Palabras del Presidente de la Tertulia en el Acto Académico de homenaje a Esmeralda Cervantes

 
A cargo de José Manuel Ledesma Alonso (Palabras pronunciadas en el Acto Académico en honor de Esmeralda Cervantes celebrado en el Palacio Municipal de Santa Cruz de Tenerife el 29 de febrero de 2016).
 
  
          El 12 de abril de 1873, una niña de 12 años, Clotilde Cerdá y Boch, actuaba con su arpa en la Exposición Universal de Viena de 1873.
 
        Lo hacía por primera vez ante el gran público; si bien, desde los 7 años, su precocidad y cualidades artísticas ya habían sido motivo de admiración por la aristocracia europea, pues su madre era dama de honor de Isabel de Borbón, cuando estaba exiliada en París.
 
        Entre los invitados a la citada Exposición se encontraban Víctor Hugo y la reina Isabel. El eminente escritor francés quedó tan extasiado al escucharla que le puso el seudónimo de “Esmeralda”, en memoria de la heroína de su novela Nuestra Señora de París, a la vez que la Reina le añadía el apellido “Cervantes”, el más ilustre de las letras españolas. 
 
          A partir de este momento comenzó su carrera artística con el nombre de Esmeralda Cervantes.
 
         Actuó en los mejores teatros de Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra, etc. recibiendo grandes elogios. En todos estos países,  los Monarcas le pedían que fuese a sus Palacios para que les deleitara con sus obras, recibiendo a cambio esplendidas joyas.
 
          A los 14 años comienza una macro gira de conciertos por Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Méjico, Cuba, y los Estados Unidos, donde reúne a más de diez mil personas en el Madison Square Garden de Nueva York. Los Presidentes de estos países también la reciben en sus Residencias para oírla tocar, colmándola de regalos, algunos de gran valor.
 
         A lo largo de su carrera, representó a España en las Exposiciones Universales de Viena, Filadelfia y Chicago (EEUU).
 
          Poseía los títulos de Arpista de las Cortes Reales de España, Portugal, Grecia, Brasil y Turquía.
 
          Como también solía ofrecer conciertos benéficos en favor de los pobres, heridos de guerra, damnificados, etc. las crónicas de la época la bautizaron como el  Ángel de la Caridad.
 
         Superó su paso de niña famosa a persona adulta, fundando empresas, y dirigiendo revistas, en las que publicaba sus artículos; sin embargo al fracasar en la mayoría de estas iniciativas, tuvo que volver a realizar giras de conciertos por América. 
 
          En Santa Cruz de Tenerife actuó por primera vez cuando tenía 19 años. A partir de este momento, cada vez que el barco que la llevaba o traía de América hacía escala en Tenerife, nos deleitaba con uno o varios conciertos.
 
          Qué encontraría Esmeralda en nuestra Ciudad y en nuestra gente que, después de recorrer todo el mundo recogiendo aplausos, distinciones y simpatías, eligió Santa Cruz para su retito y descanso definitivo, junto a su marido Óscar Grosmann.  Durante estos años brindaría su apoyo, su experiencia y su arte a numerosas asociaciones. Cuando tenía 40 años vivió de alquiler, durante varios años, en la calle de La Rosa nº 25, volviendo para quedarse definitivamente cuando tenía 57 años. Entonces, construyen un chalet en la calle del Pilar -actual núm. 19- donde residirá hasta su fallecimiento a la edad de 65 años. 
 
          Todo cuanto ella fue, sus triunfos, los honores, la gloria, el éxito alcanzado en todos los teatros y palacios en los que actuó, se quedó aquí, durmiendo la paz eterna, en un Mausoleo en el patio central del cementerio de Santa Lastenia. 
 
          En contraste con su éxito mundial, en España no ha sido reconocida como se merece, pues ni placas ni distinciones la recuerdan. En Barcelona, ciudad donde nació, sólo unos jardines llevan su nombre. En Argentina lo lleva el puente de ferrocarril que cruza el río Yacuy, en la frontera entre Uruguay y Brasil. Por lo que respecta a Santa Cruz, el Ayuntamiento le puso su nombre a la calle que comunica la de Santiago Cuadrado con la de Salamanca, paralela al barranco de Santos.
 
          Sin embargo, tengo que decir, que hoy mismo se ha puesto en contacto conmigo una productora catalana que está preparando una película sobre Esmeralda. 
 
         Pero como nadie muere mientras alguien lo recuerde, la Tertulia Amigos del 25 de Julio, tenaz en el empeño de rescatar del olvido a personajes que en su época destacaron en el ambiente social, cultural o político de Tenerife -tal como hicimos el año pasado con Don Santiago Sabina, fundador de la Orquesta Sinfónica- hemos querido, con la colaboración del Ayuntamiento de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, rendirle un homenaje a esta singular e insigne arpista de la música española del siglo XIX, que también demostró su abnegación y amor al prójimo.
 
         En el Acto que hoy celebramos, coincidiendo con la fecha de su nacimiento hace 155 años, hemos considerado que la persona mas documentada para hablarnos de su vida y de su obra musical es doña Rosario Álvarez Martínez,  Presidenta de la Real Academia Canaria de Bellas Artes, Catedrática de Historia de la Música en la U.L.L, a la que le agradecemos su intervención.
 
         De su amplio currículum sólo voy a citar que, en diversos países, ha impartido cursos de Historia de la Música, ha sido Ponente en numerosos congresos, y miembro de jurados en licenciaturas, doctorados y master.  Dirige el proyecto RAL, encaminado a recuperar la Música Culta de Canarias, habiendo editado 25 discos con sus libretos. Ha escrito y publicado gran cantidad de libros relacionados con la Música y colabora en distintas revistas de musicología y arte.   - etc. etc. etc. 
 
          Después del discurso del Excmo. Sr. Alcalde de la Ciudad, don José Manuel Bermúdez Esparza,  cerrará el acto la Arpista inglesa doña Victoria Carlisle, a la que también le agradecemos su desinteresada colaboración. Las obras que nos ofrecerá pertenecen a los Maestros de Esmeralda, puesto que, desgraciadamente, se han perdido las 12 composiciones que ella escribió, exceptuando una de la que luego les hablaré.
 
         Una vez terminado el Acto Académico, inauguraremos la Exposición que está presidida por un excelente busto de la atista, labrado en mármol ligur por el gran escultor Mariano Benlliure, que se encontraba dentro de su Panteón. Y por un Arpa Sinfónica de Doble Movimiento, fabricada por  John Edgar en 1820, similar a la utilizada por Esmeralda, y que nos ha sido cedida por don Pedro Llopis Areny,; e igualmente un espejo de bolso que Esmeralda le regaló a su amiga doña Concha Rey Albertos, y que nos ha sido cedido por su heredera, doña Concha Acevedo Padrón.
 
          También tendremos la oportunidad de ver documentos y fotografías de la vida de Esmeralda, sacadas del álbum que guarda la Biblioteca de Cataluña, así como las que fueron cedidas por su biógrafo, don Carlos Gabiño de Franchy.
 
          Así como la única partitura que existe, Salutation Angelique,  encontrada recientemente en Bruselas, y que ha sido presentada en Madrid, el pasado 26 de enero.
 
          A todos estos mecenas queremos agradecerles que se hayan desprendido de estas reliquias que veremos a continuación.
 
          La citada Exposición permanecerá abierta hasta el 12 de abril, día de su defunción, hace 90 años.  Ese día, se colocará una placa donde estuvo su vivienda, calle El Pilar 19, y se rezará un responso por su alma delante del  Mausoleo donde descansan sus restos.
 
          Como el Panteón se encuentra el mal estado, puesto que lleva abandonado muchos años, la empresa CETENSA, que gestiona el Cementerio de Santa Lastenia, ha tenido la gentileza de prometer su reparación para que se puedan celebrar esos actos y quede como vestigio histórico.
 
         En nombre de la Tertulia Amigos del 25 de Julio y del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, quisiera agradecer a todas las personas y entidades que han hecho posible este homenaje; y a ustedes muchas gracias por acudir a este entrañable acto. Confiemos en que a partir de ahora se sepa que en suelo chicharrero, reposan los restos de una gran mujer que murió y fue inhumada aquí por amor a esta tierra.
 
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