Auténtica de la canilla de San Clemente de la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife

 
Por Pedro Ontoria Oquillas  (Publicado en El Día / La Prensa en dos capítulos los días 27 de agosto y 3 de septiembre de 2016).
 
 
“El decoro del culto es digno del que en ella habita, venerándose con  particular devoción un hueso de  San Clemente mártir, dádiva y memoria que el ilustrísimo señor Sidoti dejó a esta parroquia, cuando en su navegación  al Japón estuvo en Santa Cruz” (Viera y Clavijo).
 
 
 
A. AUTÉNTICA DE LA RELIQUIA DE SAN CLEMENTE
 
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 Auténtica de la reliquia de S. Clemente. (Archivo de la Iglesia de la Concepción. Santa Cruz de Tenerife) 
 
          Las reliquias tuvieron otrora transcendencia capital en la vida pública de los pueblos y privada de los ciudadanos. Aparte de su poder taumatúrgico, tenían también el valor político y militar, pues actuaban como prendas de alianza, protección y, tal vez, una forma de inversión económica. Al mismo tiempo, su significación para la historia del arte y de la literatura fue inmensa (Nota 1).
 
          De acuerdo con la Tradición, la Iglesia rinde culto a los santos y venera sus imágenes y sus reliquias auténticas (2). El pueblo cristiano celebra unido en solemnidad religiosa las memorias de los mártires para estimular su imitación, asociarse a sus méritos y ayudarse con sus oraciones; de tal modo, sin embargo, que no levantamos altares a ningún mártir, sino al Dios de los mártires....Veneramos, pues, a los mártires con el culto del amor y de la compañía, que en esta vida se tributa también a los santos, hombres de Dios, cuyo corazón percibimos que está dispuesto a sufrir el martirio por la verdad del evangelio. (3)
 
          La constitución Sacrosanctum Concilium de 1963 sobre la sagrada liturgia, manifiesta que “la Iglesia introdujo en el círculo anual el recuerdo de los mártires y de los demás santos que, llegados a la perfección por la multiforme gracia de Dios y habiendo ya alcanzado la salvación eterna, cantan la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros. Porque al celebrar el tránsito de los santos de este mundo al cielo, la Iglesia proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que sufrieron y fueron glorificados con Cristo; propone a los fieles sus ejemplos, los cuales atraen a todos por Cristo al Padre, y por los méritos de los mismos implora los beneficios divinos.” (4) 
 
          Años antes del Vaticano II, Benedicto XV había promulgado en 1917 el primer Código de Derecho Canónico (CIC), donde, después de precisar que el culto de latría se debe solo a Dios y el de hiperdulía a la Virgen (CIC, canon1255), legisla sobre los demás santos recogiendo la Tradición: “Solo es lícito honrar con culto público a los Siervos de Dios que por la autoridad de la Iglesia han sido puestos en el catálogo de los Santos o de los Beatos.” “A los que han sido canónicamente inscritos en el catálogo de los Santos se les debe dar culto de dulía; a los Santos se les puede honrar en todas partes y con cualquier acto de dicho culto; pero a los Beatos solo se les puede dar culto en los lugares y en la forma que el Romano Pontífice concediere.” (CIC, c. 1227). 
 
          El culto a los santos se puede canalizar a través de la veneración de sus reliquias. Y es que las reliquias de los santos siempre han gozado de veneración creciente por parte del pueblo cristiano, según ya apuntan Padres Apostólicos y Santos Padres de la Iglesia, como Ignacio de Antioquía, Policarpo, Efrén, Agustín, Teodoreto, Jerónimo, Máximo... Tumbas y catacumbas romanas en cementerios cristianos diseminados por las trece Vías extraurbanas, son verdaderos relicarios de la Iglesia naciente y perseguida, dando culto en criptas, capillas decoradas, que devendrán basílicas. Pero en los cinco primeros siglos, salvo la veneración en los propios sepulcros, predomina el culto a las llamadas “Palliola” y “Brandea” o trozo de tela tocados en los restos o cuerpos de los santos, que yacían en sus sepulcros, ya que las leyes del imperio romano prohibían exhumar cadáveres; prohibición, por lo demás, que no se cumplió en Oriente cristiano; y dejará de existir en Occidente a partir del siglo VII con legislación de concilios provinciales que promueven el culto a las reliquias de los cuerpos de los santos. De modo que del siglo II hasta la paz constantiniana del siglo IV (a.313) el culto a los mártires suele ser local, pero desde el siglo IV ya hay intercambio de reliquias y memorias martiriales entre diversas iglesias con propios calendarios, cartagineses en Roma y romanos en Cartago o en la Nueva Roma de Constantinopla. 
 
          Y surgen las grandes basílicas cristianas; y los poetas, como Prudencio, cantan las gestas de los mártires, cuyo martirologio se va convirtiendo en santoral. Y Oriente, más libre de la legislación romana, va fijando un día litúrgico de fiesta, bien en Pascua (Siria), bien en Pentecostés (Bizancio), que va copiando Roma, hasta que en el siglo IX (a.834) nace la fiesta de Todos los Santos el uno de noviembre por voluntad del papa Gregorio IV. Y en las aras de los altares deberá presidir alguna reliquia de mártires y/o santos confesores, uniendo así altar y sepulcro, Cristo e Iglesia, llegándose, incluso a celebrar una fiesta litúrgica de las Santas Reliquias, que vino a ser el 6 de noviembre. Y al pairo de estas fiestas, las Órdenes religiosas y las diócesis buscaron otro día también para sus propios santos, que terminó siendo mayoritariamente el 5 de noviembre. (5) 
 
          Dentro del culto a los santos, las reliquias ocupan un papel fundamental, al asociarse las mismas como medios seguros de acción de la gracia del que muere en loor de santidad. Pese a la lejanía de las Islas Canarias llegaron desde Roma reliquias de santos como las de San Sebastián del convento agustino de Icod de los Vinos, pero el tráfico de estos objetos milagrosos se prestaba a habituales fraudes y falsificaciones ante la credulidad de la gente. La reliquia más venerada en Tenerife de la que tenemos constancia es la de san Clemente de la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz. El fervor ante ella fue tal, que se celebraron en su honor numerosas misas y procesiones. (6)
 
          La iglesia intentó controlar el tráfico de reliquias que, imbuidas de supuestos poderes mágicos, pudiera desviar su culto de las directrices emanadas de la jerarquía eclesiástica que tenían su base en el concilio de Trento, que reconocía la validez de las mismas como medio de oposición al protestantismo, pero que creía en la necesidad de reglamentarlas para evitar que las desviaciones fuesen por el lado opuesto y diesen lugar a lo que consideraban supersticiones idolátricas, si bien quienes pusieron más énfasis en esa lucha fueron los jansenistas. Las Constituciones Sinodales exigen la obligatoriedad de ser reconocidas y aprobadas por el obispo para poder ser usadas como tales y en las visitas pastorales se impone su presentación al prelado, inclusive las  existentes en casas particulares. (7)
 
          En el contexto eclesial moderno del siglo XX, que exige mesura y autenticidad, volviendo a la consecuencia de la canonización, que es la veneración de las reliquias de los santos, ya el CIC de 1917 aplicará la doctrina tridentina y pontificia en textos canónicos. Así, después de indicar que la veneración y culto a los santos es relativo referido a la persona (CIC, c. 1255) y ser saludable venerar sus reliquias (CIC, c. 1276), prohibir su venta (CIC, c. 1289) y exigir autorización de la Sede Apostólica para la enajenación y traslado a perpetuidad de las reliquias insignes (8) o de gran veneración (CIC, c. 1281), afirmará que tales no deben guardarse en casas u oratorios privados sin licencia expresa del Ordinario del Lugar (CIC, c. 1282), añadiendo que solo pueden tener “culto público aquellas reliquias que conste ser genuinas por un documento auténtico de algún cardenal de la Iglesia Romana o del Ordinario local o de algún varón eclesiástico, a quien por indulto apostólico se le haya concedido la facultad de autenticar.” (CIC, c. 1283,1).
 
          En la iglesia parroquial de la Purísima de Santa Cruz de Tenerife se conserva una reliquia denominada “canilla de S. Clemente” (9) que, en épocas lejanas, fue objeto de fervorosa devoción del pueblo chicharrero. Sin embargo, son escasos los autores que se hacen eco de la “canilla de san Clemente”; no obstante, existe patente documentación en el archivo parroquial de la iglesia matriz de Nuestra Señora de La Concepción de Santa Cruz de Santiago de Tenerife según nos confirma su cura párroco don Mauricio González y González. (10)
 
          José Viera y Clavijo en el Libro XVII, capítulo 33 de su Historia de Canarias (11) será el primero en darnos la escueta noticia de que en la iglesia parroquial de Santa  Cruz “se venera con particular devoción un hueso de San Clemente mártir, dádiva y memoria que el ilustrísimo señor Sidoti dejó a esta parroquia, cuando en su navegación al Japón estuvo en Santa Cruz” y que autores posteriores ampliarán con algunos detalles. 
 
         Lope Antonio de la Guerra y Peña en sus Memorias refiere que el 28 de junio de 1771 en el Lugar de Santa Cruz se hicieron rogativas y plegarias por la escasez y hambruna que se padecía en todas las islas y se llevó a la iglesia de los Remedios de La Laguna la “Canilla de San Clemente” acudiendo las hermandades y clero del Lugar. (12)
 
         Felipe Miguel Poggi y Borsotto escribe que “en el altar del Carmen se halla depositada una canilla de San Clemente, Papa y Mártir, regalada por el Iltmo. Señor Sidotti cuando en su viage al Japón estuvo en Santa Cruz. El día 23 de Noviembre en que la Iglesia celebra este Santo, hay misa conventual y se saca en procesión claustral esta sagrada reliquia cubierta con un fanal de cristal y colocada en unas andas propias para este objeto.”(13)
 
         Sebastián Padrón Acosta trata de forma más extensa el tema aportando reveladores datos de personajes y tesoros canarios en el artículo aparecido en el periódico La Tarde el 20 de agosto de 1943. (14)
 
          Manuel Hernández González en Fiestas y creencias en Canarias en la Edad Moderna, Santa Cruz de Tenerife 2007 nos dice: “La reliquia más venerada de la que tenemos constancia es la de san Clemente, de la Concepción de Santa Cruz. Llegó a Tenerife en 1703, siendo traída por el patriarca de Antioquía, señor Sidotti, que arribó al puerto de Santa Cruz procedente de Indias. Un devoto suyo, el capitán don José González Cabrera, hizo a su cargo una urna y un altar, costeándole todo lo necesario para que pudiera salir en procesión en la festividad del Corpus.” (15)
 
          El recuerdo o memoria de los santacruceros será denominar a la reliquia como “canilla de San Clemente”. Así aparece en Lope Antonio de la Guerra, Felipe Miguel Poggi y Borsotto y las Relaciones de Tolosa y Güimarense sobre de la victoria de las armas españolas contra la escuadra británica; sin embargo Viera y Clavijo simplemente habla de un hueso de San Clemente mártir. 
 
 
B. ESTUDIO DE LA AUTÉNTICA
 
          El documento de la auténtica es un folio impreso para comunicar al interesado y quedar constancia fehaciente de la dádiva que se le concede. El título o encabezamiento es el epígrafe y las primeras líneas de texto, existiendo espacios en blanco para los nombres y la fecha o data. El texto está orlado con el escudo papal en la cabecera y en el ángulo inferior izquierdo aparece la impronta del escudo. Sus dimensiones 22 x 31 cm. Se conserva en el archivo parroquial de la iglesia matriz de la Concepción y su párroco, don Mauricio González González, nos ha confirmado que está también registrada en el Archivo Vaticano. (16) 
 
          Transcripción de la auténtica.
 
                    Gaspar miseratione diuina Espisc. Sabinen. S.R.E. Cardinalis de Carpineo SS. D. N. Papae Vicarius Generalis, & in Alma Vrbe, eiusque Districtu Iudex Ordinarius Vniuersis & singulis praesentes nostras litteras inspecturis fidem facimus & attestamur quod Nos ad maiorem Omnipotentis Dei gloriam, suorumque sanctorum venerationem dono dedimus Yll.mo et R.mo M. de Tornon Patriarcha Antochiae Sacrum Crus Sancti Christi Martyris Clementis  per Nos de mandato Sanctss. D. N. Papae ex Coemeterio Cyriacae extractum, quod in capsula lignea, carta credulosa coryosa benè clausa, & funiculo serico coloris rubri colligata, & sigillo nostro signata supradicto Yll.mo et R.mo M. de Tornon consignauimus eidemque vt praedictum Sacrum Crus apud se retinere, alijs donare, extra Vrbem transmittere, & in quacunque Ecclesia, Oratorio, aut Cappella publicae fidelium venerationi exponere, & collocare valeat in Domino facultatem consessimus.
 
                     In quorum fidem has litteras testimoniales manu nostra subscriptas, nostroque sigillo firmatas per infrascriptum Sacrar. Reliquiarum Custodem, expediri mandauimus. Romae ex Aedibus nostris die 16 mensis Junij Anno 1702.
 
Firma 
  (Rubricada)   
 
          Reg. lit. T.           Gratis vbique.
 
          M.c A. Boldety Custos. 
 
          Traducción de la auténtica
 
                    El Cardenal de la Santa Iglesia, Gaspar de Carpineo por la misericordia divina obispo de Sabina [Episcopus Sabinensis] y Vicario General de Su Santidad el Papa en Roma [Alma Vrbe]  y Juez Ordinario de su distrito. A todos, y a cada uno de los inquiridores (presentes), por nuestras presentes letras damos crédito (fe) y atestiguamos, que Nos para mayor gloria de Dios Omnipotente y veneración de sus Santos, hemos concedido al Il.mo y R.mo M.[aillard] de T[o]urnon, Patriarca de Antioquía, un sagrado hueso del santo mártir de Cristo Clemente, extraído por Nos por mandato de Nuestro Santo Padre el Papa, del cementerio de [santa] Ciriaca, dentro de una cajita de madera, bien cerrada, y atada con un cordón de seda de color rojo, y sellada con nuestro sello hemos registrado al supradicho  Il.mo y R.mo M[aillard] de T(u)ornon, y al mismo hemos concedido facultad para que el citado Sagrado Hueso se lo quede él, donarlo a otros, sacarlo de Roma, y en cualquier Iglesia, Oratorio, o Capilla exponer a la pública veneración de los fieles.
 
                    Y como testimonio de que estas letras fidedignas, suscritas con nuestra  mano, y firmadas con nuestro sello, hemos mandado expedir por el infrascrito Custodio de las Sagradas Reliquias. Roma, desde nuestra mansión, día 16 del mes de Junio año 1702.
 
 Firma 
   (Rubricada)
 
          Reg. lit. T.           Gratis vbique. (De balde  en todas partes)
 
          M.c A. Boldety Custos        (Marco Antonio Boldety, Secretario) (Marco Antonio Boldety, Custodio de las reliquias)
 
 
B. 1 Procedencia de la reliquia.
 
          La procedencia de la reliquia es el cementerio de santa Ciriaca, “ex Coemeterio Cyriacae extratum”. El Martirologio Romano celebra el 21 de agosto la festividad de Santa Ciriaca de Roma, mártir del siglo III, que dio su nombre al cementerio de la vía Tiburtina, que ella misma había donado a la Iglesia. Era una rica viuda romana que refugiaba a los cristianos perseguidos, entre ellos san Lorenzo, y allí distribuía sus limosnas. El cementerio de santa Ciriaca, conocido como cementerio monumental del Verano, está situado junto a la Basílica de san Lorenzo. En el subsuelo hay una extensísima catacumba, llamada de santa Ciriaca, en donde fue sepultado san Lorenzo y que sigue en gran parte sin estar excavada. El cementerio del Verano está considerado un "museo al aire libre" por el gran número de obras y esculturas de siglo XIX y XX que integran los panteones de las grandes familias romanas.
 
          Según Boldetti en Osservazioni sopra i cimiteri de’ santi martiri  “il Panvino lo chiama Coementerium Cyriacae, aliàs Crypta Tiburtina in Agro Verano.” (17). Onofre Panvino, O.S.A. (1529-1568), historiador eclesiástico natural de Verona, entre sus obras está De praecipvis vrbis Romae sanctioribusq; basilicis, quas septem ecclesias uulgo uocant, liber. Romae, apud haeredes A. Bladii, 1570. Por vez primera a mediados del siglo XVI, Onofre Panvinio resucitó la idea de estudiar los monumentos antiguos cristianos. Algunos autores le atribuyen la autoría de la famosa profecía de los papas de san Malaquías.
 
             En la obra de Muratori aparecen diversas inscripciones, “Romae, in coementerio Cyriacae. Ex Boldetto”,  tomadas de la obra de Boldetti. (18)
 
          La canilla de san Clemente ¿es un “hueso sagrado” o un “sagrado hueso” del santo mártir de Cristo el papa Clemente Romano? ¿Crus Sacrum o Sacrum Crus Sancti Christi Martyris Clementis?  Damiano Grenci, gran estudioso de las reliquias de los mártires, al tratar de El “cuerpo santo” de Santa Eufemia (19) hace un doble distingo o sutileza, que podemos aplicar a nuestra canilla, como matiz aclaratorio. Analizando qué es un “cuerpo Santo”, dice que con este término, cuerpo santo, se identifica a aquellas reliquias óseas que, provenientes de las catacumbas romanas y de otras, fueron trasladadas a la ciudad de Roma en un período de tiempo comprendido desde finales del siglo XVI hasta la segunda mitad  del siglo XIX. 
 
          ¿Y por qué se llama “cuerpo santo” y no “santo cuerpo”? La diferente posición del atributo (santo) con respecto al objeto (cuerpo) determina una diferencia sustancial podemos definir con certeza la identidad del sujeto. El “cuerpo santo” es un objeto en sí mismo; es el cuerpo de un difunto de las catacumbas, que con posterioridad, tiene un valor sagrado. Pero, ¿cómo reconocer a un “cuerpo santo” en las catacumbas? ¿Todas las sepulturas eran de mártires? Este es un asunto muy complejo tratado por muchos estudiosos y aquí solo queremos referirnos a Marcantonio Boldetti que era quien daba por seguro los restos descubiertos atribuyéndolos a un mártir de los tres primeros siglos.
 
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Santa Kynake (20)
 
 
          Los símbolos que identificaban la sepultura de un mártir eran: la palma, el XP (crismón, monograma de Cristo), el escrito BM (Beato mártir) y en su interior, un vaso con la “sangre” A veces había una placa que llevaba el nombre del mártir. (20 bis) 
 
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“Vasos de sangre” de los mártires Víctor y Nicasio encontrados en el cementerio de Domitila.
(A. Bosio, Roma sotterranea, Roma 1632 p. 199)
 
         
          En caso contrario, después de la extracción se le atribuía un nombre según unos criterios muy variados: por ejemplo, el nombre de un obispo diocesano, el nombre del Papa en aquel momento, el nombre del santo titular del templo que acogía a dicho “cuerpo santo”, el nombre de la catacumba  de la que fue extraído, etc. Lo importante, hoy por hoy, es el valor simbólico del “cuerpo santo”: un cristiano de la Iglesia de los primeros siglos (ya en Roma o en comunión con la Santa Sede), que da un testimonio veraz del Evangelio, entregando su vida con el martirio.
 
          En fin, el culto de las reliquias derivan del honor dado a los difuntos y hoy es recomendado, aunque no impuesto, por la Iglesia. El Concilio de Trento, en su veinticuatrogésima sesión modificó los excesos y el Concilio Vaticano II dice: “La Iglesia de acuerdo con su tradición, venera a los Santos, a sus reliquias auténticas y a sus imágenes”. El culto a los “cuerpos santos” no está hoy muy promovido, a veces se está en contra y es porque, quizá, no existe una predisposición positiva hacia su significado.
 
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Roma soterranea
 
B. 2 Personalidades en la auténtica
 
          En la auténtica de la reliquia de san Clemente constan o aparecen nombres de ilustres personalidades de la historia de la Iglesia Católica de los cuales intentamos confeccionar sus respectivas noticias biográficas. 
 
          El punto central de la auténtica es el hueso sagrado de san Clemente, mártir de Cristo - Sacrum Crus Sancti Christi Martyris Clementis. La palabra o témino latino “crus”, es nombre de género neutro de la tercera declinación [crus, cruris], cuyo significado es pierna. Viera y Clavijo dirá simplemente “un hueso de San Clemente mártir”;  Poggi y Borsotto ya especifica e introduce “una canilla de San Clemente, Papa y Mártir” y  Lope Antonio de la Guerra  usa “Canilla de San Clemente”. El recuerdo o memoria de los santacruceros es denominar a la reliquia como “canilla de San Clemente”. Se entiende por canilla cualquiera de los huesos largos de la pierna o del brazo y especialmente la tibia.
 
     B. 2. 1. San Clemente I, papa y mártir (92-101).
 
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Icono de san Clemente, obispo de Roma
 
          San Clemente I fue el cuarto papa Romano, cuyo pontificado es decisivo para la evolución de la Iglesia y la difusión del cristianismo. En una carta del año 96, dirigida a la comunidad de Corintio, San Clemente, tratando de apaciguar a los que amenazaban destruir el orden de la comunidad, aparece como el verdadero jefe de la organización religiosa, y como tal se dirige a sus lejanos fieles. Afirma que el orden es la ley del universo y el principio de la sociedad visible; por consiguiente, también de la sociedad cristiana. Los fieles tienen que obedecer las órdenes igual que los soldados del ejército romano. Concordia y obediencia son los dos principios que tienen que guiar la vida  de los fieles de Corintio, sobre los que el efecto de la carta fue muy fuerte y duradero, ya que setenta años más tarde seguían escuchándola, cada domingo, en la atmósfera de fervor que caracteriza a aquellas primeras comunidades. Dicha epístola de San Clemente es también importante, ya que establece el principio de la organización jerárquica de la Iglesia, confirmado por otras epístolas de San Ignacio, obispo de Antioquía, y de su sucesor, Evaristo. Estas epístolas son de fines del siglo I y hablan claramente del obispado y de la ordenación de los sacerdotes por los obispos como de una institución normal y bien establecida. Es San Ignacio de Antioquía el que, por primera vez y en forma impresionante, hace mención de una Iglesia “católica”; es decir, universal.
 
          Es probable que San Clemente haya asistido al martirio de San Pedro y al de San Pablo. Bajo su pontificado fue martirizado San Juan. Tertuliano afirma que San Juan aguantó la prueba del aceite hervido y que milagrosamente se salvó, siendo después desterrado a la isla de Patmos, donde escribiría el Apocalipsis
 
          El escrito que va inseparablemente unido al nombre de San Clemente Romano es la Carta a la comunidad cristiana de Corintio y también para los chicharreros la reliquia de la canilla. La ocasión de la carta fue el gran descontento que reinaba en la ciudad por la actitud levantisca de algunos contra sus legítimos superiores, hasta el extremo que los habían depuesto de sus oficios. En estas circunstancias, pues, escribe San Clemente, usando de su autoridad como pontífice romano y jefe de toda la Iglesia. Con palabras persuasivas, al mismo tiempo que enérgicas, procura hacer entrar en razón a los levantiscos y poner fin a aquel desorden. El lenguaje es sencillo y claro, verdadero modelo de este género de epístolas instructivas. Por lo demás, fácilmente se adivina la importancia histórica de este documento, pues prueba el primado efectivo de Roma en un tiempo del que poseemos muy poca documentación. Por esto precisamente los disidentes modernos procuran, por todos los medios posibles, o negar su autenticidad, o al menos dar otras interpretaciones a la intervención del obispo de Roma. (21) 
 
          Los apóstoles de los eslavos, Cirilo y Metodio, difundieron su culto en los países eslavos y transportaron en 867 sus reliquias desde Crimea hasta Roma, donde se le dedicó una basílica (la antiquísima Basílica de S. Clemente de Letrán, levantada sobre su tumba). Venecia le reservó una capilla en la catedral de San Marcos. La ciudad de Velletri lo adoptó como patrón y otro tanto hizo Pescara, en la costa del Adriático. Diversas iglesias de Francia, Alemania, España e Inglaterra están puestas bajo su advocación. Una iglesia de Londres, en el Strand, a orillas del Támesis, está consagrada a él. El emblema de la parroquia es un ancla que los sacristanes llevan sobre los botones y que, paradójicamente, remata la veleta del campanario. Quizá sea el único caso en que se haya elegido el ancla, símbolo de estabilidad, para decorar una veleta que es la imagen de la movilidad por excelencia. (22) Restableció el uso de la Confirmación según el rito de san Pedro y empieza a usarse en las ceremonias religiosas la palabra “Amén”.
 
          En la primera mitad del siglo XIX el Ayuntamiento de Santa Cruz abrió la calle San Clemente, que transcurre entre las calles de Imeldo Serís y Pilar y fue ordenada, según Cioranescu, por la Sociedad Constructora en 1870 (23). Desconocemos si fue expresa intención de denominarla así en reconocimiento al personaje San Clemente Romano. Otrora en la esquina de esta calle con la del Castillo hubo una hornacina con la imagen de S. Clemente, según consta en una foto antigua del  archivo fotográfico de don Juan Carlos Cardell Cristellys, investigador de antigüedades tinerfeñas.
 
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 En la esquina de la calle S. Clemente con la calle del Castillo se divisa junto al farol una hornacina  con la imagen de S. Clemente.
Foto: Juan Carlos Cardell Cristellys.
 
          El poeta Julio Tovar, que fue vecino de ella, la vio así con su fina sensibilidad: “Realmente esta es una calle tranquila donde nunca pasa nada. Una mujer que sufre, unos niños que lloran de dolor o miedo, un hombre que tarda en dormirse porque le domina la miseria, un matrimonio que comienza a vivir una nueva vida, una muchacha con una pierna lisiada, un chico que tose. Sí, realmente esta es una calle donde jamás ocurre nada”. (24)  
 
          Canilla de S. Clemente, “Protectora antigua de este Pueblo”, la más venerada por los chicharreros, cuyo fervor ante ella fue tal, que se celebraron en su honor numerosas plegarias y procesiones organizadas por su cofradía. (25)
 
     B. 2. 2. Gaspar Carpegna (1625-1714)
 
          El personaje, que encabeza la auténtica, es el cardenal Gaspar Carpegna. De noble familia, fue revestido de la púrpura cardenalicia por el papa Clemente X en 1670 y en 1671 le nombró cardenal vicario de Roma, cargo que desempeñó hasta su muerte durante el largo periodo de cinco papas: Clemente X, Inocencio XI,  Alejandro VIII, Inocencio XII y Clemente XI. Aficionado a la literatura y las antigüedades, legó una excelente biblioteca y colección de antigüedades al Vaticano (26). El Cardenal Gaspar de Carpineo, Episcopus Sabinensis [Cardenal obispo de Sabina], Vicario General del Papa en Roma y Juez Ordinario de su distrito nació en Roma en 1625 y murió en  1714 en la ciudad eterna. En la documentación aparece denominado Gaspar Carpegna, Gaspar Carpineo o de Carpineo, términos que hacen referencia a la ciudad de Capegna, cuya etimología parece ser que se deriva de silva carpinea o “bosques de carpe”, árbol muy común en los bosques de Carpegna. Fue miembro de numerosas congregaciones y estuvo muy presente en la cultura romana. (27)
 
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 Retrato del cardenal Gaspare Carpegna
 
     
     B. 2. 3. Marco Antonio Boldetti (1663-1749)
 
          Marco Antonio Boldetti o Marcantonio Boldetti, prefecto de las reliquias y custodio de los cementerios sagrados o catacumbas romanas, expidió la auténtica de la reliquia por mandato del Cardenal Gaspar de Carpineo o Carpegna. 
 
          Nacido en Roma el 19 de noviembre en 1663, de una rica familia de origen de Lorena, hizo sus estudios en la universidad de Ghisleri. Abrazó el estado eclesiástico y se dedicó al estudio de la filosofía moral y la erudición sagrada y profana. Profundizó en el estudio de la lengua hebrea y el papa Inocencio XII le nombró escritor en la Biblioteca del Vaticano.  
 
          En el colapso económico de la comunidad judía de Roma, cuando más estrecho y más fuerte se estaba haciendo la confrontación de la supervisión y la influencia de la Sede Apostólica, Boldetti fue delegado por el cardenal vicario Gaspar Carpegna para asistir a los sermones obligados de los judíos en el oratorio de la Trinidad de los Peregrinos y estar a cargo de la Congregación del Santo Oficio de la revisión de los escritos y “materiales” relacionados con el hebreo.
 
          Al mismo tiempo, Boldetti estaba tratando con creciente interés, de las antigüedades cristianas, en constante investigación de los cementerios subterráneos romanos, con la ayuda y favor de Alessandro Bonaventura , obispo titular de Nacianzo, (1643-1721). Confirmado Bonaventura en el cargo de limosnero secreto  por el papa Pignatelli, Inocencio XII, en 1691, Boldetti, convertido en canónigo de Santa María en Trastévere, fue nombrado por el papa Clemente XI custodio de las reliquias y los cementerios. El nuevo puesto de custodio de las reliquias y los cementerios dio mayor impulso a la investigación de Boldetti: descubrió nuevas tumbas en zonas de cementerios, criptas y ambulatorios intactos, frescos y corredores de tumbas de gran interés, monedas e inscripciones. En 1720 descubrió, las catacumbas de Commodilla, situadas en la Vía Ostiensis (contienen una de las primeras imágenes de Cristo con barba), y, con Giovanni Marangoni [1673- 1753] (28) la catacumba de Trasone en Vía Salaria.  Boldetti publicó, por invitación del propio Papa Albani (Clemente XI), Observaciones sobre los cementerios de los mártires sagrados y antiguos cristianos de Roma (Roma 1720) después de casi tres décadas de exploración de las catacumbas cristianas de Roma. (29)
 
         El Acta eruditorum de Leipzig (30) daba la noticia el 1 de noviembre de 1722 y resaltó el intento realizado por Boldetti de confirmar la “fides cipporum” que los estudiosos, “subacti ingenii et emunctae naris”, habían puesto en duda desde hacía tiempo. No pasaron deliberadamente en consideración la oportunidad y solidez de los argumentos de Boldetti ni estaban preocupados de ver cómo, de hecho, se podría resolver a través de ellos las objeciones "muy graves" formuladas por los críticos y teólogos "contra fidem reliquiarum cultumque" y más bien se limitaban, en primer lugar, a dar el resumen, para lamentar la falta de uso del latín en la obra de un autor que estaba tratando de superar a "todos" sus predecesores y tenía, además, una gran cantidad de material de este tipo. De hecho, el período de la investigación ferviente, que precedió a la redacción de Osservazioni sopra i cimiteri, se había puesto a disposición de Boldetti la mayor cantidad de materiales conocidos después de las exploraciones que Antonio Bosio [1575-1629] (31) había llevado en la Roma cristiana subterránea entre 1593 y 1629. Excepto a la cantidad de datos recogidos, no se reflejó en Baldotti ningún estudio sistemático.  Sus exploraciones arqueológicas procedieron, de hecho, sin ningún orden y método. Sus numerosas anotaciones eran vagas y sin relación, sin dar una descripción exacta de los objetos encontrados, e incluso sin indicar su origen, y con frecuencia se elaboraron sin saber cómo evaluar la importancia real de estos.
 
          Por otro lado, el estudio de la arqueología cristiana, surgió con la renovación de la historia eclesiástica, con el propósito de oponer argumentos más fuertes a las objeciones de los Reformados (32); había comenzado a mostrar, después de las investigaciones de Bosio, un estado real de éxitos. Sin embargo, la principal preocupación de los papas estaba en otro asunto: en las crecientes reservas y críticas que comenzaron a plantearse en el reconocimiento y en la misma veneración de las "reliquias sagradas”, cuya colección se mantuvo el propósito principal de la investigación, incluso después de la instalación de empresas regulares de excavación, y para su identificación el 1 de abril de 1668 Clemente XI publicó un decreto especial. A las acusaciones protestantes de idolatría [H. Dowell, “De Martyrum paucitate en primaevis  Christianorum persecutionibus” en  Dissertationes Cyprianicae, Oxonii 1684, pp. 217-351] (33) oponían  en 1691 las observaciones precisas de Thomas Burnet (1635-1715) y Maximilien Misson (1650 –1722) (34). 
 
          En 1698 Jean Mabillon [1632- 1707] bajo el seudónimo de Eusebius Romanus, publicó en París la epístola a Teófilo Gallo De cultu sanctorum ignotorum (35), que, escrita en 1691, y que se mantuvo durante siete años bajo la amenaza del Índice, denunciaba abiertamente el saqueo de las catacumbas romanas y criticaba precisamente los reconocimientos sumarios, sin discernimiento, de los huesos encontrados en los cementerios. El De cultu sanctorum ignotorum  marca el principio de la crítica histórica católica de las reliquias. En el mismo año las objecciones de Mabillón encontraron eco en Italia, pues Luis Antonio Muratori (1672-1750)  publicaba las Notula oleorum (36) y la disertación Disquisitio de reliquiis, en la cual afronta el tema de las reliquias y su culto que Mabillon había tratado precisamente en De cultu sanctorum ignotorum. Muratori dudaba en reducir el número de mártires, sino deplorar tal veneración popular. Las observaciones de Muratori y Mabillón repetían temas de la controversia rigorista y filojansenista, y delibitaban incluso las disputas dogmáticas que estaban ahora aflorando con redoblada violencia. 
 
 Auténtica-8 Custom
Marco Antonio Boldetti (1663-1749)
Osservazioni sopra i Cimiterj de’ santi Martiri ed antichi cristiani di Roma, aggiuntavi la serie di tutti quelli che fino al presente si sono scoperti, e di altri simili, che in varie parti del mondo si trovano, con riflessioni pratiche sopra il culto delle sagre reliqui.  Roma, 1720
 
         
           En este ambiente, viendo la curia el deber de mantenerse en posiciones fijas de condena (Bula Vineam Domini de 1705), Clemente XI pidió al canónigo Boldetti que respondiera a las críticas y diera razón pública de las pautas que adoptó en las investigaciones de los cementerios subterráneos cristianos. Los apuntes, que Boldetti había recogido desde el principio sin tener "la intención de exponerlos a la luz pública, y al buen sentir de los eruditos", los ordenaron para una obra, que no debía salir como descriptiva, sino apologética, y mejor, un tratado canónico sobre las reliquias de los santos.
 
          Las Osservazioni de Boldetti, de hecho, más que la necesidad de reconstruir la vida cristiana en el mundo antiguo, de manera objetiva, sobre la base de sus expresiones tangibles, respondieron, en el fondo a la necesidad de encontrar en las catacumbas de Roma aquellos testimonios de la aparición gradual de la Iglesia primitiva más directamente utilizada para el nivel de culto y la controversia confesional, rechazando, junto con la gran mayoría de los estudiosos católicos (entre otros, un hombre de mérito y la competencia de Antón Maria Lupi) (37), la crítica, que por varias partes (los eruditos, los teólogos, a los cuales alude la citada Acta eruditorum) se avanzaron contra el decreto del papa Rospigliosi, y renunciando, sin embargo, con una perspectiva clara del error metódico, a la opinión, incluso determinable con la experiencia de sus propios descubrimientos, que las catacumbas eran edificios enteramente cristianos y no adaptados de areniscas antiguas.
 
          Además, la falta de método, que había marcado toda la investigación de Boldetti, ahora se reflejaba el descuido en su trabajo de la apasionada defensa del culto de los mártires faltas en las descripciones e inexactitudes en las citas. Los monumentos fueron mencionados sin ningún orden, ni topográfico ni tipológico, de acuerdo con las necesidades de la disputa. Los epígrafes, publicados en gran cantidad, se distinguían por "falta de cuidado” (G. B. De Rossi, Inscriptiones Christianae Urbis Romae, I, Romae 1857-1861, p. XXVI*-XXVIIi*) con las respectivas reproducciones. 
 
          La determinación, para la redacción de la obra Osservazioni, fue, según el mismo Boldetti, el asesoramiento y ayuda  en temas de aprendizaje y de epigrafía, de Filippo Buonarroti (38) y de monseñor Enrico Noris (39) y, en el uso de datos históricos y topográficos, con la colaboración de Marangoni (Osservazioni,  pp 535 y ss.: "Catálogo y descripción de los antiguos cementerios de los mártires y de los cristianos situados en el Agro Romano "). 
 
        Después de la publicación de las Osservazioni, Boldeti continuó con Marangoni el estudio y la exploración de los cementerios subterráneos cristianos, y es debido a la influencia de Marangoni que la nueva investigación comenzó a ser topográficamente ordenada y los materiales, descritos con precisión, interpretados y fechados, en una obra acompañada de dibujos y planos, pero que se perdió casi por completo en el incendio que en 1737 destruyó la casa de los autores (los pocos restos fueron publicados por Marangoni en el apéndice del Acta Sancti Victorini, Romae 1740, pp. 61 ss.).
 
          Cada vez con más urgencia procuró que el problema de la conservación del material, encontrado de vez en cuando en las catacumbas romanas y eliminado por completo (a menudo sin la atención necesaria y sin criterio, como denunció Pier Francesco Foggini (40) en una carta anónima publicada en Novelle Letterarie de Florencia  del 6 de junio 1749): especialmente notable fue la dispersión de las inscripciones.  Marangoni y Boldetti presentaron luego al papa Clemente XI (muy sensible a los problemas de la protección del patrimonio artístico y arqueológico) la propuesta de crear en el pasillo que conduce a la Biblioteca del Vaticano, una colección de inscripciones sagradas y profanas, en el sentido que ya había indicado Francesco Bianchini (41). Aunque aprobado, el proyecto resultó difícil de implementar, de manera que los dos investigadores decidieron distribuir (a veces sin hacer la copia y sin escribir, ni siquiera una vez, la procedencia) en varias iglesias de Roma, sobre todo en Santa María in Trastevere, S. Giovanni de Fiorentini, de San Juan Calabita, las inscripciones encontradas por ellos en las catacumbas. Hasta que en 1742 Boldetti fue censurado públicamente con los argumentos que Marangoni refutó con una amplia memoria, Delle cose gentilesche e profane trasportate ad uso e adornamento delle chiese,  publicada en Roma en 1744. 
 
          El Protonotario apostólico, Boldetti, que había renunciado al obispado para dedicarse plenamente a sus actividades como tutor y consultor de las Indulgencias, murió en Roma el 4 de diciembre de 1749, dejando a sus herederos generales a los cistercienses de Anagni, en favor de los cuales siempre había empleado las rentas de  su canongía. Además de las Osservazioni,  de las cuales se conserva un resumen en el códice Vat 8370, siguen estando inéditas de Boldetti las Informazioni del cimitero di S. Ciriaco en el Vat. 9201, cc. 85-87 b. (42). [Vide FORNARI, Francesco: “Le recenti esplorazioni nel cimitero di S. Ciriaco al VIIº miglio della via Ostiense” en  Mélanges d'archéologie et d'histoire, tome 36, Número 36, 1916,  pp. 57-72]. 
 
 
C. DONANTE DE LA CANILLA DE SAN CLEMENTE
 
          Llama la atención que los autores canarios transmitan que el donante o donador de la reliquia de S. Clemente fuese el abate Sidotti, confundiendo además algunos que fuera patriarca de Antioquia, que en realidad fue el señor Maillard de Tournon, personaje que arribó el 8 de febrero de 1703 al Lugar y Puerto de Santa Cruz y que le acompañaba el abate Sidotti y otras muchas personalidades. (43)
 
          La auténtica dice de manera expresa que el Cardenal Gaspar de Carpineo concede al Il.mo y R.mo Maillard de Tournon, Patriarca de Antioquía, un sagrado hueso del santo mártir de Cristo Clemente y le da facultad para que el citado Sagrado Hueso se lo quede él, donarlo a otros, sacarlo de Roma, y en cualquier Iglesia, Oratorio, o Capilla exponer a la pública veneración de los fieles. Entonces ¿por qué en la memoria de los santacruceros permanece que el donante de la reliquia fue el abate Sidotti? Los autores repiten sin fundamento la escueta y confusa noticia de Viera y Clavijo, -"en la iglesia parroquial de Santa  Cruz se venera con particular devoción un hueso de San Clemente mártir, dádiva y memoria que el ilustrísimo señor Sidoti dejó a esta parroquia, cuando en su navegación al Japón estuvo en Santa Cruz"-, cuyo resultado sería el recuerdo del pueblo llano. ¿Sería el Patriarca Tournon quien ordenara a Sidotti la donación de la reliquia a la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción? Parece ser que Viera y Clavijo, del cual dependen los otros autores, no usa de manera precisa el título “ilustrísimo” para designar al abate Sidotti que correspondería a la dignidad del Patriarca. 
 
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NOTAS
 
(1) FERREIRO ALEMPARTE, Jaime: La leyenda de las once mil vírgenes. Sus reliquias, culto e iconografía. Universidad de Murcia, Murcia 1991.- RÉGIS, Bertrand: “Philippe Boutry, Piere-Antoine Fabre,Doinique Julia (ÉD.), Reliques modernes. Cultes et usages chrétiens des corps saints des Réformes aux Révolutions, Paris, Éditions de l’EHESS, 2009, 2.”, Revue d’histoire modern et contemporaine 1/2012 (nº 59-1), pp. 142-144. URL: www.cairn.info/revue-d-histoire-moderne-et-contemporaine-2012-1-page-142.htm.
 
(2) Concilio Vaticano II: Constitución Sacrosanctum Concilium de 1963, n.111. 
 
(3) Populus christianus memorias martyrum religiosa sollemnitate concelebrat ... (Contra Faustum, 20, 21, en Obras Completas de san Agustín, ed. BAC, Madrid 1993, XXXI, pp. 462-463.
 
(4) Concilio Vaticano II: Constitución Lumen Gentium de 1964 sobre el pueblo de Dios, n.104.
 
(5) MEDIAVILLA, Benito / RODRIGUEZ DÍEZ, José O.S.A: Las reliquias del monasterio del Escorial. Documentación Hagiográfica. Transcripción, introducción, notas e índices por…  Real Monasterio de El Escorial Madrid (España), Ediciones Escurialenses, 2004 pp. 10-12. 
 
(6) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel: Fiestas y creencias en Canarias en la Edad Moderna. Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones Idea, 2007 pp. 126-127.
 
(7) DÁVILA Y CÁRDENAS, Pedro Manuel: Constituciones sinodales del obispo don Pedro Manuel Dávila y Cárdenas (Imp. en la oficina de Diego Miguel Peralta, Madrid 1737 pág. 303.  Constituciones y nuevas addiciones synodales del Obispado de las Canarias / por Pedro Manuel Dávila y Cárdenas. (1737). En Madrid, en la oficina de Diego Miguel Peralta, 1737. CCPB000417512-3
 
(8) Son reliquias insignes el cuerpo, la cabeza, un brazo, el antebrazo, el corazón, la lengua, una mano, una pierna, o aquella parte del cuerpo en que el mártir padeció, con tal que esté íntegra y no sea pequeña (CIC, canon 1281, 2).
 
(9) Iglesia Matriz de la Concepción (Santa Cruz de Tenerife... - Wikipedia: “En el altar de la Virgen del Carmen puede verse una reliquia, canilla de San Clemente regalo del Sr. Sidotti. Así mismo un pedazo de madera de la misma cruz en que murió Jesucristo, el que está incrustado en la pequeña crucecita que se da a besar a los fieles el día 3 de mayo”. 
 
(10) Archivo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción (Santa Cruz de Tenerife). Fondo Avecilla, CAJA 3 B nº 8, Auténtica de la reliquia de san Clemente. El fondo Avecilla del Archivo parroquial de la Concepción de Santa Cruz hace referencia a un antiguo escribano público y eclesiástico, Nicolás Afonso Vázquez-Avecilla, nacido en La Laguna en 1817. Hijo de Rafael Afonso de Armas, y de María Vázquez Avecilla. Falleció en Santa Cruz de Tenerife el 4 de abril de 1902. Estuvo inmerso como socio en la Sociedad Constructora de Casas Baratas, de finales del XIX. Era dueño de vivienda en la calle de la Noria, y quizá por eso su "afinidad" con la Concepción. [Nota que debemos a la gentileza del investigador e historiador  Daniel García Pulido]. 
 
(11) VIERA Y CLAVIJO, José: Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. 2 vols., Goya Ediciones, Santa Cruz de Tenerife 1982. Vide  II, 686.
 
(12) Memoria: Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII / Lope Antonio de la Guerra y Peña. Las Palmas, El Museo Canario, 1951-1959. 4 vol.  24 cm. CCPB001087249-3. Contiene: Cuaderno I, años 1760 -70 -- Cuaderno II, años 1771-77 (XIV, 155 p.) -- Cuaderno III, años 1778-1779 (81 p.) -- Cuaderno IV, años 1780-1791 (184 p.). Vide II, pág. 14: “El 28 hizo otra el Lugar de S.tta  Cruz, en que predicó el R. P. Lector fr. Joseph Rian: trageron la Canilla de S.n Clemente i se formó Procession en los Rem.os con las Hermandades i Clero de aquel Lugar i allí se bolvió a terminar acompañando también la Hermandad del SS.mo de dha Parroquia”.
 
(13) POGGI BORSOTO, Felipe Miguel: Guía histórico-descriptiva de Santa Cruz de Tenerife. Santa Cruz, Imprenta Isleña, 1881. Hay una buena edición facsimilar realizada por el Ayuntamiento en 2004: Guía histórico-descriptiva de Santa Cruz de Tenerife. Santa Cruz de Santiago de Tenerife MMIV [Biblioteca Capitalina] pág. 65. 
 
(14) PADRÓN ACOSTA, Sebastián: “Sobre la parroquia matriz- La reliquia de San Clemente” en La Tarde 20 de agosto de 1943.
 
(15) HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel: Fiestas y creencias en Canarias en la Edad Moderna. Santa Cruz de Tenerife; Las Palmas de Gran Canaria: Idea, 2007 pp. 126-127.
 
(16) Archivo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción (Santa Cruz de Tenerife). Fondo Avecilla, CAJA 3B nº 8, Auténtica de la reliquia de san Clemente. [Archivo Vaticano, Signatura: Reg.lit.Y.].-- Un modelo o impreso similar reseña el Catàleg Col-lectiu de les Universitats de Catalunya en la auténtica de una reliquia de san Cándido, mártir, donada al desaparecido Priorato de Natzaret de Barcelona, datada el 12 de enero de 1710: Gaspar miseratione diuina Espisc. Sabinen. S.R.E. Cardinalis de Carpineo Vniuersis & singulis praesentes nostras litteras inspecturis fidem facimus & attestamur quod nos ad maiorem Omnipotentis Dei gloriam, suorumque sanctorum venerationem dono dedimus…
 
(17) BOLDETTI, Marco Antonio: Osservazioni sopra i cimiterj de' santi martiri: ed antichi cristiani di Roma. Aggiuntavi la serie di tutti quelli, che sino al presente si sono scoperti, e di altri simili, che in varie parti del mondo si trovano: con alcune riflessioni pratiche sopra il culto delle sagre reliquie.  In Roma, Presso Gio. Maria Salvioni, stampatore Vaticano 1720 pág. 568, col. 1ª-2ª
 
(18) MURATORI Ludovico Antonio: Novus thesaurus veterum inscriptionum in praecipuis earumdem collectionibus hactenus praetermissarum, Tomus primus [-quartus]: Tomus quartus cum indicibus locupletissimis totius operis ad instar Gruterianae editionis. Mediolani, ex Aedibus Palatinis, 1739-1742.   Pág. 1957: Romae, in coementerio Cyriacae. Ex Boldetto. VICTOR. QUI. VIXIT. LV. VIIII. KAL. MAIAS. VSOR. FECIT. BENEMEREN; pág. 1837: ibidem, in coementerio Cyriacae. Ex Boldetto. AVR. DIONYSIVS. AVRELIAE SVRINE COIVGI BENEMERENTI IN PACE; pág. 1825: ibidem, in coementerio Cyriacae. Ex Boldetto. G. AMICOS ARTEMIDORO FRATRI MERENTISSIMO QVI. VI. INSEC. ANN. XVII IN PACE; pág. 1825: Romae, in coementerio Cyriacae. Ex eodem. AMPHELIDI AVIAE PIENTISSIMI QVE VIXI ANN. CENT. DVO. VIDVA. ANN. XXX. ABVUNDANTIA NEPVUS. D. D. D. NON JANVARIAS. IN PACE; pág. 1935: Romae, in coementerio Cyriacae. Ex Boldetto. HIC NATIVS AGVIRINVS AVR CASTVLAE COIVGI MERENTI IN PACE. Legendum puto HICNATIVS pro HIGNATIVS; pág. 1916: Romae, in coementerio Cyriacae. Ex Boldetto. D.  M.  S.  FILIO DVLCISSIMO NICEROTI PARENTES FECERVUNT IN DEO. Siglae D. M. S. interpretari possis Deo Magno Sacrum, uti nos alibi monuit doctissimus Fabrettus: Nisi obstaret illud S. ego Dulcissimae Memoriae interpretaret, quod in aliis Christianorum monumentis memineris velim, quum tibi in eis occurrit D. M 
 
(19) GRENCI, Damiano: (Disponible) El “cuerpo santo” de Santa Eufemia | Pregunta Santoral (Consultado, domingo, 17 abril 2016).
 
(20) Vide (Disponible en) Vidas Santas: Santa Ciriaca de Roma, Mártir (Consultado: sábado, 16 de abril de 2016) 
 
(20 bis) GHILARDI, Massimiliano: “Quae signa erant illa, quibus putabant esse significativa Martyrii?” en Mélanges de l’École française de Rome - Italie et Méditerranée modernes et contemporaines nº 122-1 (2010) pp. 81-106.
 
(21) Clemens I. Tertius successor S. Petri.  Scripsit celeberrimam epistolam ad Corinthios (ca. a. 95/96), in qua inter alia loquitur de commemoratione SS. Apostolorum Petri et Pauli Romae et de hierarchia ecclesiastica. Quae de Clementis exilio et morte narrantur, incerta et dubia sunt. Eius enim Passio, saec. IV exarata, Clementem romanum confundit cum martyre eiusdem nominis, qui Chersonae mortem subiit. [P.G. GIERATHS O. P., Historia Ecclesiastica  I. Introductio: Expansio et Efformatio Ecclesiae in mundo graeco-romano. Romae 1968 pág. 133]. LLORCA, Bernardino: Historia de la Iglesia Católica. I, Biblioteca de Autores Cristianos, 5 Madrid MCMLXXVI pp. 118, 158, 190, 251-253, 275.- DACIO, Juan: Diccionario de los Papas. Ediciones Destino, Barcelona 1963 pp. 10-12.- RUIZ BUENO, Daniel: Padres Apostólicos. Edición bilingüe completa. Biblioteca de Autores Cristianos, 6Madrid  MCMXCIII.- CESAREA, Eusebio de: Historia Eclesiástica. Texto, versión española, introducción y notas por Argimiro Velasco Delgado, O.P., 2 vols. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid MCMLXXIII. 
 
(22) RÉAU, Louis: Iconografía del Arte Cristiano. Iconografía de los Santos A-F. Tomo 2/vol. 3, Ediciones del Serbal, Madrid 2000,  pp.315-318.
 
(23) CIORANESCU, Alejandro: Historia de Santa Cruz de Tenerife. Tomo IV, Santa Cruz de Tenerife 1998 pág. 529; POGGI BORSOTO, Felipe Miguel: Op. cit., pág. 263.
 
(24) TOVAR, Julio: Crónica de una calle tranquila. Colección Gaceta Semanal de las Artes, Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, 2002 pág. 18.
 
(25) GUERRA Y PEÑA, Lope Antonio de la: Memorias, op. cit., II, 14.- POGGI BORSOTO, Guía histórico-descriptiva, op. cit.,  pág. 65.- Fuentes documentales del 25 de julio de 1797. Santa Cruz de Tenerife 1997 pág. 231 y  Addenda Fuentes documentales. Santa Cruz de Tenerife 2008 pág. 51. 
 
(26) BAS MARTÍN, Nicolás: “Manuel Martí y el reformismo ilustrado italiano de finales del siglo XVII” en Boletin de la Real Academia de la Historia. Tomo CXCIX. Número II. Año 2002 p. 241.-- BENOCCI, Carla: “Il cardinale Gaspare di Carpegna tra rinnovamento religioso e collezionismo archeologico illuminato: una figura di mediazione attenta al mondo spagnolo”  en  Illuminismo e ilustración: le antichità e i loro protagonisti in Spagna e in Italia nel XVIII secolo. Escrito por José Beltrán Fortes. Roma, “L’Erma” di Bretschneider, 2003.- BELLORI, Giovanni Pietro: Scelta de’medaglioni più rari nella biblioteca dell’Eminentiss. et Reverendiss. Principe il Signor Cardinale Gasparo Carpegna vicario di nostro Signore. In Roma, per Gio. Battista Bussotti, 1679.--MONTERCHI, Gioseppe: Scelta de’medaglioni più rari nella biblioteca dell’Eminentiss. et Reverendiss. Principe il Signor Cardinale Gasparo Carpegna vicario di nostro Signore. In Roma, per Gio. Battista Bussotti, 1679.- ANDENNA, Giancarlo / GAFFURI, Laura / FILIPPINI, Elisabetta: Monasticum  regnum. Religione e política nelle pratiche di governo tra Medioevo ed Età Moderna a cura di … Lit Verlag Dr. W. Hopf, Berlin 2005 pp. 43- 45.  
 
 (27) Raffaele FABRETTI: De aquis et aquæductibus veteris Romæ dissertationes tres. Editio secunda Romana  Adnotationibus illustrata. Romae, apud Natalem Barbiellini in foro Pasquini, 1788 pp.57-58: Cardinalis Gaspar Carpineus Romae in nobili familia, quae ex civitate Urbini originem ducebat, natus est anno MDCXXVI. Inter suos majores jam Cardinalem Uldericum recensebat, illi ordini ab Urbano VIII adscriptum. Praesulis dignitatem quum primum Gaspar gerere coepit, ab Innocentio X, ut auditoris Signaturae Justitiae, & Aquarum a Segretis, quam Congregationis dicunt, munere fungi, est jussus. Hinc inter Romanae Rotae duocenviros; deinde inter sancti Officii, ut ajunt, Consultores addnumeratus. Postea, Clemente X pontifice, Apostolicus Datarius; & quum primum pontifex ille purpuratus patres adlegit, Presbyter Cardinalis titulo sanctae Pudentianae renunciatus est. Egregis non modo praeditus prudentia, & moribus, quibus pontifex impulsus., Vicarium sibi in Urbe delegit; sed multiplici quoque litterarum ornamento excultus fuit, ut literis, & litrrarum cultoribus ipsis praesidio  esset. Musaeum sibi quoque comparaverat satis amplum, & rebus non vulgaribus extructum; ac de eo erudite disservit Philippus Banarorius (a) duobus voluminibus, quorum primus inscribitur Osservazioni Istoriche sopra alcuni Medaglioni Antichi di Cosimo III.  Roma 1698 in 4; alter vero Osservazioni sopra alcuni Frammenti di Vasi antichi di vetro ornati di figure trovati ne’Cimiterj di Roma. Firenze 1716, in 4”. 
  (a) Philippus Bonarota o Filippo Buonaroti [1661-1733], florentino, que imprimió y explicó maravillosamente los medallones del Museo Carpiniano y otras obras.
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA: Índice de la colección de don Luis de Salazar y Castro. Tomo XLIII (Madrid 1972)  pp. 88-89.- MORONI, Gaetano: Dizionario di erudizione storico-ecclesiastica da S. Pietro sino ai nostri giorni. Vol. X, In Venezia, dalla tipografía Emiliana 1841 págs. 101-102.
 
(28) BARZAZI, Antonella: “Marangoni, Giovanni” Dizionario Biografico degli Italiani - Volume 69 (2007). 
 
(29) BOLDETTI, Marco Antonio: Osservazioni sopra i cimiterj de' santi martiri: ed antichi cristiani di Roma. Aggiuntavi la serie di tutti quelli, che sino al presente si sono scoperti, e di altri simili, che in varie parti del mondo si trovano: con alcune riflessioni pratiche sopra il culto delle sagre reliquie. Libro Primo Alla Santità di nostro Signore Papa Clemente XI. In Roma, Presso Gio. Maria Salvioni, stampatore Vaticano nell’Archiginnasio della Sapienza, 1720. 
 
(30) Acta Eruditorum fue una revista científica mensual alemana publica da entre 1682 y 1782, fundada por Otto Mencke por iniciativa de Leibniz. Vide n. II, pp. 513-524.
 
(31)BOSIO, Antonio: Roma sotterranea opera postuma di Antonio Bosio Romano antiquario ecclesiastico singolare de' suoi tempi. Compita, disposta, & accresciuta  dal M.R.P. Giouanni Seuerani da S. Seuerino Nella quale si tratta de' sacri cimiterii di Roma, del sito, Nuouamente visitati, e riconosciuti dal Sig. Ottavio Pico De' riti funerali. Publicata dal Commendatore Fr. Carlo Aldobrandino herede dell'autore. In Roma, apresso Guglielmo Facciotti, 1632.- FERRAND, J.: Disquisitio reliquiaria, sive de suscipienda et suscepta earumdem numero Reliquiarum, quae in diversis Ecclesiis servantur, multitudine. Lugduni, sumptibus Laurentii Anisson,& Soc., 1647.  
 
(32) El Traité des reliques de J. Calvin (1543) constituye una crítica sistémática y  radical del fenómeno y de su culto.-H. L.: Les Saints Inconnus. Lettre d'un Parisien (H. L.) à un sien ami de Provins. Paris, Librairie de L.-R, Delally, 1845.
 
(33) DOWELL, H.: “De Martyrum paucitate en primaevis  Christianorum persecutionibus deque fide Actorum, atque Martyrologiorum” en  Dissertationes Cyprianicae, Oxonii 1684, pp. 217-351.Vide CANCELLIERI, Francesco: Dissertazione epistolare sopra due iscrizioni delle martiri Simplicia madre di Orsa, e di un'altra Orsa: trovate con le loro sacre spoglie e co vasi del sangue ne' cimitery di S. Ciriaco e di S. Agnese con varie notizie intorno ai nomi delle fiere e de bruti usati dagli antichi Romani non meno che dagli antichi Cristiani ed ai segni che distinguonole tome de martiri da quelle de semplici fedeli. Roma, presso Francesco Bourliè, 1819 pág. 32: “Il Mabillon ( Mus. Ital. tomo I,p.134) convinse in più maniere il Dodwello (a) del torto, che ha di togliere alla Chiesa la pluralità de’ suoi Martiri, e rileva ancor la fierezza de’ Pagani, i quali venendo talvolta a scoprire gli occulti Cimiterij de’ Cristiani, s’impegnarono a distruggerli”; pág. 83, nota 1: Henr. Dodwelli Dissertationes in Irenaeum. Oxonii 1689. 8. Dissertations on Iranaeus. V. Dodwellis Works. Lond. 1723. 8. p. 140. 
 
  (a) Dodwell, Henry (1641-1711): Diss. de Martyrum commemoratione, eaque occasione, de Martyrum paucitate en primaevis  Christianorum  persecutionibus deque fide Actorum, atque Martyrologiorum inter ejusd. Diss. Cyprianicas. Oxon. 1684. 8. p. 217; Dissertationibus in Irenaeum. Auctore Henrico Dodwello. accredit fragmentum Philippi Sidetae, hactenus ineditum, de  catechistarum Alexandrinorum succesione, cum notis.  E Theatro Sheldoniano, Oxoniæ 1689.
 
(34) MISSON, Maximilien: Nouveau voyage d'Italie, fait en l'année 1688. Avec un mémoire contenant des avis utiles à ceux qui voudront faire le même voyage. La Haya, Van Buldere, 1691. 
 
(35) Eusebii Romani Ad Theophilum Gallum epistola de cultu sanctorum ignotorum. Parisiis, Apud Petrum de Bats, 1698.- Eusebii Romani Ad Theophilum Gallum epistola de cultu sanctorum ignotorum. Nova Editio Recognita, Emendata et Aucta.. Parisiis, apud Carolum Robustel, 1705.- Eusebii Romani sive Joannis Mabillonii Ad Theophilum Gallum epistola de cultu sanctorum ignotorum. Ultrajecti [Utrecht]: Ex Officina Guilielmi Broedelet, MDCCV [1705].-PLOUWIERIUS, Alexander: In epistolam Eusebij Romani ad Theophilum Gallum De Cultu Sanctorum ignotorum Apocrisis in qua contra Eusebium defenduntur Reliquiae è Catacumbis Romanis erutae. Auctore Alexandro Plowiero Tornacensi Presbytero, & Sacrae Theologiae Doctore. Sanctissimo D. D. P. N. Innocentio XII Pont. Max. Romae, Typis Ioannis Francisci Buagni, 1700. H. L.: Les Saints Inconnus. Lettre d'un Parisien (H. L.) à un sien ami de Provins. Paris, Librairie de L.-R, Delally, 1845. 
 
(36) Las Notula oleorum (Milán 1698) es un papiro, conocido por Marbillon en 1685, enviado  por S. Gregorio Magno a la reina de los Longobardos, Teodolinda. [Disponible en] Le memorie altomedievali di San Pietro a Roma: la cattedra vaticana e ... [consultado 26 /05 / 2016].
 
(37) El epigrafista italiano, Antonio María LUPI nació en Florencia en 1695 y murió en Palermo en 1737. Su obra principal, Dissertatio et animadvertiones ad nuper inventum Severae martyris epitaphium - Epitaphium Severae martyris illustratum, Palermo 1734,  fue un estudio sobre el epitafio de santa Severa mártir. En realidad no se trata de la inscripción de una mártir sino de una cristiana muerta en el 269, de la cual se descubrió su sepulcro en 1730 en la via Salaria. La inscripción marmórea se conserva en el Museo Cristiano lateranense, junto a los Museos Vaticanos. 
 
(38) BUONAROTI, Filippo (1661-1733): anticuario, numismático y arqueólogo italiano.- Obras: Osservazioni istoriche sopra alcuni medaglioni antiqui All’ Altezza Serenissima di Cosimo III Gran Duca di Toscana. In Roma, Nella Stamparia di Domenico Antonio Ercole in Parione, 1698. Osservazioni sopra alcuni frammenti di vasi antichi di vetro ornati di figure trovati ne' cimiteri di Roma. All’ Altezza Serenissima di Cosimo III Gran Duca di Toscana. In Firenze, nella stamperia di S.A.R. per Jacopo Guiducci, e Santi Franchi, MDCCXVI (1716).
 
(39) NORIS, Enrico (1631-1704): Fue uno de los mayores eruditos del siglo XVII, admirado por grandes personajes de su tiempo por sus vastos y seguros conocimientos en historia sagrada y profana, arqueología, cronología y numismática. En el campo teológico  los jesuitas franceses le acusaron de jansenista con motivo de sus escritos Historia pelagiana (1673) y Vindiciae augustinianae Prefecto de la Biblioteca Vaticana, en el año 1692 Inocenzo XII le nombra primer guardián de la Biblioteca Vaticana y en 1695 creado cardenal. El mismo papa le confirió la dignidad de bibliotecario de la Santa Iglesia Romana.
 
(40) Pier Francesco FOGGINI (1713-1783): Realizó un importante trabajo arqueológico en el foro de Preneste (Palestrina) donde ha sistematizado el calendario romano de Marco Verrio Flacco conocido como Fasti Praenestini, publicado en 1779:  Fastorum anni romani a Verrio Flacco ordinatorum reliquiae, ROMAE ANNO SAL. M DCCLXXIX.
 
(41) Francesco BIANCHINI (1662-1729): Fue un astrónomo e historiador italiano. Como funcionario vaticano, cultivó numerosas actividades científicas (especialmente la astronomía, descubriendo tres cometas) y culturales (como responsable de las antigüedades de los Estados Pontificios, participó en las excavaciones de Pompeya y de Roma).
 
(42) PARESI, Nicola: “Boldetti, Marcantonio”  en  Diccionario  Biográfico de los italianos. Volúmen 11 (1969), con un análisis y amplia bibliografía y fuentes.
 
(43) ONTORIA OQUILLAS, Pedro: “Arribada y estancia en Tenerife de monseñor Maillard de Tournon, patriarca latino de Antioquía” en El Día /La prensa, sSábado, 7 de mayo de 2016. Vide supra notas 11-15.
 
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