Noticias antiguas de Canarias (46) La batalla de Santa Cruz de Tenerife (4)

Por Alastair F. Robertson  (Traducido del inglés por Emilio Abad Ripoll y publicado en el Diario de Avisos el 31 de julio de 2022).

 

 

NOTICIAS ANTIGUAS DE CANARIAS

(En el British Newspaper Archive)

 

 XLVI - La batalla de Santa Cruz de Tenerife (4)

El cuento francés

 

A lo largo del siglo XVIII, de vez en cuando aparecían en la prensa británica noticias relacionadas con las Islas Canarias y otras zonas cercanas. Disponemos de una maravillosa fuente “on line”, el British Newspaper Archive (Archivo de prensa británica) (www.britishnewspaperarchive.co.ukque proporciona una información fascinante sobre hechos que ocurrieron hace cientos de años y de la que estamos extrayendo las noticias que recogemos en esta serie, que empezó en 1720 y finalizará en las proximidades del 225 aniversario de la Gesta del 25 de Julio.

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         Entre los muchos editores de periódicos británicos que analizaron el fracaso del ataque contra Santa Cruz, algunos atribuyeron el triunfo español al reducido número de franceses que habían quedad en tierra unos meses antes, cuando La Mutine fue capturada en la bahía santacrucera. Tanto ingleses como franceses menospreciaron injustamente los méritos de los españoles mientras ensalzaban sus propias capacidades. Veamos algunos ejemplos:

                   Northampton Mercury, 9 de septiembre de 1797:

                   Londres, 7 de septiembre.

                   Aunque difícilmente podía esperarse que un fuerza tan débil enviada contra la isla de Tenerife fuese capaz de obtener algún éxito allí, aún llegan muchas cartas procedentes de personal a bordo de la flota que expresan algunas dudas sobre si el Gobernador español no se hubiera rendido si hubiese contado tan solo con las fuerzas españolas de guarnición; pero allí había 200 (1) soldados franceses que reforzaron a los españoles y fueron la causa principal de que nuestras tropas fueran rechazadas.

                   Kentish Gazette, 6 de octubre de 1797:

                    Aparece en la prensa francesa un artículo remitido desde Cádiz que relata circunstanciadamente el reciente ataque y fracaso en Tenerife y que resalta que hubo un momento en que los ingleses parecieron estar a punto de alcanzar un éxito total, pero que las tornas se cambiaron debido por completo al esfuerzo de los franceses.

                   Staffordshire Advertiser, 7 de octubre de 1797:

                 Correo del miércoles. París, 28 de septiembre.

                   No se conocía hasta el momento que los franceses habían contribuido a la derrota que han sufrido los ingleses en Tenerife. Hemos sabido hoy que el buen sentido de nuestros aliados (los españoles) les hizo desplegar para la defensa de sus costas a 150 hombres de la gran nación (naturalmente, Francia). La circunstancia, tan maravillosa como imprevista, sirvió en gran manera para aumentar la vergüenza de los vencidos ingleses; pero, y sobre todo, lo más romántico es que, añadido a la circunstancias del destino, Drouet estuvo allí (2) (Le Republican)

         Los artículos del Dublin Evening Post del 7 de octubre, y del Reading Mercury del día 9, además de proporcionar nuevos detalles (al menos eso es lo que dicen) del desarrollo de la batalla muestran hasta qué grado de exageración se llegó para magnificar la contribución de los franceses:

                   Cádiz, 9 de septiembre (extracto de una carta privada) – y…

                   El reciente ataque contra Tenerife

                   Te va a alegrar recibir noticias de varios de nuestros compatriotas (franceses) y especialmente del valiente y desafortunado Drouet. Su destino es singular. Una vez huido de la prisión en Austria, algunos franceses lo encarcelaron de nuevo bajo la acusación de ser un enemigo del Pueblo y de la Libertad; se escapó, puso el mar entre él y sus perseguidores, y se libró de ser apresado por los ingleses en Tenerife. Embarcó en la fragata (corbeta) La Mutine, que hizo escala en Santa Cruz; estando allí, Drouet y algunos otros se propusieron visitar el famoso Pico de Tenerife. En aquellos momentos, la fragata, sin la mitad de la tripulación, fue abordada por un barco inglés que la sacó del fondeadero el 6 de Prairial (3). Desde aquellos momentos, los ingleses no dejaron de amenazar la isla de Tenerife y el Gobernador organizó la preparación de la defensa. Sus efectivos alcanzaban los 2.000 milicianos, mal armados y poco disciplinados, y 300 hombres del Batallón de Canarias. Pero en la localidad también había 150 franceses, parte de las tripulaciones de La Mutine y de otro barco, La Belle Angelique, que había naufragado en la costa. El Gobernador, suponiendo que todos los franceses son soldados, especialmente si se trata de defender su libertad frente a los ingleses, los armó y los destinó al fuerte de San Miguel, que, junto al de Paso Alto, se creía que debería hacer frente a uno de los más duros ataques del enemigo.

 

 

Foto 46 - 1

Fuerte de San Miguel. Fotomontaje de Víctor Ezquerro (Fondo Tertulia Amigos del 25 de Julio).

                    

                    Tal como se preveía, la noche del 25 al 26 de mayo (debía decir del 24 al 25 de julio), ambos fuertes recibieron una lluvia de bombas, que se podía pensar los reducirían a cenizas, pero afortunadamente no hicieron mucho daño.

 

 

Foto 46 - 2

Castillo de Paso Alto tras el bombardeo.Fotomontaje de Víctor Ezquerro (Fondo Tertulia Amigos del 25 de Julio).

                    

                    Esa música fue el preludio de un ataque en el que los ingleses, creyendo que habrían puesto en fuga o matado a los que guarnecían los fuertes, confiaban en no encontrar más obstáculos en su camino hacia la población. Pero el nutrido fuego que recibieron durante toda la noche les convenció de que seguían bien defendida, por lo que rápidamente cambiaron su plan de ataque y se dirigieron directamente contra el muelle de la localidad y otros puntos importantes de la misma. Era el golpe de mano más audaz que podían intentar, pues si no alcanzaban el éxito el resultado podría resultarles fatal. Comenzaron su ataque por el muelle; la artillería les contestó con un violento fuego de metralla y la fusilería de los milicianos pareció afectarles seriamente. Pero, dado que la artillería de los fuertes que flanqueaban el muelle también había comenzado a disparar, los defensores del mismo, dominados por el pánico al temer verse cogidos entre dos fuegos, huyeron hacia la ciudad, mientras que las tropas que habían desembarcado ocupaban el muelle con gritos de “¡victoria!”.

 

 

Foto 46 - 3

Combate en el muelle. Fotomontaje de Víctor Ezquerro (Fondo Tertulia Amigos del 25 de Julio)

                  

                    Y entonces cometieron un tremendo error: en lugar de perseguir a los que huían, aguardaron a que desembarcaran más hombres para formar una columna. Durante aquellos momentos, los más disciplinados de los españoles se adelantaron y apoyados por un numeroso destacamento de tropas regulares, se parapetaron tras los muros de un jardín que dominaba el muelle. Tan pronto como los ingleses se reunieron y formaron un grupo de considerable entidad, efectuaron una tremenda descarga desde detrás de la tapia y mantuvieron un fuego tan intenso que en pocos minutos toda la unidad fue deshecha. Los más listos se lanzaron al mar: solo quedaron con vida treinta que fueron hechos prisioneros.

                   Los ingleses tuvieron más éxito en su ataque a otros lugares. Penetraron en el interior de la población, se fortificaron rápidamente en la iglesia de Santo Domingo y enviaron una comunicación al Gobernador conminándole a que se rindiera de inmediato y amenazándole con incendiar la ciudad si no lo hacía.

                   Pronto llegaron las noticias a los franceses que permanecían tranquilamente en los fuertes de San Miguel y Paso Alto, desde los que habían obligado al enemigo a desistir de su ataque. Pero su lugar estaba donde hubiera peligro, de modo que se pusieron en marcha, avanzaron con rapidez por la ciudad, redujeron las patrullas avanzadas de los ingleses, hicieron retroceder a todos los que osaron enfrentárseles, hasta que al final los bloquearon en la iglesia y estaban a punto de atacarles a la bayoneta.

                   Los españoles se les habían unido, y el ataque iba a comenzar cuando el gobernador, deseando evitar el derramamiento de sangre, envió su vez una propuesta de capitulación a los ingleses. Pero el oficial a quien encomendó tan importante cometido traicionó la confianza del Gobernador y las esperanzas de los españoles y los franceses, y les concedió la increíble garantía de retirarse a sus barcos, con sus armas y a tambor batiente, de manera que era difícil distinguir a los vencedores de los vencidos.

                   Todo el mundo se indignó por que no se solicitó ninguna indemnización a los ingleses, ni la devolución de los barcos que habían capturado, ni la rendición de algunos de ellos; sin embargo, había que cumplir con los términos de la capitulación. El Gobernador hizo a los franceses el honor de que se unieran a la formación ante la que debían desfilar los ingleses; los comerciantes españoles y muchas familias pudientes apoyaron con generosidad a quienes se encontraban en necesidad como consecuencia de haber perdido sus barcos, como era el caso de todos los franceses.

                   Los ingleses perdieron en esta aventura NOVECIENTOS HOMBRES, muertos o ahogados, y SETECIENTOS fueron hechos prisioneros. El almirante Nelson sufrió la pérdida de un brazo por una bala de cañón.

                   Poco tiempo después, algunos franceses tuvieron la oportunidad de regresar a Francia…

         (El periódico francés Journal des Hommes Libres, comentando esta carta, dice que los españoles, cuando relatan el fiasco de los ingleses en Tenerife, no han tenido la generosidad de compartir con un grupo de franceses la gloria que se merecían por su brillante actuación en la defensa)

        

         En el próximo capítulo aparecerá la parte final (la quinta), con el regreso de Nelson a casa.

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NOTAS:

1.- Está ampliamente documentado que el número de marineros de La Mutine que quedaron en tierra y participaron en la defensa de Santa Cruz fue de 110.

2.- Jean Baptiste Drouet, Conde de Erlon [1765-1844], llegaría a ser un general francés nombrado Par por Napoleón.

3.- Tercer mes de la Primavera según el calendario de la Revolución Francesa. Comenzaba el 20 ó 21 del mes de mayo del calendario grecorromano. El robo de La Mutine se produjo el 29 de mayo de 1797.

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