colores originales y se colocó en la parte trasera del edificio Puerto-Ciudad, sobre los viejos raíles por los que en su día transitó.
Las labores de restauración, realizadas por los técnicos de la Autoridad Portuaria, consistieron en una profunda limpieza exterior e interior, sustituyendo las piezas oxidadas y deterioradas por otras de acero, semejantes a las origínales; de igual manera, se repusieron los cristales de los faros y se le instalaron  las viseras de cabina.

          Para lograr los colores originales de fábrica, se le dieron varias capas antioxidantes y tratamientos para su conservación, debido a que en la restauración anterior no se habían respetados. 
Ahora tiene que cambiar de nuevo de ubicación, debido a las obras de la Vía Litoral de Santa Cruz de Tenerife, que comenzaron a realizarse en el año 2010 y, por ello, las Autoridades han decidido que vuelva al sitio que verdaderamente le corresponde, frente a la cantera de La Jurada, en el barrio de Valleseco.

Locomotoras utilizadas en las obras del Puerto

          Como el fondo de la bahía santacrucera es la prolongación de las escarpadas laderas que emergen de la costa, con sondas de cuarenta metros que imposibilitaban la construcción de diques en la posición, dirección y extensión necesarias para lograr una superficie abrigada, las piedras constituían la única materia prima para hacer el muelle. Se calcula en más de medio millón de metros cúbicos la piedra que se ha tirado al mar para servir de base a la escollera.

          El 2 de mayo de 1860, la contrata Sociedad Metropolitana de Construcción, encargada de la realización de las obras del muelle Sur, comenzó a extraer la piedra para la escollera de una cantera cercana al muelle, situada frente a la batería de San Pedro; para  transportarla, construyó una vía férrea de 650 metros por donde transitaban los vagones tirados por animales. Al nivelar el terreno en toda su extensión, evitando baches e irregularidades, se creó una nueva calle, de tres metros de ancho; es decir, la calle de La Marina en su tramo alto.

          Al alcanzarse la cota de diez metros, las necesidades de piedra para la escollera aumentaron y como la cantera de San Pedro estaba agotada hubo que ir a buscarla hasta el morro de La Altura, por encima de Paso Alto. Una Real Orden de 29 de septiembre de 1863 autorizó los gastos de construcción de un camino de servicio para la vía férrea de 2.200 metros, que iba desde el Muelle hasta el punto llamado Los Melones, paralelo a la costa. Las dos últimas minas de la cantera de Paso Alto detonaron el 6 de agosto de 1890.

          Para aumentar el volumen de material disponible, el 10 de octubre de 1890 se abrió la cantera de La Jurada, en  Valleseco, y para agilizar el transporte, el 30 de septiembre, había llegado la locomotora Añaza, en el vapor inglés Fez. El montaje de los raíles había comenzado en el verano de 1885. Los veinte carros de acero que iban enganchados a la locomotora, transportando las distintas clases de piedras para la escollera del muelle, llegaron el 25 de febrero de 1891.

          La locomotora Añaza, con número de fabricación 3.977, hecha en Berlín (Alemania), en 1890, por la  compañía Orenstein & Koppel fue la encargada de trasladar a las autoridades e invitados al acto celebrado en la cantera de La Jurada; en su recorrido, multitud de curiosos se congregaron para verla pasar. El Diario de Tenerife, en su edición del 13 de octubre, proponía a la Junta de Obras del Puerto que el vagón en el que habían ido las autoridades fuese utilizado los domingos para hacer excursiones desde el Muelle hasta La Jurada. La Añaza dejó de prestar sus servicios en 1931.

          Dos nuevas locomotoras de vapor llegarían el 29 de marzo de 1910, recibirían los nombres de Tenerife y Moret, y también habían sido fabricadas en Alemania, por la empresa Orenstein & Koppel. Estas locomotoras son las que se utilizaron para trasladar, hasta la punta del dique-muelle Sur, los bloques de hormigón (prismas) de 3,50 x 2,70 x 2,00 metros, que la Junta de Obras del Puerto comenzó a fabricar, en enero de 1922, en su taller instalado en Ventoso, solar que actualmente ocupa la Autoridad Portuaria.

          Para que estas máquinas pudiesen llegar hasta Ventoso, se instalaron 2.000 metros de vía férrea, la mitad por carretera con firme de macadam, en la que se empleó carril Vignole, y la otra mitad embutida en el adoquinado de la ciudad, utilizando carril  Phoenix. En el dique-muelle, al final del  trayecto, se construyeron dos apartaderos de 120 metros para facilitar las maniobras de descarga.

          El 11 de noviembre de 1924, cuando la Junta de Obras del Puerto le adjudica las obras portuarias a Siemens Schuckert, Industria Eléctrica S.A., le hace entrega de los siguientes medios auxiliares de construcción:
               - Locomotora Tenerife, de 100 caballos
               - Locomotora Moret, de 50 caballos
               - Locomotora Añaza, de 40 caballos
               - 2   Carretones para transporte de bloques
               - 21 Vagonetas para transporte de piedras

          Entre junio de 1925 y marzo de 1928, llegaron al puerto de Santa Cruz de Tenerife cinco locomotoras de 160 caballos de potencia, fabricadas en Kassel (Alemania) por Henschel & Sohn, con el fin de construir el muelle de Ribera y el muelle Norte. Para la construcción del dique del Este, en la década 1930-1940, se trajeron otras dos locomotoras, tipo tractor; fabricadas por Ruhrthaler Maschinenfabrik y por Motor Rail & Tramcar Cº Ltd.

          Como la carga de piedra por medio de vagones resultaba costosa e insuficiente, en 1904, se optó por el transporte marítimo, para lo cual se construyó un muelle embarcadero en La Jurada, de 88,46 metros, para el embarque de la escollera hasta el muelle Sur. Para trasladar la piedra, desde la cantera hasta el muelle se seguían utilizando las locomotoras, con vagonetas volcables, así como camiones. Las gabarras iban dejando caer la piedra en las enormes profundidades marinas que existen en la punta del muelle Sur hasta que se formó la escollera.

La cantera de La Jurada

          La cantera de La Jurada, en  Valleseco, se abrió el 10 de octubre de 1890.

          Con el fin de obtener 300.000 toneladas de piedra que se necesitaban para terminar la escollera del muelle Sur; el día 29 de enero de 1904 se produjo una gran voladura en la que se utilizaron 50 toneladas de pólvora y  65 kilogramos de dinamita, colocadas en tres galerías, de 200 metros de longitud, excavadas en la montaña. La citada voladura fue presenciada, de lejos, por autoridades y numeroso público; fue tan espectacular que la carretera de San Andrés quedó interceptada varios días por los escombros.

          Entre 1928 y 1930 se llevaron a cabo siete voladuras más, de las que se obtuvieron 700.000 toneladas de escollera para el dique del Este. En 1973 se llegaron a transportar 9.000 toneladas diarias.
Debido a que las voladuras causaban desperfectos en las casas de Valleseco, el 8 de diciembre de 1974, una orden judicial obligó a suspender los trabajos en la cantera. La explotación se dio por terminada en 1976, procediéndose a su saneamiento en 1981.

Las locomotoras en las página de Sucesos

          A lo largo de sus 41 años de servicio, las locomotoras llegaron a ocupar las páginas de sucesos en los periódicos tinerfeños.

          El 12 de enero de 1891, el silbato de la locomotora espantó al caballo de un coche que transitaba por la carretera de Taganana, provocando la caída de un extranjero y su hermana por un terraplén de cinco metros, ocasionándole lesiones leves. A raíz de este suceso, las autoridades publican un bando dando instrucciones para que la locomotora vaya despacio e incluso que parara si se cruzara con algún carruaje.

          El 16 de octubre de 1891, uno de los vagones atropelló a un hombre en el muelle ocasionándole heridas en la cabeza.

          El 31 de marzo de 1894, un trabajador de las obras del puerto resultó muerto al ser atropellado por una vagoneta cargada de piedras.

          El 16 de enero de 1895, en la cantera de Paso Alto, la locomotora arrolló a su conductor, falleciendo en el accidente.

          El 19 de febrero de 1906, la locomotora descarrila en la Rambla de Ravenet, debido al mal estado en que se encontraba la entrevía. Costó bastante trabajo integrar nuevamente la locomotora a la vía.

Las locomotoras en los medios de comunicación

          En 1926, se filma en Tenerife el largometraje El Ladrón de Guante Blanco, una película muda, en blanco y negro, de género policiaco, de Rivero Films, perteneciente a la Filmoteca Canaria. En ella aparecen unas escenas rodadas en la línea férrea que unía el Muelle con la cantera de La Jurada.

          En 1937 se publicó en Inglaterra la novela El Santo en el picnic de los ladrones; al traducirla al español, recibió el título El Santo en Tenerife. En una de las páginas de la obra, cuya acción transcurre en el Santa Cruz de finales de 1935, podemos leer:

               “El silencio volvió a caer, casi intangible en su intensidad, como si la habitación… …Y entonces, como para deshacer esa ilusión, fue horriblemente turbado por el taladrante silbido de la locomotora del tren que atraviesa Santa Cruz, desde las canteras al muelle, transportando rocas que son arrojadas al mar para formar un dique que nunca parece próximo a completarse.”

                

                   CARACTERÍSTICAS DE LA LOCOMOTORA  F6

 

Constructor

Henschel & Sohn

Lugar

Kassel - Alemania

Modelo       

0-2-2-T

Número      

20.811

Año de fabricación

1924

Número de fabricación

20.320

Nombre             

F6

Tipo                   

Tender, con dos ejes acoplados

Distancia entre ejes

1,80 metros

Diámetro de ruedas

0,80 metros

Potencia             

160 caballos de vapor

Fuerza de Tracción

3.720 Kilos

Presión

13 atmósferas

Depósito de agua

2,6 metros cúbicos

Peso en vacío

16.400 kilos

Peso en servicio

21.500 kilos

Longitud

7,20 metros

Anchura

2,30 metros

Altura

3,30 metros

Velocidad

30 kilómetros/hora

Inicio del servicio

1927

Fin del servicio

1965