Carlos de Adam y Brusoni, único tinerfeño que habló con Nelson

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 24 de julio de 2022).
 
Puerto de tenerife Personalizado Personalizado
 
Puerto de Santa Cruz de Tenerife  (Maqueta en Museo Militar de Canarias)
 
  
 
          Carlos Francisco de Adam y Brusoni, nacido en Santa Cruz de Tenerife el 19 de julio de 1762, hijo de Juan de Adam, natural de la isla de Skópelos (Grecia) y de María Ana Brusoni, de Génova. Casado con Manuela España, tuvieron cuatro hijos en su “domicilio castrense” de la calle La Marina.
 
          Cuando tenía 30 años de edad, siendo alférez de Fragata, sustituyó a su padre en el empleo oficial de Alcalde de Mar (Capitán del Puerto), llegando a ser la primera autoridad marítima de Tenerife. Como este cargo se había establecido en 1714, año de implantación de la Administración de Marina, consideramos que su padre tuvo que haber sido el primero en desempeñarlo.
 
          La primera misión relevante de su empleo fue la de proceder al embargo, descarga y almacenamiento de los géneros y efectos que se encontraban a bordo de tres buques ingleses que se hallaban detenidos en la rada santacrucera, pues el 3 de noviembre de 1796 el general Gutiérrez había firmado y hecho pregonar un Bando sobre la declaración de guerra que el Rey Carlos IV había decretado como obligada consecuencia del Tratado de San Ildefonso, suscrito entre España y Francia por el que se establecía una alianza, ofensiva y defensiva, contra el Rey de la Gran Bretaña, sus vasallos y posesiones.
 
          De la misma manera, el 27 de mayo de 1797, cuando las fragatas inglesas Minerve, de 38 cañones, y Lively, de 32 cañones, bajo el mando del capitán Benjamín Halowell, fondearon lejos del alcance de las baterías costeras, desplegaron bandera blanca y echaron un bote al agua para dirigirse al muelle, Carlos de Adam, junto con el capitán del Batallón de Infantería de Canarias Juan Greagh, salieron a su encuentro en una lancha para ordenarles que no se acercaran a tierra y que manifestaran cual era su mensaje. Como los emisarios ingleses le entregaron una carta dirigida al general Gutiérrez, en la que proponían el canje de algunos prisioneros españoles, y en los navíos británicos no había ninguno para llevar a cabo el hipotético canje, Carlos de Adam llegó a la conclusión de que con tal maniobra sólo pretendían reconocer el puerto, localizar sus instalaciones y observar los navíos surtos en sus aguas; entre ellos, la corbeta francesa La Mutine que días después sería robada por los ingleses.
 
          Durante la batalla contra los ingleses de 1797, comandados por Horacio Nelson, Carlos de Adam permanecería en el Castillo de San Cristóbal   formando parte de la Plana Mayor del General Gutiérrez, reuniéndose en consejo junto al Alcalde Real, el teniente del Rey, el mayor de la Plaza, los jefes de Artillería e Ingenieros, etc.
 
          En la citada batalla, elaboró y puso en práctica el Plan de Cañones Violentos (1), instruyendo en su manejo a pilotos y marineros de los barcos surtos en la rada; tuvo la iniciativa de desfondar las 18 lanchas inglesas que quedaron varadas en la playa, después de que hubiesen desembarcado sus ocupantes; quitarles armamento a los ingleses aprovechando la oscuridad de la noche y colaborar con el teniente Grandi en volver a poner en servicio la batería situada en el “martillo” del muelle, que el enemigo había inutilizado. Durante esta última estratagema recibió una fuerte contusión en una pierna, teniendo que ser hospitalizado. 
 
          Pero sin duda, la actuación más destacada de Carlos Adam Brusoni, como primera Autoridad Marítima de la Isla, fue la entrevista que la mañana del 26 de julio de 1797 mantuvo con Horacio Nelson a bordo del Theseus para informarle de las condiciones de la Capitulación que había firmado el capitán de navío Samuel Hood ante el General Antonio Gutiérrez en el Castillo de San Cristóbal, y que fueron ratificadas por el capitán Thomas Troubridge, segundo en el mando inglés, en las que “se le concedían los honores de la guerra”, de manera que las tropas de S.M. Británica fueran reembarcadas con sus armas y los prisioneros devueltos; a lo que accedería el General Gutiérrez con la condición de que aquella escuadra británica se comprometiera a no volver a atacar Tenerife ni a ninguna de las demás islas de Canarias.
 
          El General Gutiérrez, consciente de la importancia de que el Contralmirante jefe de la escuadra enemiga debería ratificar los términos de la rendición, envió al Theseus a Carlos de Adam, acompañado del capitán de la fragata inglesa Emerald Thomas Moutray Waller. En esta reunión, Nelson se prestaría a trasladar hasta Cádiz el informe de su propia derrota, de manera que a los pocos días la Corte española tendría conocimiento de la Gesta del 25 de Julio de 1797. 
 
          Es una lástima que no haya quedado constancia documental del momento de la entrevista del joven alférez de fragata tinerfeño con el laureado contralmirante inglés, celebrada en la cámara del Theseus, donde se encontraba convaleciente de la amputación de su brazo derecho, pues nos hubiera podido describir el estado físico y psicológico en que se encontraba Nelson, así como el ambiente que se respiraba en el navío insignia tras el estrepitoso descalabro sufrido por la escuadra británica. En todo caso, al joven marino tinerfeño Carlos de Adam le cupo el alto privilegio de notificar al famoso contralmirante Horacio Nelson el Acta de Capitulación de sus tropas y requerir del mismo el conocimiento de sus términos y condiciones.
 
Honores denegados
 
          En la propuesta de ascensos que, el 3 de agosto de 1797, envió el General Gutiérrez a la Secretaría de Guerra, consideraba que Carlos de Adam y Brusoni era acreedor al grado de alférez de navío, o en su defecto que le fuera concedida una compensación económica, por los singulares servicios prestados durante la Gesta del 25 de Julio.
 
          Como el barco en el que iba su expediente fue atacado por los piratas y no llegaría a su destino, años más tarde, Adam Brusoni solicitaría personalmente a S.M. que se tuviera en cuenta su participación en la Gesta, acompañando certificación del Caballero Administrador y Coronel del Real Cuerpo de Artillería y del Médico Cirujano Mayor del Hospital Militar de este Puerto, donde estuvo ingresado. La citada solicitud sería también rechazada por el Ministerio de la Guerra, aplicándole un sistema de concesión de pensiones.
 
          Reincorporado a la vida civil, Carlos de Adam continuaría sirviendo los intereses de su Villa y Puerto como Guarda Mayor y teniente visitador de la Real Renta del Tabaco. En 1804 realizó el plano del proyecto del cementerio de San Rafael y San Roque. Entre sus aficiones estaba la música, pues tocaba el clarinete. 
 
          Carlos de Adam falleció en Santa Cruz de Tenerife el 28 de noviembre de 1819, recibiendo sepultura en el cementerio de San Rafael y San Roque. 
 
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1.- Los “Violentos” eran cañones de pequeño calibre -inferior a 75 milímetros- con un tubo de 60 cm. de longitud y un montaje muy ligero para que pudieran ser transportados a brazo. Disparaban “botes de metralla” que causaban bastante daño a corta distancia. 
 
 
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