El más universal de todos los caballos (Relatos - 3)

 
Por Jesús Villanueva Jiménez  (Publicado en La Opinión el  de junio de 2014).
 
 
           “Abuelo, tengo que hacer un trabajo para el cole, sobre los caballos más famosos de tooodaaa la historia”, le dijo Marta al anciano, al que adoraba casi tanto como él a la pequeña. Marta le explicó que la profe les había encargado una redacción sobre el porqué pasaron a la posteridad aquellos animales y a quienes pertenecieron, y cuál de ellos y por qué creía ella el más extraordinario de todos. El abuelo, que era un hombre sabio, seguro que, como en tantas otras ocasiones, tendría en la enorme mochila de sus conocimientos muchas cosas que contarle para que ella plasmara en su redacción, que luego obtendría la mejor nota. Un buen rato estuvo la niña tomando apuntes sobre lo que su abuelo le iba contando. Al paso de los minutos, Marta se admiraba más y más de todo lo que su abuelo le narraba. No sólo disfrutaba con las anécdotas y circunstancias que él le relataba, además le fascinaba cómo lo hacía. Cada conocimiento que su abuelo le transmitía, la niña lo disfrutaba como si escuchara el más entretenido de los cuentos, o el más misterioso, o el más sorprendente. Así era siempre.
 
          Una hora después de la charla con el abuelo, Marta había concluido su redacción. Y aquella redacción así decía: 
 
               “Según me ha contado mi abuelo, hubo en la antigüedad un gran rey que se llamaba Alejandro Magno, que tenía un caballo que se llamaba Bucéfalo. Bucéfalo era muy bonito e inteligente y estuvo con Alejandro, que lo quería mucho, toda su vida. Ese gran rey ganó muchas batallas montando a Bucéfalo y conquistó un gran imperio. 
 
                Unos cuantos siglos después, un emperador romano al que llamaban Calígula, que estaba muy mal de la cabeza (y más cosas que dice mi abuelo que no es el momento de contarme), tuvo un caballo que se llamaba Incitatus, que era el más rápido de todos los caballos y por eso ganaba todas las carreras. Incitatus había nacido en Hispania, que es como se llamaba en aquella época España. Y tanto quería el loco emperador a Incitatus que mandó a construir unas cuadras de mármol y muchos lujos para él y además lo hizo cónsul de un sitio muy raro. Pues sí que debía estar loco ese emperador, digo yo. 
 
                Después, en la edad media, en España hubo un noble y gran guerrero que se llamaba don Rodrigo Díaz de Vivar, que se llamaba de Vivar porque había nacido en un pueblo llamado así; pero todos lo llamaban el Cid Campeador. Bueno, pues ese gran guerrero tenía un caballo que se llamaba Babieca. Pues a lomos de Babieca, el Cid ganó muchas batallas, y hasta muerto ganó su última batalla. Muerto el Cid, no Babieca, que tuvo buen cuidado de que su amo no cayera al suelo, aunque ya estuviese muerto. Bueno, eso me lo imagino yo.
 
               Y ya he llegado al final. Porque ahora voy a hablar del caballo que me ha dicho mi abuelo que es el más extraordinario de todos. Y lo que me extraña es que dice mi abuelo que ese caballo era flaco y desgarbado y no era bonito, y nunca ganó una batalla, y encima, su amo no era un gran guerrero ni un gran rey, sino un señor mayor que estaba loco pero era muy sabio y muy justo (esto yo no lo entiendo muy bien, pero si lo dice mi abuelo, por algo será). Y lo más raro es que dice mi abuelo que ese caballo y su amo nunca existieron de verdad, pero que siempre vivirán y que el caballo y su amo son más conocidos y admirados que los otros caballos y sus amos. Y también dice que los dos son personajes de la más grande obra literaria de todos los tiempos y que por eso nunca morirán y por eso ese caballo es el más extraordinario. Ah, se me olvidaba decirlo, el caballo se llama Rocinante y su amo don Alonso Quijano, conocido en su pueblo como don Quijote. También me ha dicho mi abuelo que Rocinante es amigo de un burrito, pero que el burrito no tiene nombre, más que rucio, que lo llama a veces su amo, Sancho Panza, un campesino que es muy leal amigo de don Quijote. Y también dice mi abuelo que esa gran obra literaria se llama El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, y la escribió un señor que se llamaba don Miguel de Cervantes Saavedra, y que además de escritor, también fue un gran soldado, pero, que él sepa, nunca tuvo caballo, y si lo tuvo, no se conoce su nombre.”
 
- - - - - - - - - - - - - - - - - - -