Los Santos Patronos de los marinos tinerfeños

 
Por José Manuel Ledesma Alonso  (Publicado en El Día el 9 de abril de 2005).
 
 
 
          En los siglos XVI y XVII San Telmo y la Virgen del Buen Viaje fueron los patronos de los mareantes tinerfeños hasta que, en el siglo XVIII, adquirió este protagonismo la Virgen del Carmen. 
 
San Telmo 
 
          Pedro González Frómista, nacido en Palencia en 1190, desde pequeño fue inculcado al sacerdocio por su tío y preceptor, Tello Téllez de Meneses. Después de  cursar estudios científicos y humanidades en el Studium Generale de Palencia -primera Universidad española-, fue nombrado Canónigo de la Catedral de Palencia; para celebrarlo, montó en un caballo blanco, lujosamente enjaezado y, con gran pompa y cortejo, desfiló por toda la ciudad. Las ovaciones recibidas lo aturdieron de tal manera que, al picar espuelas, perdió el equilibrio y cayó de bruces en un barrizal, provocando las rizas y burlas de todo el pueblo. Ante la humillación recibida, renunció a su cargo e ingresó como novicio en el convento dominico de su ciudad.
 
          Inició su apostolado visitando todos los pueblos de su Comunidad, siendo pronto su nombre conocido y reverenciado, hasta tal punto que doña Berenguela de Castilla lo eligió como confesor de su hijo Fernando III el Santo.
 
          Además de predicar y realizar extraordinarios prodigios en Portugal, Santiago de Compostela, Lugo, Tuy, etc., también construyó puentes en Bromista, Bayona, Rivadavia, etc. y, como conocedor de las penalidades de la gente de la mar, consiguió subsidios del Rey para los pescadores y sus familias, sentando las bases de lo que hoy se conoce como Cofradías de Pescadores.
La muerte lo sorprendió en Tuy-Pontevedra (1246), donde fue enterrado en su Catedral. En su sepulcro, construido en 1579, se lee: “aquí reposa San Telmo, el Patrón de los navegantes”. Cuenta la tradición que, a poco de su muerte, de su sepultura empezó a manar un aceite de maravillosa fragancia que fue medicina para muchas enfermedades.
 
          Existía tanta protección directa de San Telmo con los hombres de la mar que sus milagros, avalados por 96 testigos, hicieron que el Papa Inocencio IV, lo beatificara el 15 de abril de 1254, y fuera declarado Patrón de navegantes y pescadores por Bula Pontificia de 1741.
 
          Su devoción se extendió por todo el mundo y, por ello, en la mayoría de los puertos de mar existe un barrio marinero con la parroquia dedicada en su honor. En Santa Cruz de Tenerife su imagen data de 1670, aunque su ermita ya aparece dibujada en el plano de Torriani de 1588. Se veneraba en la parroquia de Nuestra Señora de La Concepción, donde los hermanos Logman, vicario y beneficiado de la citada Parroquia, le construyeron (1720)  una capilla con su correspondiente retablo y sacristía.
 
San Telmo Custom
 
San Telmo
 
          La imagen, de candelero, ataviada con el hábito de la orden dominica, porta una vela en la mano izquierda y un navío en la derecha. Su fiesta -14 de abril- era una de las mejores de Santa Cruz, y a ella acudían los pescadores y familiares, acompañados de los vecinos.
 
          La ermita de San Telmo fue construida a expensas de la cofradía de pescadores, con las limosnas recibidas el día de su festividad litúrgica. En 1893 se le agregó una torre de 19 metros, la cual tuvo que ser demolida después del temporal de 1918; años después, la apertura de una calle obligaría a reducir más el pequeño templo. Su fachada, configurada por una puerta de cantería consta de espadaña y la pequeña sacristía. 
 
          En su interior también se venera la imagen de Nuestra Señora del Buen Viaje, Virgen relacionada con la mar pues en su iconografía las naves se refugian bajo su manto, tirante como una vela, navegando viento en popa hacia el cielo.
 
Virgen del Carmen
 
          La Virgen del Carmen siempre ha sido venerada por la gente de la mar y del interior de la Isla desde el siglo XVII, pues, el sábado de naval, muchos hombres y mujeres iban en romería a la Virgen de la Montaña, en el lugar de La Esperanza, con gran devoción a Nuestra Señora del Monte Carmelo. 
 
         Este fervor religioso era propio de los hombres de la mar y de tierra adentro, pues todos somos marineros a la hora de capear tempestades, sortear escollos y huir de los enemigos; aunque, son los marino los que con mayor distinción y de manera más constante la utilizan como abogada suya, invocándola para pedir protección, confianza y seguridad ante las dificultades. 
 
          Por ello la Estrella de los Mares fue nombrada patrona de los mareantes y la tienen como patrona los miembros de la Marina Mercante, los pescadores industriales, artesanales y pesca deportiva. 
 
          El culto a Nuestra Señora del Carmen está profusamente extendido por toda la geografía española, existiendo ermitas en su honor en todos lo rincones marineros. En Santa Cruz de Tenerife, la procesión magna comenzó a salir el 16 de julio de 1670, acompañada de los hermanos de todas las Cofradías, a la que seguían la Cruz Fundacional, Patronos, Vicario y Beneficiado de la Parroquia, Autoridades civiles y militares, etc. La comitiva recorría las calles de la Noria, Santo Domingo, las Tiendas y, al llegar a la plaza de la Pila, bajaba hasta el castillo de San Cristóbal donde tomaba la rampa de la caleta de Blas Díaz y llegaba a la calle Grande -plaza de la Iglesia-.
 
          La citada procesión se mantuvo con gran esplendor hasta que, en 1919, el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial vino a cambiar la forma de celebración,  pues el entonces párroco de Ntra. Sra. de la Concepción decidió llevar a la Virgen al muelle de Santa Cruz, subirla en un remolcador y realizar con ella un paseo marítimo.
 
1ª procesión Virgen del Carmen Custom
 
Primera procesión de la Virgen del Carmen (1919)
 
         
          Este acontecimiento, celebrado para agradecer a Nuestra Señora la llegada de la Paz, logró llenar la bahía de embarcaciones, venidas de todos los puertos de la Isla, a la vez que reunió a gran cantidad de gente. A partir de la citada fecha, Santa Cruz de Tenerife celebra con gran júbilo y devoción esta tradición centenaria. 
 
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