Betsy Fremantle, una testigo presencial del ataque contra Santa Cruz en 1797

 
Por Alastair F. Robertson  (Publicado en el Diario de Avisos el 20 de julio de  2020). Traducción de Emilio Abad Ripoll.
 
 
 
            Cuando se produjo el ataque británico contra Santa Cruz en julio de 1797, entre los cientos de marineros e infantes de marina embarcados en los buques que mandaba el contralmirante Horacio Nelson, se encontraba una joven, Betsey Fremantle, recién casada con Thomas Fremantle, el comandante de la Seahorse, una de las fragatas de la flota británica.
 
Foto 1
 
Betsey Fremantle
 
         
          Su nombre de soltera era Elizabeth Wynne, hija de Richard y Camille Wynne y nacida el 19 de abril de 1778 en Folkingham, Lincolnshire.  Su familia se trasladó a Italia en la década de 1780, donde fueron sorprendidos por la invasión francesa de 1796. Por aquel tiempo, el capitán Thomas Fremantle se encontraba a las órdenes de Nelson, con quien había entablado una buena amistad. Betsey y Thomas se conocieron en dramáticas circunstancias, al encontrarse la familia Wynne entre la pequeña comunidad británica rescatada en octubre y evacuada por la Royal Navy a la isla de Córcega tras el ataque a Leghorn (la actual Livorno).
 
          Se tuvo que tratar de un caso de “amor a primera vista”, porque la pareja se casó en Nápoles el 1 de enero de 1797, en la casa del enviado británico, sir William Hamilton y su esposa, Lady Emma, la amante de Nelson. Betsy, con 18 años, embarcó con su marido, de 30, para iniciar la que podría considerarse como una de las lunas de miel más extrañas y repletas de acontecimientos. Thomas Fremantle participó de lleno en la operación naval británica contra los españoles, cuyo último capítulo, antes de poner rumbo a Tenerife, fue el bloqueo de Cádiz a primeros de julio.  En un caso concreto, la barcaza de Nelson fue atacada por una lancha española y aunque Nelson y Fremantle contaban sólo con el timonel y diez remeros y se encontraban en inferioridad numérica, consiguieron apoderarse de la lancha. 
 
          Cada vez que algo semejante sucedía, Betsy no podía hacer otra cosa más que esperar ansiosa bajo cubierta, mientras rezaba pidiendo que su esposo regresara sano y salvo. 
 
          Desde temprana edad, Betsey mantuvo un Diario, cuya lectura nos demuestra lo peligrosos que fueron aquellos días de julio de 1797. En un principio, la expedición a Tenerife se inició en un clima de alegre confianza. El sábado 15 de julio, y a no ser que tan solo estuviese autoanimándose, escribió: “El Theseus, el Culloden, el Zealous, la  Emerald, la Terpsichore y la Seahorse han zarpado esta mañana para llevar a cabo una misión. Vamos a tomar la isla de Tenerife." Thomas Fremantle iba al mando de la Seahorse.
 
Foto 2
 
Thomas Fremantle
 
           
          La flota fondeó cerca de Santa Cruz, y durante la noche del 21 de julio los hombres de Nelson intentaron ocupar la población por sorpresa, pero fracasaron. Sobre el regreso de la frustrada fuerza de desembarco, Betsey tan solo comentó que la unidad había vuelto “sin hacer nada”.  El fracaso de la intentona se debió a un inesperado retraso ocasionado por las adversas corrientes marinas, que trajo como consecuencia que, con las primeras luces del día, los británicos fueran descubiertos.  
 
          El 22 registra Betsey el desembarco británico cerca de Paso Alto, que tuvo su continuación en la inútil subida a la Mesa del Ramonal y el retorno a los barcos de los infantes de marina “casi muertos de cansancio y hambre”. Un oficial británico aseguró tres días después que nunca en su vida había sufrido tanto calor como en la altura del Ramonal, hasta el punto de que él mismo y varios de sus compañeros sufrieron desvanecimientos.
 
          El 23 repitió en su Diario la información proporcionada por un alemán que se había pasado a los británicos asegurando que los isleños estaban “muy alarmados, llorando y temblando, y que nada podría ser más fácil que tomar la plaza".
 
          Al anochecer del 24 de julio, Nelson mantuvo una reunión con sus capitanes a bordo de la Seahorse de Fremantle, desde donde se iba a lanzar el ataque. Betsey escribió: “Dado que la toma de la plaza parecía ser una cosa fácil y casi segura, me fui a la cama cuando ellos se marcharon, sin sentir el menor temor por Fremantle”
 
          Nelson, con los capitanes Fremantle y Bowen, aunque en distintas lanchas, comenzaron a navegar en dirección a la playa de Santa Cruz, pero justo cuando estaba a punto de poner pie en tierra, el contralmirante recibió un disparo y resultó gravemente herido en el brazo derecho. Cuando le llevaban de regreso a la flota, el primer barco que encontró su bote fue la Seahorse, pero Nelson se negó a subir a bordo para recibir cuidados diciendo: "Prefiero morir antes que alarmar a la señora Fremantle, permitiéndola verme en este estado y cuando no le puedo dar ninguna noticia de su marido.”
 
          Poco después de que Nelson recibiera su herida, Bowen caía muerto, y también Fremantle era alcanzado por un disparo en el brazo antes de desembarcar. Fue llevado rápidamente de vuelta a la Seahorse, donde, a diferencia de lo que le ocurrió a su contralmirante, le salvaron el brazo, aunque nunca recuperó su total movimiento.  Betsey escribió: "Sabe Dios si le habría vuelto a ver si se hubiera quedado en tierra.  Fue terrible;  el pobre capitán Bowen murió en el acto."
 
          Cuando terminó el combate, Betsey resumió en su Diario el resultado y concluyó escribiendo que todos los oficiales estaban a salvo a bordo, lo que pronto harían también todos los prisioneros, y que “los españoles se habían comportado extraordinariamente bien”. Sin embargo, y posiblemente para instar a los británicos a irse cuanto antes, los defensores dispararon un cañonazo de advertencia sobre sus barcos. Betsey anotó que un disparo había agujereado una de las velas de la Seahorse. El día 29 escribía "Anhelo alejarme de estas islas, estoy harta de ver Tenerife”. Pronto se le concedería el deseo.
 
          En sus entradas del Diario entre los sábados 15 y 29 de julio, Betsey a menudo escribió que se sentía indispuesta. Los días 15 y 21 estaba “enferma” y “mal como siempre”; el 23 "se sintió mejor” de lo que había estado durante algún tiempo y el 24 estaba “muy bien”. Comprensiblemente, durante los días posteriores al 25 estuvo más preocupada por los acontecimientos y la herida de su esposo que por sí misma: luego, en el 28, todavía “tenía náuseas desde la mañana.”
 
          El primer hijo de Betsey, que llevó el nombre de su padre, Thomas Francis, nació el 11 de marzo de 1798, y si contamos cuarenta semanas hacia atrás a partir de esa fecha, nos damos cuenta de que no fue el mareo causado por el mar o la ansiosa inquietud lo que la hacía sentirse mal, sino el hecho de que estaba embarazada de unas ocho semanas en los días del ataque. Para una chica de diecinueve años que había llevado una vida cómoda y privilegiada en tierra, no acostumbrada a la mar, recién casada, en un buque de guerra británico, rodeada de hombres, la mayoría de ellos rudos marineros, en guerra, en el ardor de una batalla, con su marido herido… su comportamiento fue más que correcto.
 
          Hay un ligero indicio de su relación posterior con Nelson. Unos pocos años después de lo de Tenerife, cuando Betsey vivía en su casa de Swanbourne, Buckinghamshire, y criando a una familia en rápido crecimiento, el romance de Nelson con Emma Hamilton se había hecho público. La actitud de Betsey hacia ellos se había enfriado claramente, como se puede leer en la entrada del 3 marzo de 1801 en su Diario: "Hoy recibí una carta de mi marido. Lady Nelson ha presentado una demanda de separación. No soporto a su esposo; con la edad que tiene y tan mutilado, y haciendo el tonto con Lady Hamilton".
 
          Sin embargo, su esposo Thomas siguió siendo un buen amigo de Nelson y se distinguió al mando del Ganges en Copenhague en 1801 y del Neptuno en Trafalgar en 1805, En 1815 se convirtió en Caballero de la Gran Cruz del Baño, Barón del Imperio austriaco en 1816, Caballero de la Real Orden Güélfica de Hannover en 1818 y Vicealmirante del Escuadrón Azul en agosto de 1819, etc. En una carrera política de corta duración, había sido diputado por Sandwich de 1806 a 1807 y Saltash de 1807 a 1808. Luego, en la cumbre de su carrera, a la edad de 54 años, el vicealmirante Thomas Fremantle murió como consecuencia de una repentina enfermedad el 19 de diciembre de 1819, cuando era comandante en jefe de la flota del Mediterráneo. Fue enterrado en Cimiez cerca de Niza, en los Alpes Marítimos franceses.
 
          Betsey no se volvió a casar. En 1851, a la edad de 73 años, vivía en Putney Heath en Surrey con un sobrino, un grupo de seis nietos de las familias Fremantle, Fitzgerald y Hervey y ocho sirvientes. Pasaba su tiempo entre Inglaterra y el continente, donde murió, cerca de Niza, el 2 de noviembre de 1857, y fue enterrada junto a su esposo en Cimiez. Sus Diarios fueron editados por Anne Fremantle y publicados por primera vez durante la década de 1930 como The Wynne Diaries, 1789-1857. Luego, en 1952, se volvieron a publicar como The Wynne Diaries 1789-1820, en la serie Clásicos del mundo de Oxford University Press.
 
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Referencias (No las publicó el periódico)
 
Ilustraciones: Tomadas de un artículo sobre Betsey Fremantle publicado en The People of Gibraltar
1. Fuentes Documentales del 25 de Julio de 1797 Pedro Ontoria Oquillas, Luis Cola Benítez, Daniel García Pulido, 1997 (pp.338-342), para las citas del Diario de Betsey.
2. Entradas de Wikipedia para Elizabeth Wynne Fremantle, en referencia a “The Wynne Diaries’, y para el comentario de Betsey sobre Nelson y Emma Hamilton (p.310).
3. Oxford University Alumni, 1500-1886 (en línea), para Thomas Fremantle.
4. ancestry.co.uk (en línea). Para información familiar.
5. The Life of Nelson R. Southey., Amalgamated Press 1905 Edition (p.119), para la  negativa de Nelson a abordar la Seahorse.
 
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