Los otros retratos del Consistorio (Retales de la Historia - 137)

 
Por Luis Cola Benítez  (Publicado en La Opinión el 1 de diciembre de 2013).
 
 
 
          Desconocemos los méritos que contrajo con Santa Cruz el teniente general Antonio Ordóñez Villanueva para que en sesión de 4 de junio de 1852 se decidiera colocar su retrato en las salas consistoriales. Sabemos que llegó en enero de 1851 con el cargo de capitán general de Canarias, que al dividirse la provincia en dos distritos en marzo del año siguiente se hizo cargo del subgobierno civil del distrito occidental y que fue relevado dos meses después a petición propia. De resto, sólo conocemos su iniciativa de crear un cuerpo de bomberos que no llegó a formarse entonces. Tal vez iguales dudas se plantearían a un importante grupo de vecinos que en la misma sesión solicitaron que se colocara otro retrato del general Francisco Tomás Morales, posiblemente por estimar que reunía mayores méritos.
 
          No era sencilla entonces la materialización de este tipo de iniciativas, pues había que pedir licencia a S. M. para la colocación de estos retratos, licencia que se recibió a través del Ministerio de Gobernación en el mes de agosto. En el primer caso no hubo problema, pues ya se disponía del retrato del general Ordóñez, obra al óleo sobre lienzo de 200 x 130 cm., de Cirilo Truilhé. Bajo la presidencia del subgobernador José Joaquín de Monteverde, el 3 de febrero de 1853 se colocó en las salas consistoriales y hoy se encuentra en el descanso de la escalera principal de acceso a la planta alta del Palacio Municipal, junto al de la Reina Isabel II al que se ha hecho referencia en un Retal anterior. Al final de la escalera, a la derecha, hay un óleo de autor desconocido, posiblemente pintado hacia 1883, que representa al diputado a Cortes Feliciano Pérez Zamora, Hijo Adoptivo de Santa Cruz y defensor de la unidad provincial.
 
          En cuanto al retrato del general Morales, ya se contaba con la autorización gubernativa para su colocación, pero al no disponerse de ninguno la corporación se dirigió a su viuda doña Josefa Bermúdez para saber si disponía de uno que accediera a dejar en préstamo para realizar una copia. Se pidió presupuesto, no se sabe a quién, en el que se estimaba el costo de la pintura en 1.600 reales, más otros 600 del marco, pero no fue necesario encargar la copia ya que doña Josefa cedió al ayuntamiento el que tenía en su poder. Se trata de un óleo sobre lienzo de 110 y 80 cm., firmado y fechado en La Habana el 4 de marzo de 1824 por Vicente Escobar, artista formado en la Academia de San Fernando y que trasladado a La Habana estableció taller en el que ejerció la docencia. Fernando VII le concedió los honores de pintor de cámara en 1827.
 
          Este retrato del comandante general Morales, que había aceptado la presidencia de la Junta Económica de las obras de conducción de las aguas a Santa Cruz, a las que dio impulso con su eficaz dirección, se puede admirar en la actualidad en el salón de recepciones de la planta baja del Palacio Municipal. En el mismo espacio se encuentra un retrato del Rey Alfonso XIII, muy joven, óleo sobre lienzo de 183,5 x 102 cm., firmado en 1903 por E. de la Rocha.
 
          Cuando en febrero de 1853 se colocó el retrato del general Ordóñez, el regidor Pedro Bernardo Forstall propuso que se pidiera también autorización para colocar otro del general Antonio Gutiérrez. La propuesta quedó por el momento sin respuesta, hasta que el año siguiente se tomó en consideración y se acordó colocar el del vencedor de Nelson, a quien se debe la iniciativa de la solicitud del título de Villa exenta para Santa Cruz. Pero no había retrato, y tuvieron que transcurrir veintitrés años más para que en sesión del 28 de diciembre de 1877 quedara constancia de que se recibe y agradece a José García Lugo, presidente de la Diputación Provincial, la donación de un retrato al óleo del general Gutiérrez -del que entonces no se cita autor-, obra del pintor Luis de la Cruz y Ríos. Se trata de óleo sobre lienzo de 113 x 80,5 cm., que fue necesario restaurar por su estado de deterioro, labor encomendada al artista tinerfeño Gumersindo Robayna en 1878, y que hoy se expone en la Sala Murphy del Palacio Municipal.
 
          En la misma sala se encuentra, del mismo pintor Robayna, el retrato de José Murphy y Meade, por muchos considerado como “padre político” de Santa Cruz por su fructífera labor en favor de la capitalidad única para su ciudad natal, donado por la Sociedad La X en 1895. En el mismo espacio se encuentra el titulado A los hijos ilustres de Canarias, también debido al pincel de Gumersindo Robayna.
 
          En la sala que lleva su nombre se expone el retrato del alcalde Santiago García Sanabria, óleo sobre lienzo de 150 x 100 cm., obra del pintor Alfredo de Torres Edwards, donado por los amigos del recordado alcalde en 1938, en el tercer aniversario de su fallecimiento. Y, por último, no en importancia sino por ser el más moderno, el Salón de Plenos lo preside, como es lógico, el retrato al óleo de S. M. Juan Carlos I, debido a los pinceles del artista Teodoro Ríos.
 
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