El espíritu del 25 de Julio

 
Por José Manuel Bermúdez Esparza  (Publicado en La Opinión el 24 de julio de 2016).
 
 
          La conmemoración de la defensa de la Ciudad frente al ataque de la Armada británica, al mando del contralmirante Horacio Nelson, en torno a la gloriosa Gesta del 25 de Julio de 1797, centra estos días nuestra atención. La realización de una serie de actividades en diferentes localizaciones de la capital, que este año ha arrancado en el pueblo de Taganana, evidencia el interés creciente por la celebración entre los santacruceros, cada día más concienciados -al tiempo que orgullosos- de su trascendencia.
 
          Para el progresivo rescate popular de la Gesta, el Ayuntamiento viene contando con la valiosa colaboración de entidades ciudadanas como la Tertulia Amigos del 25 de Julio, cuya labor investigadora y divulgativa ha adquirido un papel primordial. De la misma manera, adquiere un realce significativo el trabajo de la Asociación Histórico-Cultural Gesta del 25 de julio de 1797, centrado en la recreación más fidedigna posible de aquellos episodios acaecidos hace 219 años. Sin duda, fruto de esa sinergia es el éxito progresivo de las últimas citas.
 
          Ambas entidades han coincidido este año a la hora de ensalzar la figura de los ciudadanos combatientes, igual que en años precedentes se ha hecho con otros protagonistas de la defensa de la ciudad. En este sentido, hemos tenido la oportunidad de participar en el homenaje al que fuera Alcalde Real de Taganana, en aquel histórico año, don Andrés Perdomo Álvarez, y a los vecinos que, a su lado, desempeñaron una eficaz intervención en la defensa de las cumbres de Anaga y de Santa Cruz, durante el asalto británico.
 
          Porque en la fecha referida, no fue solo un grupo aislado de vecinos el que se levantó contra los invasores. No fue una localidad de Santa Cruz. Fue el impulso patriota de muchísimos paisanos, empujados por un espíritu de paz y libertad, el que permitió enfrentar a quienes nos atacaban.
 
          A diferencia de los milicianos, los paisanos eran voluntarios que volvían a sus quehaceres diarios una vez dejaba de ser necesaria su acción. Llegaron a ser más de 7.000 hacia 1795, y está sobradamente documentado que la máxima autoridad jurisdiccional de Taganana, que era su Alcalde Real, estuvo al frente de aquellos casi cien vecinos que lucharon por Santa Cruz. Lo mismo que otros agricultores, pescadores, artesanos? Gente llana y sencilla, de todos los rincones insulares, que decidió sumarse a esta causa fervorosa.
 
          Referirnos a dicha causa, más de dos siglos después, puede valernos también para reivindicar un mismo sentimiento de pertenencia que nos hace más fuertes como ciudad. Aquellos días, quién sabe, Santa Cruz consiguió que Canarias fuese todavía Canarias, y reafirmó lo que somos y cómo nos sentimos.
 
          Tenemos, por lo tanto, que honrar nuestra memoria, reservando un lugar en nuestros corazones al espíritu que sigue latente cada 25 de julio. Por eso reivindico aquel sentimiento de unidad, solidaridad y fuerza común ante la adversidad, para seguir avanzando juntos en los logros y retos que Santa Cruz tiene pendientes en este nuevo tiempo. Por eso los vecinos de este municipio son los verdaderos héroes de 2016.
 
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